José Martínez Olmos
Profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública
y ex secretario general de Sanidad
15 de junio de 2020
Intervención
Muchas gracias, presidenta. Buenas tardes, quiero que mis primeras palabras sean para agradecerles que hayan tenido a bien a convocarme a esta comisión. Para mí es todo un honor y un reto. Y es un honor sobre el que espero estar a la altura para contribuir con mis modestas aportaciones y ayudar en el importante objetivo que se han marcado ustedes de lograr un consenso político sobre la reconstrucción social y económica a partir de las consecuencias derivadas de la crisis de la COVID-19.
También quiero mostrar mi pesar por el fallecimiento de los miles de personas que han perdido la vida a causa de esta infección y mandar un abrazo afectuoso a sus familiares como muestra de mi solidaridad. Sin duda no puedo dejar de mostrar mi pesar por aquellos profesionales sanitarios, pero también por otros muchos servidores públicos que han perdido la vida estando al frente de la lucha contra esta pandemia.
Señorías, dado que aún se está bajo el impacto de la pandemia y que es previsible que aún haya que seguir priorizando, al menos en parte, las actividades del sistema sanitario a los desafíos que ofrece la pandemia por la COVID-19, una parte de las acciones para la reconstrucción social y económica de España en el ámbito de la sanidad y la salud pública se debe orientar hacia una serie de medidas que permitan afrontar de forma solvente las siguientes etapas que la evolución epidemiológica nacional e internacional nos vayan imponiendo.
Así, conviene señalar que aunque el estado de alarma vigente en España tiene fecha de caducidad, en unos pocos días la declaración de pandemia por la OMS sigue vigente y ello obliga al Reino de España, en base al Reglamento Sanitario Internacional, a asegurar ante el resto de países y ante la Organización Mundial de la Salud un conjunto de respuestas coordinadas en el marco de las recomendaciones que en cada momento se vayan estableciendo por dicho organismo. Y en España, aun cuando las competencias de mando sanitario están volviendo al nivel de cada comunidad autónoma, debe tenerse en cuenta que asegurar la igualdad de todos los españoles en la protección a su salud y superar las incertidumbres que la pandemia por la COVID-19 ofrece todavía a los ojos de la ciencia y de los expertos requiere un enorme esfuerzo de coordinación que interpela por igual al Gobierno de España y a los gobiernos de las comunidades autónomas.
En este sentido, considero necesario abordar bajo esos parámetros de coordinación y cooperación institucional una serie de acciones para asegurar las mejores respuestas en aspectos como los siguientes.
Uno, definición de un adecuado y eficaz sistema de vigilancia epidemiológica que permita monitorizar la evolución de la pandemia en los niveles central y autonómico y anticipar las medidas preventivas o responder con las medidas paliativas necesarias; ahora es clave prevenir y detectar los brotes. Este sistema debe ser capaz de recoger información en tiempo real con variables de análisis alineadas con los requerimientos internacionales, nacionales y autonómicos que en cada momento se necesiten.
Dos, hay que proceder a la definición de los criterios, los contenidos y los procedimientos de gestión y logística para la urgente adquisición por parte del conjunto del Sistema Nacional de Salud de una reserva estratégica de materiales de protección y de los equipamientos médicos necesarios para afrontar una eventual reactivación de la actual pandemia en los próximos meses, como otras alertas sanitarias que pudieran producirse en el futuro, estableciendo también para esos mismos fines los procedimientos necesarios para garantizar el suministro de medicamentos esenciales.
Tres, conviene definir los criterios comunes para la planificación de la vuelta a la actividad académica en los diferentes niveles educativos; planificación con criterios que contemplen diversos escenarios epidemiológicos para garantizar la seguridad sanitaria de los estudiantes de todos los niveles, evitando brechas en la formación que puedan afectar al derecho básico de cualquier alumno o alumna en cualquier lugar del territorio del Estado.
Cuatro, hay que asegurar el establecimiento de unos procedimientos de prevención y de control de la protección a la salud de las personas en situación de vulnerabilidad, y en especial de las que se encuentran institucionalizadas en residencias de mayores o en residencias de personas con discapacidad, cuidar su presente y preparar el otoño y el invierno próximo.
Cinco, hay que proceder a la definición de las estrategias preventivas adecuadas para el conjunto de personas en riesgo ante la tradicional epidemia de gripe común y valorar las necesidades de protección, vacunar con criterios comunes y con los recursos necesarios para evitar inequidades que perjudiquen el derecho a la aportación de la salud de dichas personas.
Seis, hay que elaborar estrategias para la recuperación de los tiempos de espera en las actividades programadas afectadas por la pandemia, al haber tenido que paralizar la práctica totalidad de dichas actividades en el ámbito asistencial, diagnóstico y quirúrgico, que ha afectado casi en su totalidad a pacientes con enfermedades y dolencias crónicas. Incluso puede ser conveniente definir tiempos máximos de espera orientados a asegurar niveles y criterios de calidad que se puedan aplicar con equidad en todo el territorio. Creo que no nos valen los tiempos máximos acordados hasta ahora.
En este objetivo se debe contar con la sanidad privada. Creo, al igual que ha expresado aquí el doctor Abarca, que se debe promover un marco estable de colaboración entre el sector público y el privado. Debemos recuperar la confianza mutuamente, con transparencia y haciendo realidad el principio de complementariedad establecido en la Ley General de Sanidad.
Y finalmente, en séptimo lugar, hay que elaborar una estrategia coordinada en el conjunto del Sistema Nacional de Salud para la eventual adquisición y aplicación de las dosis necesarias de la vacuna frente a la COVID 19 para que, en caso de disponer de vacuna eficaz, los ciudadanos españoles puedan beneficiase de la protección de la vacuna. Hay que planificar la organización de los servicios, los criterios para la priorización de las poblaciones en función de sus riesgos. Y hay que trabajar con base a un acuerdo de las administraciones sanitarias para desarrollar un acción eficaz en el ámbito de la Unión Europea y de la Organización Mundial de la Salud, que son los marcos donde nos podemos y donde tenemos que centrar para conseguir el acceso a la vacuna con criterios de equidad respecto a otros países.
La gestión de todos estos aspectos pendientes requiere coordinación y consenso político y técnico. Considero que deben plantearse ustedes la necesidad de recomendar en sus conclusiones la creación de un comité de expertos para asesorar a las administraciones sanitarias en todos estos asuntos en los que el órgano competente tendrá que tomar decisiones. El órgano competente será el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Todavía estamos bajo la pandemia.
Señorías, para abordar el objetivo de reconstruir y reforzar la sanidad y la salud pública desde el consenso político tal como se ha planteado al crear esta comisión se requiere un enorme esfuerzo de generosidad por parte de todos ustedes. Se requiere también un reconocimiento de las muchas fortalezas que tiene nuestra sanidad pública, pero también de las debilidades que hace tiempo que se han puesto de manifiesto, aunque con esta pandemia probablemente se han puesto más a la luz de todos los ciudadanos.
Es necesario el consenso político para hacer factibles las reformas necesarias que deben tener un horizonte temporal de medio y largo plazo en el marco de una nueva planificación estratégica para los próximos veinte años que actualice los objetivos del sistema sanitario público a la luz de las nuevas necesidades que tiene la sociedad española. Los elementos sobre los que puede y debe basarse el eventual consenso político dependen, desde luego, de lo que ustedes consideren prioritario, dado que es un espacio que corresponde a su responsabilidad y a su soberanía.
En aras de generar propuestas que ustedes puedan considerar, me atrevo a trasladarles una serie de reflexiones y consideraciones desde la mayor modestia posible. Buena parte de estas reflexiones y propuestas, las que ha realizado el doctor López Acuña hace unos momentos, son compartidas por mí, y de hecho les hemos trasladado a ustedes documentación relativa a varias tribunas de opinión que hemos firmado conjuntamente junto al doctor Alberto Infante.
Tengo que señalar que mis propuestas tienen como fundamento el respeto y la convicción de la idoneidad del actual modelo de Sistema Nacional de Salud descentralizado. Se ha mostrado como una de las mejores aportaciones del periodo democrático iniciado con la Constitución de 1978 a la equidad, a la convivencia y a la cohesión social de España. Ha sido una inversión rentable desde todos los puntos de vista. La sanidad pública es una inversión rentable para la sociedad. Y mis propuestas deben entenderse desde el más estricto respeto a las competencias de cada administración, la Administración General del Estado y las administraciones autonómicas.
