Jesús Cubero Herranz
Secretario general de la Asociación de Empresas y Servicios para la Dependencia
15 de junio de 2020
Intervención
Muchísimas gracias, presidenta. Miembros de la Comisión de Reconstrucción del Grupo de Trabajo Sanidad y Salud Pública, comparezco antes esta comisión agradecido por tener la oportunidad de trasladarles desde AESTE la visión de la atención de la dependencia y con el objetivo de aportar y colaborar en el diseño del futuro del sector de los cuidados de las personas mayores en España.
Lo primero de todo, quiero ofrecer nuestras condolencias a todas aquellas familias que han perdido un ser querido durante esta pandemia, y quiero rendir un sincero homenaje a todos aquellos profesionales de las residencias de mayores que se han contagiado con este maldito virus, dando la cara en primera línea de batalla y luchando por salvar la vida de nuestros mayores. A todos ellos vaya mi homenaje.
Lo que hemos vivido en los últimos meses ha sido horrible, y eso solo lo sabemos los que hemos estado trabajando en esa primera línea durante toda la pandemia. En los últimos meses les hemos escuchado decir que el responsable de tantas muertes en España ha sido el virus. Estoy de acuerdo con ustedes, nosotros también lo creemos. Este virus ha venido cuando no estábamos preparados y nos hemos visto todos desbordados ante la situación. Señorías, durante semanas nos hemos sentido solos y desprotegidos ante una crisis sanitaria sin precedentes. El coronavirus ha aflorado deficiencias que venimos denunciando desde hace años y que debemos abordar entre todos de manera urgente.
La atención que proporcionamos a nuestros mayores la llevamos a cabo siguiendo siempre estrictamente los protocolos dictados por el Gobierno y las comunidades autónomas. Desde hace más de cuarenta años proporcionamos un servicio de país, un servicio a la sociedad del que nos sentimos orgullosos. Cientos de miles de familias confían en nosotros cada año para el cuidado de sus mayores, pero es importante que todos tengamos claro que nuestro sistema de atención a la dependencia ha basado su atención en un sistema de cuidados, no de atención sanitaria, ya que esta reside en los servicios sanitarios de las comunidades autónomas.
La atención residencial necesita siempre del complemento, la ayuda y el apoyo del sistema sanitario para ofrecer a las personas mayores el cuidado de la salud que requieren. En nuestro caso, AESTE es una organización que agrupa entidades altamente profesionalizadas del sector y que actualmente tenemos un volumen agregado de 55 000 plazas residenciales en los 400 centros que tienen nuestros asociados. Contamos así mismo con plazas de centros de día y prestamos servicios de ayuda a domicilio y teleasistencia domiciliaria. Y para ofrecer un servicio de calidad a las personas que cuidamos contamos con más 70 000 profesionales en toda España.
El sector de los cuidados en España es especialmente relevante, ya que nos ocupamos de que los colectivos más vulnerables puedan mantener una alta calidad de vida; sin embargo, se trata también del gran desconocido y por ello quería comenzar trasladando a sus señorías que es un sector que agrupa los subsectores de residencias, de centros de día, de teleasistencia y de ayuda a domicilio.
En cuanto a la gestión, puede ser de cuatro tipos: 100 % pública, pública de gestión privada, plazas concertadas o 100 % privada. La mitad de las plazas residenciales disponibles en nuestro país cuentan con financiación pública y se inscriben, por ende, en el Sistema Público de Servicio Sociales, siendo un pilar fundamental del Estado del bienestar.
Señorías, como les comentaba en mi radiografía sectorial, esta crisis sanitaria ha demostrado que efectivamente somos el gran olvidado histórico de las administraciones públicas, el hermano menor de la sanidad, si me permiten la expresión. Durante la crisis sanitaria de la COVID el sector de los cuidados hemos sufrido las consecuencias de una importante descoordinación entre las responsabilidades de servicios sociales y sanidad. En ese ámbito quiero centrar mi exposición de hoy: cómo podemos mejorar esa coordinación a futuro para evitar volver a cometer los mismos errores.
Hoy nos encontramos en esta Comisión de Reconstrucción precisamente para ello, para reconstruir la confianza en el modelo de atención a nuestros mayores, y mi papel aquí es el de solicitarles ayuda; pedirles ayudas porque no podemos mantener estas discusiones políticas que tanto irritan a los ciudadanos. El otoño está muy cerca, señorías, peligrosamente cerca, y no podemos permitirnos el lujo de que un posible rebrote de la pandemia nos pille de nuevo discutiendo y sin coordinación. Se lo debemos a todos nuestros mayores y a sus familias. Lo ocurrido no puede volver a pasar. Y hoy, señorías, estamos aquí para comenzar el tránsito hacia un nuevo modelo.