Las acciones a desarrollar en los próximos años tienen que orientarse todas ellas a asegurar la protección de la salud con equidad, con los más altos estándares de calidad, con adecuados niveles de coordinación institucional y con garantía de eficiencia en el uso de los recursos públicos y de sostenibilidad en las cuentas públicas.
Voy a trasladarles algunos de los retos a los que el sistema de salud tiene que enfrentarse en los próximos años, entre varios, pero yo les quiero señalar al menos los siguientes: en primer lugar y en relación con el fortalecimiento de la salud pública, los desafíos habituales y aquellos que se derivan de situaciones como la pandemia de la COVID-19 y otras eventuales pandemias que puedan ocurrir en el futuro requieren cuando menos el desarrollo de la vigente Ley General de Salud Pública. Aunque yo me atrevería a recomendar ir un paso más allá en relación al centro estatal de salud pública que contempla la ley no desarrollada, y proponerles a ustedes que reflexionen sobre la conveniencia de crear una agencia de salud pública dotada de los recursos adecuados, dirigida en clave de cogobernanza entre el Ministerio de Sanidad y las consejerías de salud de las comunidades autónomas.
En lo que se refiere al ejercicio de las competencias que le corresponden al Ministerio de Sanidad en este ámbito, creo que ustedes deberían plantearse valorar una mejor dotación de profesionales y medios técnicos y mejorar los mecanismos de cooperación entre ministerio y comunidades autónomas. Me refiero a más profesionales, más medios para el Ministerio de Sanidad, que ha sido descapitalizado en los últimos años.
Hay que plantearse prestigiar la actividad profesional en materia de salud pública. Hoy es evidente la importancia que tienen las actividades profesionales en este campo para buena parte de la población. Y aunque el éxito en salud pública es mayor cuanto mejor funciona la prevención, y por tanto cuanto más invisible es su tarea, hay que poner en valor esta área de conocimiento y de práctica profesional de la salud. En este sentido creo que hay que asegurar también un sistema de vigilancia epidemiológica común para todo el sistema sanitario, que en el caso de las alertas sanitarias de carácter internacional o aquellas que son de carácter nacional, vean el caso del verano pasado con el brote de listeriosis, permita a todas las autoridades sanitarias la medición de la evolución de cualquier alerta en tiempo real, pudiendo nutrirse online de los datos clínicos de la historia de los pacientes y de todos aquellos datos y variables que se consideren adecuados en función del problema de salud al que haya que enfrentarse en cada situación.
Apostar por la potenciación de la labor de las escuelas de salud pública también es algo fundamental, porque deben formar parte de la red del Sistema Nacional de Salud para apoyar las estrategias prioritarias e incluso para formar los directivos de nuestros servicios sanitarios.
En segundo lugar, el Sistema Nacional de Salud tiene que redefinir su ruta y su orientación hacia la prevención, hacia la cronicidad y hacia la coordinación sociosanitaria. Dejaré aquí algunos apuntes para la reflexión con sus señorías y para el debate, si les resultan de interés.
Hay que redefinir la atención primaria en España. ¿Para qué? Para que pueda capitanear esta orientación que les señalo, y más que trasladarles yo los contenidos concretos de esa redefinición les señalaré que es muy importante el método a desarrollar, porque creo que ustedes deben considerar que es más importante el proceso que se siga para acordar un nuevo modelo de atención primaria que los contenidos concretos que se apliquen, por supuesto son importantes, pero el proceso es importante. Y por eso yo propondría que, partiendo de la propuesta elaborada en el año 2019 del marco estratégico para la atención primaria y comunitaria, aunque no tiene el consenso total, pero es un punto de partida, las administraciones sanitarias del Estado trabajen con las organizaciones profesionales y con los pacientes para acordar una hoja de ruta que implique un gran acuerdo profesional y político, que aplique sus contenidos con un criterio de planificación estratégica de corto, medio y largo plazo, que contemple indicadores para la definición de necesidades de recursos humanos, acciones y objetivos a desarrollar, e incluso los presupuestos a aplicar para conseguirlo.
En mi opinión, un capítulo esencial debe ser la potenciación de la profesión enfermera. Y en este capítulo considero que habrá que abordar con prioridad la ampliación de las competencias de las enfermeras y enfermeros del Sistema Nacional de Salud. Para ello conviene abordar la definición de la enfermería de práctica avanzada con el respaldo normativo y de formación correspondiente. El mejor ejemplo son las enfermeras gestoras de casos, para mejorar la continuidad asistencial, la coordinación de la atención de los pacientes crónicos complejos y de otras poblaciones frágiles. Además, en la gestión de casos hay otros roles también con efectividad probada, como las enfermeras de práctica avanzada en cuidados oncológicos o las enfermeras que hacen clasificación avanzada en urgencias y emergencias y gestionan la demanda leve. Y por supuesto, contribuyendo a mejorar la accesibilidad y la gestión de la demanda en primaria, bien como otra puerta de entrada en los centros de salud, además del médico, para según qué procesos (por ejemplo, procesos agudos leves bajo protocolo), o bien apostando por una atención inicial, incluso por las enfermeras. Aquí hay que ser valientes y dar pasos para hacer mejor las cosas en atención primaria.
Hay que fortalecer la atención domiciliaria y comunitaria de las enfermeras. Sería necesario revisar el modelo incorporando, donde no lo haya, la gestión de casos con los rasgos necesarios para intervenir, entre otros, ante la necesidad de un ingreso hospitalario para las personas inmovilizadas y frágiles, pero también hay que aumentar la cobertura e intensividad del servicio.
Otro capítulo esencial en este ámbito de atención primaria se refiere a la incorporación efectiva de la farmacia comunitaria y los profesionales farmacéuticos como parte de la atención primaria para el apoyo y la colaboración con el resto de profesionales de este nivel asistencial en todas las actividades relativas al uso racional de medicamentos, el seguimiento farmacoterapéutico, la adherencia a los tratamientos y otros programas de salud en los que el trabajo en equipo puede ampliar y potenciar el alcance de sus objetivos.
La atención primaria requiere, en definitiva, más profesionales, más profesiones y más competencias profesionales en el marco de una mejora de los espacios de colaboración y cooperación interprofesional.
En relación con la coordinación sociosanitaria, y en especial con las residencias, creo que es evidente que ustedes tendrán que considerar la posibilidad de acordar un nuevo modelo que asegure la protección de la salud de las personas que son atendidas en ellas y que suelen ser poblaciones vulnerables, modelo que debe ser tutelado por Sanidad y monitorizado desde la atención primaria.
Hay que caminar hacia un sistema que ofrezca cuidados seguros en las residencias. No se trata de convertir las residencias en hospitales de crónicos ni de medicalizarlas, sino de ofrecer cuidados de calidad a la vida cotidiana de los ancianos, muchos de ellos dependientes, y de hacer llegar la cartera de servicios del sistema a quienes viven en ella. La incorporación de la enfermería comunitaria, la farmacia comunitaria, la fisioterapia, la rehabilitación, la psicología y otros elementos en una renovada cartera de prestaciones, creo que es el camino a seguir. Las personas que viven en las residencias deben tener garantía de protección de la salud y de atención sanitaria en base a una renovada cartera de servicios y de prestaciones comunes con los profesionales adecuados, cuya cualificación y número debe obedecer a criterios y ratios comunes.
En tercer lugar tendrán ustedes que considerar el reto de la política de recursos humanos. Este es un asunto de enorme relevancia que requiere un amplio acuerdo político, profesional y sindical. Más allá de las lógicas competencias de las comunidades autónomas, hay elementos comunes que requieren una planificación concertada para asegurar calidad y equidad en todo el sistema sanitario. Hay que cambiar la percepción generalizada por parte de muchos profesionales y muchas de sus organizaciones representativas de que la sanidad descentralizada es causa de inequidades sanitarias y de inequidades en el ámbito de los derechos de los profesionales. Esta es una precepción muy generalizada y tiene que ver con cuestiones como las siguientes: yo creo que tendrán que valorar la necesidad de disponer de forma permanente de una planificación estratégica de necesidades de profesionales sanitarios para asegurar la formación en número y en contenido por parte de la universidad española. No tenemos tiempo que perder al respecto, tenemos detectadas áreas de mejora e insuficiencia en algunas de las especialidades.
También tendrán que definir indicadores para una asignación de profesionales con criterios de necesidad que sean comunes. También criterios para la mejora de las retribuciones, que es necesaria, y para la incorporación de componentes variables que reconozcan la contribución que hacen los profesionales a los objetivos de salud, el desarrollo de una verdadera carrera profesional, el desarrollo de una carrera investigadora, o elementos comunes que permitan asegurar que se acaba con la precariedad laboral y se le da estabilidad a las pantallas acordando los procedimientos adecuados para las ofertas públicas de empleo y los traslados dentro del Sistema Nacional de Salud de una manera periódica y permanente.
Y debe hacerse un enorme esfuerzo por hacer posibles denominadores comunes si no quieren que en momento determinado se pueda producir una ruptura definitiva e irreversible de los profesionales con el Sistema Nacional de Salud público y descentralizado. Es urgente abordar aquí un acuerdo político, sindical e institucional. Y no va en contra de las competencias de las comunidades autónomas, hay elementos comunes que están en toda la mentalidad y las reflexiones que hacen muchísimos profesionales del conjunto del sistema sanitario.
En relación a mejoras tangibles en materia de personal les propongo que, además de considerar la necesidad de una paga específica por la atención a la COVID-19, se planteen eliminar las guardias de 24 horas, comenzando al menos por la atención en los servicios de urgencias. Los profesionales sanitarios necesitan comprobar que los aplausos en los balcones se traducen en reconocimiento a sus demandas tradicionales.
En cuarto lugar, tendrán que abordar ustedes el reto de la innovación y la investigación. Es imprescindible considerar la necesidad de una renovación tecnológica sostenible en los equipamientos y tecnologías diagnósticas para modernizar con garantías de calidad la disponibilidad de los mejores recursos diagnósticos. La digitalización en el Sistema Nacional de Salud requiere un acuerdo estratégico para asegurar que se evitan brechas que pueden ser fuente de nuevas desigualdades en la calidad asistencial. Una acción decidida hacia la incorporación de todos los avances relevantes derivados de la aplicación de la inteligencia artificial a la organización de los servicios, al diagnóstico y al tratamiento de las patologías es imprescindible y prioritaria; paulatinamente la inteligencia artificial mejora la capacidad diagnóstica, mejora la capacidad de tratamiento y por lo tanto forma parte de las buenas prácticas profesionales. Y esto es un elemento fundamental.
Vinculado a esto, el desarrollo de una estrategia de medicina genómica y de precisión con los criterios que se aprobaron por unanimidad en la ponencia que al efecto tuve el honor de proponer en el Senado se hace imprescindible, para no dejar a España descolgada del acceso a estos importantes avances.
En política farmacéutica es imprescindible adoptar estrategias de medio y largo plazo que permitan una certidumbre regulatoria y ofrecer procedimientos seguros para la rápida, equitativa y sostenible incorporación de las innovaciones, aquellas que aporten valor en un contexto de cooperación con la industria farmacéutica para asegurar al mismo tiempo la sostenibilidad de las cuentas públicas.
Revisar el plan Profarma e incorporar a los diferentes ministerios del Gobierno la búsqueda de fórmulas eficaces para incrementar el atractivo del Sistema Nacional de Salud cara a la realización de cada vez más ensayos clínicos es una tarea posible y necesaria, ya que genera valor para los profesionales, los pacientes y el sistema de salud. Y aquí también hay que incorporar a las comunidades autónomas. Igualmente hay que trabajar en hacer una mayor inversión en proyectos conjuntos de I+D+i con la industria farmacéutica y estimular una mayor presencia de plantas de fabricación que disminuya la dependencia de países asiáticos, incluyendo una iniciativa estratégica que haga viable de una vez instalar una planta de fabricación de vacunas en España.
En quinto lugar, conviene abordar el reto de la gobernanza del Sistema Nacional de Salud. Ya he hecho referencia a algún aspecto relativo a la gobernanza al hablar del fortalecimiento de la salud pública o a la política común de recursos humanos, que es donde yo ubico las medidas que propongo. Somos un país con una gran descentralización y ello requiere articular el mejor procedimiento posible para cumplir con eficacia las competencias asignadas por la Constitución y los estatutos de autonomía al conjunto de las administraciones. Muchas son en teoría las cuestiones que se podrían proponer, pero ninguna servirá con total eficacia si no se enmarca bajo el paraguas de un gran acuerdo político institucional que implique a los partidos políticos y a los gobiernos central y autonómicos.
Pero al menos ustedes deberían considerar la pertinencia de acordar proponer el fortalecimiento de la gobernanza de lo común con el desarrollo de políticas de cohesión, de calidad y de reducción de desigualdades en un potente fondo de cohesión que sirva para abordar estrategias concretas y aprobadas en el marco del Consejo Interterritorial de Salud. Propongo que se llegue en el plazo de cinco años a disponer de una cuantía de un 2 % del presupuesto total del Sistema Nacional de Salud, unos 1500 millones de euros. La dirección de este fondo de cohesión correspondería en cogobernanza desde el ministerio con las comunidades autónomas.
Por otra parte, considero que hay que articular un fondo de compensación entre comunidades autónomas con recursos de la administración central y de las comunidades para compensar los costes derivados de la movilidad de las personas. Las personas se mueven de dos formas en sanidad: se mueven cuando van de una ciudad a otra y quieren sacar una receta de su farmacia o necesitan atención sanitaria urgente, y se mueven de manera protocolizada para ir a un servicio de referencia de carácter nacional. Son dos cosas diferentes, pero las dos hay que compensarlas económicamente. Unas corresponderán en exclusiva a las comunidades autónomas, otras pueden corresponder en exclusiva al Gobierno de España o en colaboración con las comunidades autónomas. Y esto es importante porque de alguna manera estaríamos rompiendo barreras que hoy los ciudadanos están describiendo de manera continua.
Y finalmente, en este ámbito de la gobernanza, un fondo para la coinversión en el que se pueda cooperar entre las diferentes administraciones en asuntos de interés común, como pueden ser nuevos tratamientos que cumplan determinados criterios (por ejemplo, innovaciones muy disruptivas o medicamentos huérfanos), nuevos equipamientos que sean necesarios (por ejemplo, la estrategia de digitalización, por decir algo), avances, como decía, en formación para la calidad, y otras que se consideren necesarias.
Par acabar, la nueva financiación del Sistema Nacional de Salud tendría que ser capaz de superar la tradicional insuficiencia presupuestaria y las tradicionales diferencias interterritoriales, que no se derivan de una mejor gestión o de factores estructurales. Claro que puede haber diferencias en financiación derivadas de gestionar mejor unas que otras o de tener determinadas cuestiones estructurales, como pueden ser poblaciones más envejecidas, mayor dispersión geográfica, etc.
Hace falta un acuerdo global, en mi opinión, que asegure para la sanidad que haya fondos finalistas; fondos finalistas que cubran las necesidades que se determinen en el marco de la financiación autonómica, una cantidad fija por habitante corregida por criterios de dispersión, de cronicidad, de planificación de recursos humanos, otros criterios que se pueden acordar, cuyo destino sea la sanidad, evitando de una vez usar las necesidades de la sanidad transferida para reclamar fondos para las comunidades autónomas que luego no se destinan en su totalidad a los servicios de salud. Obviamente esta reflexión no la considero para las comunidades de régimen foral.
Señorías, el consenso político sobre la sanidad española no será suficiente si solo incorpora a los grupos parlamentarios. Será necesario incorporar al consenso sobre la sanidad pública al Gobierno de España y a los gobiernos de las comunidades autónomas, a la Conferencia de Presidentes. Y con ellas, a los profesionales, organizaciones colegiales, sociedades científicas o sindicatos, a los pacientes y a las empresas y organizaciones que aportan innovación y desarrollo a la sanidad. Es por tanto una operación difícil, pero no es imposible. Creo que sería deseable un acuerdo simular al pacto de Toledo sobre las pensiones.
Desde esta perspectiva, acordadas las claves básicas del sistema sanitario entre las fuerzas políticas e institucionales citadas, el seguimiento de la gestión y de las decisiones sobre la sanidad pública se debería hacer en una comisión. Yo la ubicaría en el Senado de España, con participación ahí también de los agentes profesionales, ciudadanos y empresariales citados.
En esta comisión se deberían buscar los acuerdos necesarios en el futuro para ir haciendo sostenible el modelo de Sistema Nacional de Salud que eventualmente ustedes y la Conferencia de Presidentes hubieran pactado. Así, en un procedimiento similar al establecido para las pensiones públicas en el pacto de Toledo, podría seguir avanzando España en la idea de asegurar una sanidad pública que responda a las aspiraciones y necesidades de la sociedad española. Es verdad que en las pensiones no siempre se llega a acuerdos, pero hay un acuerdo básico sobre querer un modelo de pensiones públicas y sostenibles. Y el Gobierno de turno plantea las reformas, busca el consenso. Casi siempre lo consigue, no pasa nada si no lo hay, porque la función del Gobierno es tratar de cumplir ese mandato acordado en el pacto de Estado de las pensiones.