Antes de avanzar, no quiero dejar de resaltar el importante esfuerzo realizado por los trabajadores del sector de los cuidados. Estos han realizado una labor encomiable durante la crisis para asegurar que nuestros mayores recibieran la atención que requerían, que sus familiares pudieran mantener el contacto con ellos y sobre todo superando situaciones tremendamente complicadas a las que no les hubiera gustado enfrentarse nunca. Y remarco este último punto: nuestros profesionales se dedican al cuidado y no a la cura, su trabajo es asegurar la calidad de vida de nuestros residentes, darles amor, apoyo, fortaleza y cuidados, al igual que hacen sus familias. Somos un sector compuesto por personas que trabajan para las personas.
Durante las fases más duras de la pandemia, los 245 000 profesionales del sector de la dependencia han hecho lo imposible por llegar donde la administración no podía llegar, y es que no nos olvidemos de que la atención a la dependencia en España se ha considerado hasta ahora como una competencia menor, con un papel clave de las comunidades autónomas y corporaciones locales que han tenido que hacer frente a su demanda con grandes limitaciones presupuestarias.
Lo cierto es que el marco regulatorio que guía nuestro sector data del año 2006, una legislación relativamente reciente, pero que se ha demostrado ineficaz a la hora de abordar una pandemia de esta naturaleza, una ley cuya reforma resulta necesario analizar, ya que nuestro sector debe acoger en los próximos años a la generación del denominado baby boom, una reforma que debe tener en cuenta que las personas a las que cuidamos tienen una media de edad de 84 años, diversas patologías coincidentes en el tiempo, toman cinco o más fármacos y se encuentran en una situación de gran dependencia. Estamos hablando, por lo tanto, de una reforma que debería ayudar a recuperar la confianza en los profesionales del sector y mejorar la coordinación con el ámbito sanitario.
Como he señalado previamente, si algo ha puesto de manifiesto esta crisis sanitaria ha sido la descoordinación existente entre las áreas de servicios sociales y sanidad a todos los niveles. No se trata de un problema de una administración concreta, sino de una legislación que no estaba diseñada para hacer frente a una crisis de esta naturaleza.
Señorías, debemos afrontar un posible rebrote de esta pandemia en el otoño. Y para afrontarla con garantías necesitamos su ayuda y la de todas las instituciones. Debemos ser ejemplares, y desde nuestro humilde punto de vista debemos contemplar cuatro puntos fundamentales de actuación.
Ante un posible rebrote debemos, en primer lugar, contar con un sistema de alertas tempranas, que no sea de nuevo el sector quien tenga que solicitar a las comunidades autónomas la toma de medidas como el cierre de los centros de día o la restricción de las visitas en las residencias.
En segundo lugar, la realización de test masivos a los residentes y a los trabajadores de la residencias para conocer la situación de cada centro en cada momento y poder proceder a la correcta sectorización de los mismos.
En tercer lugar, contar con un plan de contingencia de EPI ante una posible saturación del mercado de nuevo.
Y en cuarto lugar, un plan individualizado de contingencia para la atención sanitaria en todos y cada uno de los centros residenciales. Necesitamos contar con el sistema de salud para atender las derivaciones y atenciones especiales que requieren los mayores con los primeros síntomas de la COVID-19.
Hace dos semanas vino a esta misma mesa de trabajo una compañera de otra asociación patronal para explicarles el pasado. Señorías, me gustaría que hoy pudiéramos hablar de cómo podemos recuperar la confianza de la sociedad diseñando de forma conjunta el futuro del sector de la atención a los mayores. Por ello, desde nuestro punto de vista resulta necesario profundizar en una legislación que tienda hacia un modelo de atención sociosanitaria. Las residencias no son hospitales, ni deben convertirse en hospitales; son el hogar de los mayores y deben seguir siéndolo, ara hacer frente a los problemas propios de las personas con necesidades especiales de cuidados y que permiten ayudar a nuestros mayores, por ejemplo a no estar solos y a seguir sintiéndose una parte fundamental de la sociedad. No obstante, debemos ser conscientes de que, dadas las características de las personas que viven hoy en día en las residencias, es necesario implementar un mayor grado de asistencia sanitaria en todos aquellos centros que por sus características así lo permitan.
Y en base a esta idea, señorías, apostamos por un modelo sociosanitario que, en primer lugar, ayude a fortalecer los circuitos de referencia entre atención primaria y los centros residenciales.
En segundo lugar, que permita reforzar los servicios hospitalarios de gerontología e intensifique su apoyo al circuito residencial.