Finalizo mi intervención haciendo referencia aquí a la necesidad de que ustedes escuchen a los pacientes, aquí y ahora o después, da igual, pero escuchen su voz porque es importante incorporarles en este proceso tan apasionante y tan importante que ustedes han iniciado.
Les agradezco de nuevo su convocatoria, su atención y, por supuesto, quedo a disposición de sus señorías para abordar las cuestiones que ustedes consideren oportunas. Muchísimas gracias.
Preguntas de los grupos parlamentarios
Pablo Cambronero Piqueras (GP Ciudadanos)
Muchas gracias, presidenta. Muchas gracias por su análisis, sus aportaciones y la documentación que nos ha facilitado, señor Martínez.
A mi grupo parlamentario nos interesa, primero, saber qué ha fallado, qué ha fallado también para poder prever y tratar situaciones, como usted ha dicho, con consenso político. Creo que ahora mismo no lo hay. Y creo que este grupo de trabajo y esta Comisión de Reconstrucción es una grandísima oportunidad para lograr ese consenso. En eso estamos desde luego en Ciudadanos, lo hemos demostrado y vamos a seguir haciéndolo.
Dicho esto, tengo que decirle que hemos recibido los artículos que también ha escrito usted junto al anterior compareciente. Muy interesantes, y en gran parte en gran consonancia con lo que nosotros estamos proponiendo también para la reconstrucción. Es cierto que le hemos planteado muchas preguntas al anterior compareciente que no ha podido contestar por el límite de tiempo y la amplitud de las materias a tratar, que creo que le va a pasar exactamente igual a usted. Entonces, voy a ser muy breve, muy conciso, solo tres preguntas para que le dé tiempo más o menos a contestarnos a todos algo.
En varias comparecencias se ha señalado la necesidad de que el Consejo Interterritorial de Salud funcione de manera más ejecutiva, con más funciones, más operativo. ¿Comparte usted esta opinión? ¿Qué reformas cree necesarias para conseguir este objetivo?
En cuanto a la transparencia, de la que tanto se está hablando, también se está hablando mucho de ella por su ausencia, mi grupo parlamentario ha lanzado varias propuestas de reforma, incluida la creación de un portal de transparencia que permita disponer de los indicadores actualizados sobre resultados de los servicios en centros sanitarios. ¿Qué medidas considera que son necesarias para avanzar en transparencia? Creo que es muy esencial ahora mismo la transparencia. ¿Cree que la creación de una agencia española de información, evaluación y calidad del Sistema Nacional de Salud podría hacernos avanzar en este sentido?
Y para acabar, la última pregunta, investigación, importantísima: ¿qué medidas concretas cree que podrían potenciar la investigación biosanitaria en España? ¿Considera fundamental el papel que desempeña el Instituto de Salud Carlos III?
Sin más, le agradezco su comparecencia. Soy escueto. Y unas aportaciones muy valiosas que nos ha dado, tanto en documentos como en la exposición que nos ha hecho. Muchas gracias.
Rosa María Medel Pérez (GP Confederal UP)
Hola, buenas tardes. Dada su experiencia en cargos de responsabilidad, ¿cuál su opinión respecto a la financiación finalista para sanidad? Esa es la primera pregunta.
Distintos colectivos solicitan el 25 % de financiación del total de la financiación de sanidad para la atención primaria. ¿Cree usted que está bien valorarlo de esa manera, como un porcentaje, o sería más concreto una cantidad por persona y año para atención primera?
Y la última pregunta: su partido ha defendido la integración progresiva a la asistencia pública, a la Seguridad Social de los regímenes especiales de Muface o Isfas, ¿piensa usted que puede ser ahora el momento? No me refiero a los que están ya en esa situación, sino nuevos funcionarios que ya se incorporaran directamente a la sanidad pública.
Gracias.
Georgina Trías Gil (GP Vox)
Buenas tardes. Nuestro grupo reconoce su experiencia y pone en valor el trabajo que hizo usted para afrontar la pandemia de la gripe. Creemos que nos hubiera ido mejor, que eso vaya por delante.
Un compareciente invitado a este Congreso, el señor Martín Moreno, ha publicado recientemente las siguientes afirmaciones: “La OMS alertó ya el 14 de enero a las redes hospitalarias del mundo para que prepararan medidas de contingencia”. El 29 de enero de 2020 el Grupo Parlamentario Vox pregunta al Gobierno por qué no estaba trasponiendo las medidas de protección para el personal sanitario, de salas espera separadas y de uso de test. Sin embargo, usted el 31 de enero de 2020 declara a Redacción Médica que el Ministerio de Salud lo estaba haciendo muy bien. Una semana después nuestro grupo propone cerrar las fronteras para viajeros procedentes de China, salvo españoles, proponiendo para ellos medidas de detección y confinamiento, y lo hacíamos porque desconfiábamos del régimen dictatorial chino. De hecho, el doctor Martín Moreno, compareciente también aquí, tiene escrito que tanto la OMS como China son censurables por haber manejado con opacidad la información. Sin embargo, ni usted ni otros expertos alertaron contra ello. Y eso que usted es uno de los responsables del excelente programa contra la pandemia de la gripe que se desarrolló entre 2005 y 2009. Todos los expertos estaban esperando y temiendo la pandemia, y muchos pensaban que iba a ser una zoonosis transmitida por los murciélagos. Además sabían que el primer SARS había venido de China, que entonces se había clausurado Pequín, y que China en esta epidemia había puesto en cuarentena a 60 millones de personas, porque se transmitía de persona a persona. ¿Por qué entonces minimizaron ustedes el riesgo? ¿Cree que pesó en ustedes mantener el comercio con China?
Dicen que esto fue un tsunami, nosotros decimos que lo que pasó es que ni se detectó el terremoto ni se quiso reconocer que Italia ya se estaba derrumbando. Pero nos congratula que coincidamos usted y nuestro grupo en las siguientes afirmaciones que ha ido usted vertiendo por los medios.
Primero: el caos autonómico. Aquí sus declaraciones el pasado 17 de marzo: “La alerta sanitaria por la COVID cuestiona la ortodoxia –en sus declaraciones–, la actual gobernanza de nuestro federal –(sic)– Sistema Nacional de Salud, que hace complejo asegurar coordinación, cohesión y equidad”. Y que ahora en su exposición ha ratificado.
Segundo, la inoperancia de la Unión Europea: también cuestiona de algún modo la ortodoxia actual de los instrumentos institucionales de la Unión Europea para asegurar una respuesta coordinada y solidaria en emergencias de este tipo. Son sus palabras, no las nuestras, el 17 de marzo de 2020. Pero es que además usted afirmaba que “lo pude comprobar como secretario general de Sanidad en el caso de la pandemia por la gripe A, donde fueron imposibles las peticiones que hicimos desde el Gobierno de España a compras comunes de material médico o respuestas comunes”.
Con esos antecedentes, ¿aconsejó usted en algún momento al Ministerio de Sanidad, máxime cuando usted es senador por el PSOE, que hiciese acopio de material de protección o test de PCR? Se lo digo porque a usted ahora le parece muy interesante, lo leemos en sus declaraciones el pasado 4 de junio al Diario de Sevilla, la experiencia de Corea del Sur y de Portugal. Pues se lo decimos nosotros, aplican lo que quiere Vox para España: hacer test masivos a los profesionales esenciales, y test a los contactos estrechos. Lo venimos repitiendo desde hace meses. Esperamos que se lo diga al ministro, a ver si le convence.
Para terminar, una cosa común en todos los responsables de sanidad es que ustedes quieren dejar para el final la evaluación de esta terrible desgracia, ese momento en el que los supervivientes se alegren por estar vivos y se empiecen a olvidar de los muertos. Pues bien, nosotros no los olvidaremos y sabemos que ha sido el Gobierno el responsable de la magnitud de esta tragedia.
Gracias.
Ana Pastor Julián (GP Popular)
Muchas gracias. Gracias, presidenta. Gracias, doctor, por su comparecencia. Ha hecho un repaso una persona que conoce muy bien el sistema sanitario y ha abordado, creo que, si no todos, casi todos los elementos necesarios de analizar en este momento y de poner propuestas para el futuro. Le diría más, le diría que coincido con casi todas las observaciones y comentarios que usted ha hecho en todos los ámbitos. Y por eso voy a utilizar el tiempo que tengo para hacerle algunas consideraciones o que pueda profundizar.
Primero de todo, es decirle el consenso, voy a empezar por el final. Soy una partidaria, como sabe, del consenso y de llegar a acuerdos. Y por eso, escuchándole a usted, aunque usted ahora no tiene responsabilidades en el Ministerio de Sanidad, le diría que si yo tuviera que pactar en este momento con usted tendríamos ya el pacto prácticamente firmado, porque usted ha analizado y ha puesto sobre la mesa iniciativas que, como sabe, llevamos defendiendo profesionales sanitarios desde hace muchos años.
Y el consenso, señor Martínez Olmos, tiene que partir del Congreso de los Diputados, de la cámara legislativa. ¿Y por qué? Porque aquí es donde está la representación popular, aquí están representados todos los ciudadanos, y con nuestras distintas visiones y nuestras distintas opiniones representamos a todos. Si no hay pacto de Estado por la sanidad en el Congreso de los Diputados, en las cámaras legislativas, muy difícilmente va a llegar el pacto a ningún ámbito de los que usted ha señalado, que me parecen estupendos todos. Es decir, creo que tiene que haber, cómo no, acuerdo con los profesionales, tiene que haber acuerdo con los pacientes, con la sociedad civil, en fin, con la sociedades científicas, con todos.
Ha abordado el sistema de vigilancia epidemiológica, y ahí me voy a detener un minuto para decirle qué opinión le merece, repasando la legislación, que sé que usted la conoce bien, repasando el Real Decreto 2210/1995, la Orden Ministerial 445 o la última Orden, la 404/2020, y viendo ahora el RDL, el 21/2020, usted cree que este real decreto ley, abordando lo que aborda con respecto a la gobernanza del sistema, valdrá para muy poco tiempo y tendremos que ir a una ley que regule clarísimamente con la experiencia, por supuesto, de la Ley de cohesión y calidad, que hay un capítulo expreso para el tema de salud pública, con la ley de 2011 que usted impulsó y que aquí apoyamos, con la orden ministerial a la que yo le hacía referencia… pero todavía, a mi juicio, el sistema de vigilancia epidemiológica y el sistema integral de salud pública no es el mejor sistema, y es lo que, a mi juicio, no ha actuado oportunamente. Y no le quiero poner ejemplos porque no tengo tiempo, pero podría decir cosas que dice la orden, la 445, que usted lo conoce mejor que yo, seguramente, o la 404. Y luego lo que dice el RDL en terminología, en contenido, en seguimiento del sistema epidemiológico… En fin, en esa parte me interesaría mucho que me diga su opinión.
En cuanto al sistema de vigilancia epidemiológica, y si este RDL es suficiente para la que nos viene a partir de que el decreto de alarma desaparezca. Ya sabe que yo soy partidaria de reforzar las leyes en la legislación ordinaria y poner en esa legislación ordinaria elementos importantes. Por ejemplo, no tiene ningún sentido, como usted bien sabe, en estas órdenes ministeriales de las que le hablo poner por un lado el sistema de vigilancia epidemiológica del Carlos III, y ahí remitimos una información, y luego, por otro lado, al Ministerio de Sanidad, a la Dirección General de Salud Pública o al centro de alertas, que como sabe yo creé pero que no se le ha dotado de suficientes recursos, y ahí digo todos, o sea, no crea usted que hablo de un solo Gobierno, sino hablo de todos los gobiernos, para desesperanza de la que le habla.
Siguiente tema importante; por lo tanto, salud pública, totalmente de acuerdo; sistema de vigilancia epidemiológica, repasemos, por Dios, el RDL, porque podemos tener un problema y, por lo tanto, esto no es cuestión de que un partido político dice una cosa y otro otra, sino que tengamos el instrumento útil, y a mi juicio ese RDL se ha cepillado tanto, con perdón de la expresión, que ya no dice casi nada, aparte del 1,5 metros.
En materia de redefinición de atención primaria, de enfermería, atención domiciliaria, farmacia comunitaria, coordinación sociosanitaria, totalmente de acuerdo. En recursos humanos, no ha nombrado todo, de acuerdo a lo que ha dicho; habría que hablar de la especialización, áreas de capacitación específica y troncalidad. En I+D+i, y sé que es un tema que a usted le importa mucho, la medicina de precisión y la genómica, y que hemos compartido muchas reflexiones, ahí hay que profundizar. Y yo le pediría, en la parte en que usted influya, todo lo que es innovación, pero no solo innovación en la parte de innovación de fármacos o de tecnología, innovación en los procesos asistenciales ordinarios y en todo lo que tiene que ver con todo lo que puede hacer un médico de atención primaria o una enfermera de atención primaria.
En la gobernanza del sistema, comparto con usted lo que ha dicho. En el fondo de coinversión y de inversión, el fondo de cohesión sanitaria está infradotado, lo ha estado siempre, como sabe. Recuerda la Conferencia de Presidentes, donde se había dicho, se pusieron 500 millones al sistema. Esta mañana lo recordaba algún ponente, y después se permitía endeudarse más, pero al final el sistema sanitario, si algún día de verdad los que somos sanitarios mandamos un poco en el presupuesto, pues otra cosa, seguro que le iría bien al sistema sanitario. Lo digo en tono de humor, porque llevamos aquí nueve horas, y entonces, bueno, pues eso…
El tema de la financiación de la sanidad, sabe que aunque discrepe de muchas personas de mi partido político, yo como usted, que usted también discrepa, me consta, yo soy partidaria de financiación finalista, después de la separación de fuentes de financiación, y termino ya señora presidenta, después de la separación de fuentes de financiación creo que no hemos avanzado suficientemente, y por lo tanto se dicen algunas cosas, se dice gasto total, gasto per cápita, que no tienen nada que ver con la eficiencia del sistema. Es decir, uno puede estar dando asistencia sanitaria por 1500 euros per cápita y dar un sistema sanitario espectacular y que en una población dispersa con 1500, pues esos 1500 no son suficientes. Por lo tanto, no hace falta que le diga más.
Siguiente tema y el último, el tema, le he leído a usted dos entrevistas bastante… le he leído todo lo que publica, pero una que me divirtió especialmente que dice “¿Sabe usted lo que quiero?”, como lo que preguntan en un programa de televisión. Pues aquí la respuesta es: ¿sabe usted lo que quiero?, un pacto de Estado por la sanidad. Creo que no nos lo perdonaríamos nunca, especialmente las personas que somos del sector, todos, por supuesto, pero las personas que somos de este sector, al que hemos dedicado toda nuestra vida y que no seamos capaces de encontrar puntos de acuerdo. Y desde luego también le digo que si hablamos, aquí se ha dicho el diagnóstico, seguro que en el diagnóstico, no usted que no está en el sistema en este momento, está en el sistema, pero en otro sitio, seguro que en el diagnóstico no nos ponemos de acuerdo, yo no le voy a recordar, por ejemplo, afirmaciones con respecto a las mascarillas o… le puedo contar tantas cosas, y soy muy generosa, vamos, como me gusta que sean conmigo generosos, pues yo soy generosa con la gente.
Termino, que en el diagnóstico seguro que no nos ponemos de acuerdo, pero por favor en el tratamiento, es decir, en lo que necesita el sistema sanitario, aprovechemos, mejoremos la financiación del sistema y mejoremos la gobernanza del sistema y seamos generosos. Usted lo ha dicho ahí, y termino: ¿sabe usted lo que quiero?, un pacto por la sanidad.
Ana Prieto Nieto (GP Socialista)
Muchas gracias. Buenas tardes, doctor Martínez Olmos, bienvenido a este Grupo de Trabajo Sanidad y Salud Pública enmarcado en la Comisión de la Reconstrucción Social y Económica de nuestro país. Quería agradecerle el detalle de su exposición y todas las claves que nos ha dado a lo largo de los minutos que nos ha estado comentando todas sus propuestas.
Me surgen muchísimas preguntas, pero me voy a ceñir a cuatro y cinco, a ver si me las puede responder. La primera sería en relación a la farmacia comunitaria: ¿cuál cree usted que, de cara un futuro, cuál sería el papel de la farmacia comunitaria? Sé que ha propuesto algo, pero me gustaría que lo ampliase. Y también cómo cree que ha actuado la farmacia comunitaria española durante el estado de alarma.
Otra cuestión, que yo quisiera que ampliase o profundizase es sobre el comité de expertos propuesto.
La siguiente, le pediría que desarrolle algo más de lo propuesto en su intervención sobre financiación sanitaria, que creo que también coincido con algún grupo al respecto de esta cuestión.