En tercer lugar, creando un sistema de acreditación de centros para poder evaluar qué resistencias están en disposición de atender a las personas mayores con enfermedades crónicas, un colectivo que, sin duda, puede ser tratado en nuestros centros con una mayor especialización que los hospitales de agudos tradicionales. En estos casos es necesario dotar de mayor apoyo de personal sanitario (y hablo de médicos, enfermeros, auxiliares, fisioterapeutas) y resulta básico contar con una histórica clínica compartida entre las residencias y los sistemas de salud de todas y cada una de las comunidades autónomas.
Y por último y en cuarto lugar, debemos avanzar en este modelo sociosanitario creando equipos sanitarios interdisciplinares orientados a la atención de situaciones agudas y de emergencia asistencial en las residencias. Para estos avances sería necesario contar con la implementación generalizada de la telemedicina y de sistemas de información interoperables que liguen los servicios de atención a nuestros mayores en las residencias con los servicios del sistema público de salud.
Resumiendo, señorías, desde nuestro punto de vista, los esfuerzos a futuro habrán de concentrarse en mejorar el seguimiento de los pacientes y la coordinación y enlace con los servicios regionales de salud, que continuarán siendo los garantes últimos de la atención sanitaria a los residentes. En paralelo podría estudiarse la introducción de una nueva tipología de centro residencial con mayor grado de medicalización orientado a atender las necesidades más intensivas de atención sociosanitaria de algunos residentes. Para que una reforma de este calado pueda dar los resultados esperados es fundamental en cualquier caso que esté respaldada por un firme compromiso de financiación que cubra los servicios adicionales prestados y la introducción de figuras de coordinación médica en las residencias.
Señorías, España no puede continuar por más tiempo aguantando las disputas políticas. Necesitamos que tengan altura de miras y sean capaces de buscar el bien común, de diseñar un sistema de cuidados que cuente con todas las garantías para los mayores, y también las sanitarias.
Según datos de la OCDE la financiación pública per cápita para atención a los mayores dependientes en España es la mitad del promedio de los países de su entorno. Creo sinceramente que esta cifra habla por sí sola, y es necesario calibrar los medios presupuestados a las ambiciones del conjunto de la ciudadanía por impulsar la calidad en la asistencia a los mayores. Esto es aún más urgente, considerando que la financiación actual de las plazas concertadas y en concesión cubre a duras penas los costes de cada plaza residencial. Si la financiación actual es de por sí insuficiente, difícilmente podrá sufragar servicios adicionales. Y para que sean conscientes de nuestra realidad, y en contraste con otros países europeos, en España carecemos de una línea específica de financiación de los servicios sanitarios que se están prestando a los mayores dependientes en las residencias.
La asignación de recursos adicionales es clave para mejorar la atención sanitaria en los centros. Además, las tarifas reflejan las necesidades reales. Actualmente no hay modulación de tarifas en función del grado de dependencia de los residentes. Sería conveniente lograr un nivel de financiación sostenible que cubra las necesidades reales, incluyendo las sanitarias y basándose en los costes contrastados de la cartera de servicios. Únicamente así podremos dar como sociedad un salto cualitativo hacia la atención que nuestros mayores requieren.
Potenciar el modelo de atención sociosanitaria a través de la colaboración público-privada es además dar respuesta a las crecientes necesidades de plazas residenciales ligadas al reto demográfico, como es el envejecimiento de la población y la cronicidad de las enfermedades. Es también apostar por un menor coste para las arcas públicas, mientras se garantiza el respeto a los mismos estándares de calidad y atención que rigen en las residencias de carácter íntegramente público, y es sin duda apostar por una capacidad de inversión y financiación fundamentales a la hora de adaptar el circuito residencial a la nueva normalidad pospandemia.
Este nuevo modelo requeriría también agilizar la gestión de la oferta de plazas residenciales, dando así respuesta a la creciente demanda de nuevas plazas fruto del proceso de envejecimiento demográfico. Garantizar la atención sociosanitaria con requisitos de acceso equiparables en las distintas comunidades autónomas es asegurar la igualdad en la calidad de los servicios, sin importar el lugar de residencia, sin que dependa del código postal en el que vivimos. Y para ello es esencial lograr una mayor armonización de las estrategias de planificación, de los requisitos previos de la autorización, de los sistemas de contratación y de los estándares de calidad.
Finalmente sería necesario revisar las tarifas actuales por residentes en función del grado de dependencia, lo que permitiría proporcionar un nivel adecuado de cuidados a aquellos residentes que por su condición de dependientes precisen de un mayor grado de atención.
En línea con el refuerzo de la atención sanitaria en los centros de mayores, debemos buscar una mejora de las ratios de presencia de personal sanitario en las residencias. Para ello podría explorarse la posibilidad de introducir nuevas figuras inspiradas en otros modelos europeos, como por ejemplo la figura del médico coordinador, cuya función es diseñar los recorridos terapéuticos, acompasar la labor del personal médico y de enfermería, coordinar las buenas prácticas médicas y dirigir la colaboración con los servicios públicos de salud.