Estoy también muy interesada en cómo puede argumentar el fortalecimiento del papel del ministerio, que usted propone que no contradice competencias autonómicas.
Y ya finalizo, también le pido que profundice un poco sobre su propuesta de llevar al Senado un pacto por la sanidad, como el pacto de Toledo, ¿por qué no en el Congreso?
Muchísimas gracias.
Respuestas
Gracias, señora presidenta. Muchas gracias a todos los grupos por sus intervenciones. En relación a lo que ha sucedido en España en la gestión de la pandemia, me van a permitir que no entre, porque entiendo que no forma parte del contenido de la comisión.
A pesar de eso, como creo que para la reconstrucción del sistema sanitario va a haber que hacer cosas ligadas a la pandemia vigente, he trasladado lo que podrían ser decisiones que deben desarrollarse, e incluso he hecho la propuesta de un comité de expertos que asesore a las administraciones sanitarias en el marco del Consejo Interterritorial. Y por lo tanto, no entro ni a decir lo que me parece que se ha hecho mal ni lo que me parece que se ha hecho bien. Estoy dispuesto a venir aquí, si ustedes quieren, a hablar en profundidad, pero también tengo que decirles que nos equivocaríamos si solo hiciéramos un análisis para lo bueno o para lo malo de la gestión de la pandemia sin tener en cuenta qué ha pasado en China, qué ha pasado con la OMS, cómo ha actuado la Unión Europea, etc. Es decir, son elementos que hay que tener en cuenta para poder tener un buen diagnóstico que les pueda servir a ustedes para mejorar las cosas, y en la medida en que les toque por oposición cuestionar al Gobierno, pero sobre todo le pueda servir a España para hacer las cosas mejor en su territorio y en la labor que tiene que hacer en los organismos internacionales donde tenemos presencia.
No obstante, les tengo que decir que me parece fundamental seguir teniendo en cuenta que estamos bajo el paraguas de la pandemia. La declaración oficial de la Organización Mundial de la Salud, con capítulos todavía por ver de esta pandemia, porque no sabemos si vamos a tener vacuna, si no la vamos a tener, nos sabemos si va a haber un tratamiento más eficaz, no sabemos si va a haber un rebrote. Y por lo tanto, tenemos que planificar una serie de cuestiones en la línea que yo les he comentado teniendo en cuenta que, desde mi punto de vista, la gestión de alertas de salud pública de esta naturaleza, donde hay enormes incertidumbres científicas también, solo es factible hacerla bien, si es que hay alguna manera de hacerla bien, en consenso político y con apoyo experto. Por eso propongo la creación de un comité de expertos para esta nueva etapa. Pueden no hacerme caso. Yo les diré que es muy interesante que todas las administraciones sepan que si van a tomar una decisión igual o diferente entre una comunidad y otra en relación a la vuelta al colegio de los menores, pues tiene que estar sustentado el planteamiento común o el planteamiento diferente en visiones expertas, no solamente epidemiológicas, también visiones expertas de lo que tiene que ver con los profesionales que se dedican a la educación.
Pero, bueno, es un consejo que yo les doy, porque en la experiencia que yo tuve ocasión de compartir con la ministra Trinidad Jiménez, tener comité de expertos institucionalizado con todas las organizaciones profesionales nos fue muy bien. Nos fue muy bien porque las incertidumbres las pudimos gestionar de una manera consensuada desde el punto de vista de aquellas cosas que se podía pensar que eran lo más razonable. No es un tema menor para poder gestionar una situación como esta donde las diferencias que puede haber en relación a los puntos de vista técnicos que muchas veces existen, no deben ser la clave, en mi opinión, para las diferencias políticas que sí tienen espacio, porque son fundamentalmente o bien en algunas ocasiones diferencias ideológicas o pueden ser diferencias de alternativas que pueden ser mejores que las que esté aplicando el Gobierno, y es la función lógica que yo creo que tiene que hacerse en el ámbito de la democracia.
Por eso les dejo mis reflexiones ahí y les pido disculpas en ese sentido, porque creo que cumplo con el deber de haber venido a esta comisión con esa finalidad.
Planteaba el responsable, el portavoz de Ciudadanos, a quien quiero agradecerle sus palabras, si un Consejo Interterritorial más ejecutivo o qué reformas: mire, yo creo que el Consejo Interterritorial, lo que requiere es actuar bajo un consenso de un pacto de Estado por la sanidad, o un acuerdo amplio político. Ya veremos a lo que somos capaces de llegar en España –digo, somos, me meto como ciudadano–, a lo que son ustedes capaces de llegar. Pero si hay un acuerdo amplio político sobre qué es lo que hay que hacer es más fácil la gestión del Consejo Interterritorial. Yo he estado muchos años como secretario del Consejo Interterritorial y les puedo decir que el 99,9 % de las decisiones han sido por acuerdo unánime. Sin embargo, la imagen no es esa. Algo estará pasando. Pero de alguna manera me parece que en el marco de competencias constitucionales, con la sentencia que ha habido incluso de cuál es la competencia que tiene el Estado en la Alta Inspección, etc., el Consejo Interterritorial puede funcionar mejor en el marco de un acuerdo político. Por supuesto, evidentemente, si se llega a un acuerdo aunque no haya un acuerdo político en el marco del Consejo Interterritorial, lo que no es razonable es no cumplirlo el que lo haya apoyado. Y estas situaciones a veces han sucedido.
En relación con la transparencia, yo creo que aquí que seguir dando pasos. Le tengo que decir, señor diputado, que hay un portal de transparencia del Sistema Nacional de Salud que tiene en torno a 100 indicadores de salud pactados en el ámbito del Consejo Interterritorial que comparan desde los años setenta, indicadores comunidad a comunidad, donde se pueden ver las diferencias que hay, etc. Pero evidentemente eso es mejorable, se pueden incorporar nuevos indicadores, incluso indicadores de funcionamiento de los servicios en aquellas cuestiones que ustedes consideren que los ciudadanos tienen derecho a conocer (en cuanto a la calidad del Servicio de Ginecología de mi hospital frente a otro). Bueno, ese tipo de cuestiones, que es cuestión de pactarlas, se puede hacer.
La transparencia es fundamental porque es la base para poder hacer una evaluación y luego plantear medidas de corrección de desigualdades, etc. ¿Se puede hacer en el marco de una agencia de evaluación? Se puede hacer en el marco de una agencia de evaluación. Se puede hacer también en el marco de la agencia de salud pública que planteo. Incluso se puede hacer en el marco, como lo hicimos en un periodo de gobierno, con una dirección general. Bueno, ahí es diferente una opción que otra, pero en cualquier caso, como esto implica a las comunidades autónomas, no puede ser una cuestión exclusiva del ministerio. Tiene que ser también, por eso, reitero, que el pacto de Estado que yo comparto con la señora Pastor como objetivo, el conseguirlo y el que se haga en el Congreso, lo que creo es, primero que es difícil, y segundo que, de hacerlo, tiene que incorporar también a las administraciones, al Gobierno de España y a los gobiernos autonómicos. No vale, en mi opinión, solo con un pacto de Estado en el Congreso de los Diputados. Creo que está muy bien pero no es suficiente, porque de ahí se derivan cuestiones que están en el marco competencial de las administraciones autonómicas. Por lo tanto, hay que ser más ambicioso y tratar de llegar, en mi opinión, a un acuerdo institucional más amplio.
Lo difícil es definir cuál es el contenido de ese acuerdo. Cuanto más sencillo sea el contenido, más fácil es llegar a un acuerdo, porque será más difícil que haya discrepancias. Voy a poner un ejemplo: seguramente a usted y a mí, o a cualquiera de los que estamos aquí nos puede parecer mejor un sistema de pensiones u otro sistema de pensiones. Pero el denominador común que se escogió en España fue definir que queremos un sistema público de pensiones que sea sostenible, y que sea con la aportación de los trabajadores y de los empresarios. Eso fue lo que decidimos. El cómo se gestiona, cuántos años de cotización para tener derecho, etc., eso es la gestión del asunto. Y eso, el pacto de Estado de las pensiones se considera que es mejor hacerlo por acuerdo, todas las reformas hacerlas por acuerdo. En muchos casos las reformas se han hecho con un consenso total; en otras, por mayoría. Pero la cuestión es que todos defendemos ese sistema y quien gobierna tiene la responsabilidad de tratar de cumplir ese objetivo pactado de la mejor manera posible.
En la última etapa yo recuerdo que el Partido Popular, el Gobierno del señor Rajoy planteó la actualización del 0,25 % y fue en desacuerdo con otros agentes, con otros grupos políticos. Pero era su responsabilidad tomar decisiones. El objetivo era tratar de hacerlo sostenible; en la alternancia luego se pueden corregir las cuestiones. Incluso el mismo Gobierno puede pensar en un momento determinado que una decisión la puede cambiar porque se dan otras circunstancias.
Por eso me parece importante, y con esto también contesto a la señora Prieto, el que eso una vez pactado se lleve al Senado, porque no es que sea la cámara territorial, es que debe serlo. Yo, lo que espero es que algún día haya una reforma constitucional que dote al Senado de esa finalidad. Pero en cualquier caso me da igual, me da igual en el sentido de que si hay acuerdo, prefiero el acuerdo donde ustedes quieran que se haga el acuerdo, porque eso será lo importante, pero creo que sería lo más coherente hacerlo de esa manera. Por eso proponía esa iniciativa, copiando de alguna manera la cuestión de la gestión del pacto de Toledo por las presiones.
Y en relación con la investigación, el Carlos III debería estar en Sanidad. No lo hemos hecho, ninguno de los gobiernos que hubo, después de llevárselo a otro ministerio. Pero yo sí creo que es interesante pensar cara al futuro, en ese posible acuerdo que hagan ustedes, que estaría bien que estuviera ahí porque es un instrumento muy interesante de potenciación de la innovación y del desarrollo.
Unidas Podemos plantea la cuestión de la financiación, la financiación finalista, la financiación de la atención primaria: yo soy en esto muy heterodoxo. Yo creo que la financiación debe ser finalista. Pero sé que esta idea no la compra ningún presidente de ninguna comunidad autónoma. Estoy en el mundo, sé lo que pasa, sé lo que piensan y sé por qué lo dicen y por qué lo piensan. Pero desde Sanidad tenemos que reclamar que si se utiliza cuando se renueva el modelo de financiación autonómica, y la historia de España reciente así lo demuestra, lo que cuesta la sanidad transferida para reclamar fondos en ese cada vez nuevo modelo de financiación, o es finalista ese dinero, o al menos lo que se está pidiendo que esté tasado, que vaya a Sanidad.
Muchas veces, es lógico, los presidentes, como han pasado varios años desde el anterior modelo de financiación cuando se reforma, reclaman que las decisiones del Gobierno con nuevos medicamentos, nuevas prestaciones, le han supuesto un incremento de gasto, y por lo tanto argumentan en ese sentido para reclamar más financiación. De hecho, los últimos trabajos que dejó vigente el Gobierno del señor Rajoy en la renovación del actual sistema de financiación autonómica, que todavía no se ha hecho, pues plantaban acuerdos técnicos e informes técnicos sobre cómo mejorar la financiación de la sanidad y cómo mejorar el sistema de financiación autonómica en base a cómo habían subido los gastos sanitarios.
Claro, lo que sería llamativo es que si se llegara a un acuerdo, después no hubiera ese retorno a la sanidad, porque entonces estaríamos con la insuficiencia crónica que tiene el sistema sanitario público, que es causa de inequidades, porque muchas veces esa insuficiencia justifica decisiones de gestión diferentes de una comunidad a otra, que a veces son solo diferencias de gestión pero a veces son inequidades. Y por lo tanto, yo entiendo que al ser una causa estructural habría que tratar de corregirla.
También en relación con la financiación de la atención primaria a mí, sin decir qué es lo que queremos hacer, sería el primero que no diría qué porcentaje tiene que haber de financiación para ningún área del sistema sanitario; yo creo que la clave es qué queremos hacer con una planificación de medio y largo plazo donde recuperemos lo que se hizo en los años ochenta, definir criterios de cuántos recursos humanos en función de las variables que queramos. ¿En función de habitantes? Pues en función de habitantes. ¿En función de dispersión? Pues en función de dispersión. Cuántas enfermeras en función de la población o en función del número de médicos, lo que queramos, pero una planificación que permita que lo que es la dotación de recursos asegure una equidad, aunque luego puede haber, lógicamente, variables diferentes.
De igual manera, qué prestaciones queremos dar a la atención primaria, cómo puede influir y mejorar la digitalización. Eso, si lo hacemos así nos daría como resultado una necesidad de financiación que nos dará también como resultado si lo queremos hacer en un año, en dos, cuatro, seis, diez o veinte. La reforma de la atención primaria en España se hizo con una visión estratégica: se definieron unos criterios, incluso luego, cuando las comunidades autónomas se hicieron los mapas de atención primaria, todos los municipios sabían que les tocaba un centro de salud, un hospital comarcal o un consultorio. Y en algunos casos incluso los gobiernos regionales dijeron “a usted le toca el año que viene, a usted le toda dentro de tres años y a usted le toca dentro de seis años”, porque es lógico que las inversiones no se puedan hacer en un mismo tiempo. Yo creo que ese es un mejor camino para eso.
Y usted me plantea sobre la cuestión de Muface. Mire, yo creo que este tiene que ser un tema de acuerdo. Yo preferiría que no hubiera Muface, y por lo tanto sería más partidario de que a partir de ahora no lo hubiera, no tengo nada en contra, creo que todo lo que puedan ser privilegios es difícil de justificar en la sociedad actual. Pero tampoco me importa que continúe, siempre que sea en el marco de un acuerdo.
Por lo tanto, yo creo que aquellas cuestiones que realmente les pueden diferenciar, y no les voy a enseñar nada de técnicas de negociación política, deben quedar al margen si no son prioritarias, porque si no, entones nos vamos a atrancar todos en lo que pueden ser nuestros puntos de vista.
Al Partido Popular, doña Ana Pastor, gracias por sus palabras. Claro, concretamente usted hace un planteamiento que es superinteresante en lo que se refiere, no a mí, yo no creo que me haya hecho usted ningún favor… sí me lo ha hecho cuando ha dicho que conmigo pactaría, sabe que nosotros tenemos voluntad de acuerdo siempre cuando hemos tenido ocasión usted y yo de hablar. Pero también es que tenemos, yo creo, mucha experiencia y sabemos que hay cosas que son necesarias, y otras que son factibles, y otras que aunque tengamos puntos de vista diferentes sabemos que no son tan factibles y las podemos dejar a un lado. A lo mejor por eso muchas veces hemos sido capaces de llegar a acuerdos.
Pero usted plantea una cosa muy interesante con el sistema de vigilancia epidemiológica. Yo creo que aquí también es imprescindible una modernización pactada, porque tiene que ser sostenible lo que hagamos con la vigilancia epidemiológica. Yo creo que hay dos elementos básicos: uno, los datos tienen que nutrirse de las historias clínicas, y si es una novedad, una enfermedad nueva, se crea un sistema de registro específico, pero tienen que nutrirse de la historia clínica y permitir que los diferentes niveles de la administración que tienen que intervenir, desde un área geográfica pequeña, un distrito de atención primaria, un área hospitalaria, una provincia, si es la organización de una región, una comunidad autónoma completa o el Ministerio de Sanidad, puedan tomar decisiones con datos reales, con datos objetivos, con datos en el momento preciso, porque cuando hablamos de tener que intervenir en situaciones de emergencia, la rapidez y la calidad de la información es fundamental.
Yo creo que tiene márgenes de mejora lo que se ha hecho, y probablemente la mejor manera de hacerlo sería aprovechar la tramitación del real decreto ley para luego continuar, aprobarlo o no, pero, bueno, eso ya depende de la mayoría, para luego continuar su perfeccionamiento y hacer una ley definitiva. Entiendo que si están ustedes en la idea de hacer un acuerdo político, este puede ser un elemento importante que permita gestionar la pandemia actual hasta que se dé por finalizada, pero dejar ya una estructura de vigilancia epidemiológica muy sostenible en el tiempo para esa nueva reconstrucción que queremos. Ese es mi punto de vista.
Usted plantea, yo no he hecho referencia a las cuestiones de la troncalidad ni al área de…, las hace porque creo que es un buen planteamiento, pero lo entiendo más resuelto si realmente hacemos un acuerdo. Cuando yo hablaba de una política nueva de recursos humanos, hablaba también de incorporar este tipo de cosas, ¿de acuerdo?
Aquí no estamos, yo no veo tan claro que sea tan fácil llegar a acuerdos, no en lo político, sino en lo profesional. Usted sabe que ahí hay muchas veces luchas encarnizadas. Pero si hay un acuerdo político es más fácil luego de desarrollar, y por lo tanto nos queda pendiente de la Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias trabajar en esa dirección, y en ese sentido usted sabe que yo estoy de acuerdo.
Por supuesto que la cuestión de la genómica, de la medicina de precisión, en mi opinión es imprescindible que aprovechemos el trabajo que hicimos en el Senado todos los grupos políticos. Hemos traído a comparecencia hace dos años a todos los expertos del país. Hemos llegado a un consenso técnico y político, yo creo que envidiable. Pero luego esto hay que traducirlo porque también llevará inversiones, llevará priorizaciones, llevará definición de unidades de referencia nacional que requieren, lógicamente, un trabajo que lo tiene que liderar el ministerio con las comunidades autónomas, y que creo que si no lo hacemos podemos perder la posibilidad de estar a la cabeza, porque como sistema sanitario no deberíamos dejar que ninguna innovación de las que nos pueda traer la tecnología, en este caso los avances científicos preventivos y curativos, quede fuera del alcance de nuestros ciudadanos. Hemos demostrado en los cuarenta años aproximadamente que lleva el sistema sanitario que hemos sido capaces de incorporar las innovaciones. Y por lo tanto, esa ha sido una de las claves, junto a la buena calidad de nuestros profesionales sanitarios, para que la sanidad haya respondido satisfactoriamente a las necesidades de la gente. Aquí me parece que hay una línea de trabajo imprescindible y necesaria.
Y termino con las cuestiones que me planteaba la portavoz del Partido Socialista. Sobre farmacia comunitaria: yo creo que hay que dar el paso, probablemente con criterios de acreditación de los profesionales sobre las competencias que se requieren para hacer posible incorporarse en programas concretos que las comunidades autónomas puedan desarrollar para mejorar el seguimiento farmacoterapéutico, mejorar la adherencia de los tratamientos, generar eficiencia y también colaborar en muchos programas de salud pública donde también la farmacia comunitaria puede entrar, yo creo que acreditación previa. ¿Por qué? Porque también es verdad que se requiere la aplicación de determinada metodología y determinados instrumentos.
Cuando usted me preguntaba sobre el comité de expertos, creo que le he contestado. ¿Esto puede ser discutible? Pues como todo. Ha habido expertos que han asesorado al Gobierno. Yo no he asesorado al Gobierno, porque antes me lo preguntaron, no soy experto del Gobierno, soy un profesional que tiene sus opiniones, tengo mis opiniones, y todas las que he dado, se lo digo ahora a la representante del grupo Vox, las he dado con plena libertad, con aciertos o con errores, como las que puede dar usted o cualquier otra persona, pero sin ninguna vinculación ni política ni institucional. Y sí creo que debería usted revisar, porque a lo mejor soy yo el equivocado, creo que en esas declaraciones a Redacción Médica lo que yo dije es que el sistema estaba actuando bien. Porque en la gestión de la pandemia hay una cosa que ustedes tienen que considerar: hasta el 14 de marzo las decisiones se tomaron en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud por unanimidad. Y era el órgano que comandaba la sanidad española, legal e institucionalmente.
En el momento en el que uno está opinando cómo va un partido, pues a lo mejor en los diez primeros minutos del partido le gusta que Messi haya metido tres goles, pero a lo mejor en el minuto noventa le han metido cuatro al equipo contrario. Eso depende de en qué momento uno esté opinando. Y esto me parece importante tenerlo en cuenta, no para la gestión de lo político, en lo político yo he sido también diputado y senador, con aciertos y con errores, y entiendo que el lenguaje es diferente, pero desde el punto de vista profesional, desde el punto de vista de la responsabilidad ética que tenemos las personas que profesionalmente, con nuestros aciertos y nuestros errores, podemos trasladarle a la sociedad cualquier opinión, lo más documentada posible, y sobre todo en una situación compleja como la actual, para ayudar al país, pues son opiniones, son planteamientos que tienen que hacerse con la idea, no de apoyar o no apoyar al Gobierno, sino de apoyar al país, que es lo que entiendo que corresponde a cada profesional en su ámbito profesional exclusivamente.
Por eso me parece que en este momento conviene un comité de expertos, porque quedan áreas de decisión importante. El tema de las vacunas es una cuestión fundamental. Ana Pastor, usted sabe perfectamente cuando la gestión de la gripe A, que cuando tuvimos que abordar la compra de vacunas, nosotros preferíamos, por equidad y por precio, una acción concertada y coordinada de la Unión Europea. No fue posible, porque la manera en la que se organizan las decisiones en la Unión Europea, pues requiere la unanimidad de las decisiones de los Estados miembros, y hubo países que no lo consideraron oportuno. Eso hizo que nosotros tuviéramos que trabajar para resolver lo que era nuestra obligación: disponer de vacunas para la población española con criterios pactados con las comunidades autónomas, con las organizaciones profesionales, etc.
Incluso aunque hubiera una acción internacional de la OMS o de la Unión Europea, hay que organizar los servicios, hay que definir quiénes son los primeros que se deben beneficiar de la aplicación de la vacuna. Habrá que tener criterios técnicos. Yo tengo mi opinión, pero aquí tienen que ser las organizaciones técnicas, el Centro Europeo de Control de Enfermedades o la OMS, quienes digan si primero tienen que ser los profesionales sanitarios, si después tienen que ser las poblaciones vulnerables, lo que sea. Hay que acordarlo, porque eso conlleva toda una organización de la sanidad que probablemente, y ojalá suceda si tenemos la vacuna, tendremos que afrontar de inmediato.
Lugo cómo hacerlo, tener respaldo del comité de expertos, a mí me parece que es una buena metodología. Y mi opinión es que los expertos tienen que ser las organizaciones profesionales. Y luego puede haber expertos muy expertos, que cada persona puede decir “tal persona es muy experta”, pero las organizaciones profesionales, que tienen una responsabilidad institucional y también ética con la sociedad, deben estar incorporadas en ese planteamiento para darles seguridad a las decisiones de la autoridad sanitaria, que muchas de ellas estarán bajo la incertidumbre científica todavía.
¿Y si tenemos una vacuna que cuando se autorice se autoriza aunque tenga algún posible efecto adverso? Eso no lo sabemos, luego lo lógico es decidirlo con criterios técnicos, con criterios expertos. Lo mismo me vale para cualquiera de las cuestiones que les he comentado.
Finalmente, sobre financiación sanitaria solo decir que probablemente necesitemos más recursos, pero también vamos a estar a expensas de cuál es la evolución de la economía de nuestro país, eso lo sabemos. Pero lo que sí es cierto es que la financiación tiene que tender a ser suficiente y equitativa. Y en sanidad tenemos mucha experiencia ya para saber cómo se puede medir eso y para avanzar, porque la financiación, si es equitativa y es suficiente, es un instrumento válido para la gobernanza del sistema sanitario, sea descentralizado o no lo sea; lo que tiene que hacer es dar respuesta a lo que realmente se necesita.
Y hay un área de incertidumbre en el gasto sanitario que siempre va a existir, y es: ¿cuánto nos va a costar la innovación que venga el año viene, dentro de dos años o de dentro de tres? Nosotros podemos pactar un modelo de financiación con el acuerdo de todos los partidos políticos, pero dentro de cinco años pueden aparecer tres tratamientos de enfermedades que hoy son absolutamente imposibles de tratar y que permiten curar, vean el caso de la hepatitis C. Y hay que hacer una inversión económica que no podemos pronosticar.
Luego tenemos que tener un procedimiento de toma de decisiones, y por eso yo planteaba el fondo de coinversión. Llámenle lo que quieran, pero se trata de que cuando hay que incorporar alguna innovación disruptiva porque es un enorme avance para los ciudadanos y tiene un coste, hay que compensar a las comunidades autónomas de alguna manera. Y por lo tanto, esto también tiene que estar incorporado en ese modelo de financiación, que yo entiendo que tiene que tender hacia la consideración de finalista, aunque soy consciente, estuve en el Gobierno y sé lo que pensaban en los gobiernos de comunidades autónomas del Partido Socialista y de otros partidos, sé que no es la consideración que tienen los presidentes de las comunidades autónomas.
Pero termino, presidenta, hoy lo que piensa la sociedad española de la sanidad, lo que piensa la sociedad española de la importancia de la sanidad, hace más difícil explicar por qué se reclaman recursos para la sanidad y luego no se ponen en la sanidad. Va a ser más difícil hacerlo.
Luego entonces, los que creemos en una financiación suficiente, pongamos en ese sentido nuestro trabajo, a ver si es posible que lo consigamos.
Muchas gracias.