Otro asunto crítico que no debemos olvidar es la mejora de la formación reglada de los profesionales que trabajan en los centros de mayores, que debe ser uno de los objetivos centrales de la reforma del modelo residencial español. Señorías, el papel de los cuidadores o gerocultores es fundamental en nuestro caso, y su grado de preparación académica y profesional y su motivación impactan directamente en la atención sociosanitaria y en la calidad de vida de los residentes. Por ello, podría estudiarse el refuerzo de la formación profesional mejorando su capacitación con especial enfoque en los cuidados sanitarios.
La introducción de un sistema accesible para todos los cuidadores de evaluación de la calidad en las residencias de mayores, a semejanza de lo que existe en países como Alemania, Reino Unido o Países Bajos, permitiría aumentar la confianza en el sistema, potenciar la calidad de los servicios y facilitar su comparabilidad a los usuarios y a sus familias. Los indicadores podrían ser acordados de manera conjunta entre las administraciones públicas y los operadores del sistema residencial. La autorregulación y la introducción de un sello de calidad es una oportunidad para el sector de demostrar su compromiso y apuesta por la transparencia, al tiempo que podría conllevar un incremento de la calidad de atención y servicios de los residentes.
No podemos olvidar, señorías, que los sistemas de cuidados que permiten que los mayores continúen viviendo en su propio hogar son fundamentales para la población mayor a la que atendemos. Debemos potenciar los servicios como centros de día, ayuda a domicilio, teleasistencia como fórmulas que previenen la gran dependencia y que evitan la institucionalización de las personas mayores. Estos servicios más cercanos a los mayores dependen en buena medida de las corporaciones locales, y debemos prestar toda la ayuda posible a estos ayuntamientos para incrementar los servicios que fomenten la autonomía personal de los mayores y permitan que sigan viviendo en su propio domicilio el mayor tiempo posible.
Esa, señorías, es la verdadera atención centrada en la persona, de la que tanto se está hablando últimamente, la que permite que el mayor se quede durante el mayor tiempo posible en su domicilio, porque la residencia que más se parece a su propia casa es exactamente su casa, y ese es el hogar donde todos y cada uno de nosotros queremos vivir mientras resulte posible.
Señorías, no quería acabar mi comparecencia de hoy sin dejar de resaltar los aspectos que considero fundamentales para evitar que se vuelva a repetir una situación similar.
En primer lugar, el modelo de atención residencial a las personas mayores debe ser revisado. Las organizaciones del sector así lo hemos venido reclamando desde hace años, y esta es una posición a la que se han sumado también las asociaciones de mayores, las sociedades científicas y el resto de expertos del sector. Y en esta revisión debemos definir el papel de los centros residenciales y establecer los criterios comunes de acreditación para el conjunto del país.
En segundo lugar, las necesidades de las personas mayores deben situarse en el centro del modelo de atención residencial; y esto conduce necesariamente a que deberán coexistir centros residenciales de atención eminentemente social con centros sociosanitarios que presten una atención integral a otras personas en situación de dependencia moderada o severa.
En tercer lugar, deberá asegurarse una eficaz coordinación con el sistema sanitario. Quienes residan en los centros residenciales deben continuar recibiendo una atención adecuada desde el sistema público de salud.
En cuarto lugar, las administraciones públicas tienen la obligación de asegurar una adecuada financiación del sistema de atención a la dependencia. No podemos continuar con un sistema que permite que miles de personas con un derecho reconocido fallezcan sin haber recibido la prestación a la que tienen derecho, o cómo se producen concertaciones públicas que difícilmente cubren los costes de funcionamiento.
Y en quinto lugar, apostar por una profesionalización del sector basada en reforzar a los profesionales que lo componen y generando una fuente de empleo estable, de calidad y altamente feminizado. Y este es un aspecto que guarda una estrecha relación con el anterior. Mientras el sector de atención residencial a las personas mayores continúe marginado en términos de financiación, continuará siendo un sector de tránsito para los profesionales. Queremos contar con los mejores profesionales. Queremos que todas las mujeres que trabajan con las personas mayores vean su esfuerzo reconocido social y económicamente. El nuestro, señorías, es un sector altamente feminizado (en un 90 % aproximadamente) y queremos que esas mujeres puedan decir orgullosas “mi trabajo es cuidar de los mayores”.
Por último, quiero agradecerles de nuevo la oportunidad de comparecer hoy aquí y trasladarles las propuestas que desde AESTE tenemos para construir el modelo residencial del futuro. Y ahora me pongo a su disposición para contestar a cuantas preguntas consideren oportuno.
Muchas gracias.
Preguntas de los grupos parlamentarios
Josune Gorospe Elezcano (GP Vasco)
Gracias, presidenta, y buenos días a todos. Gracias, señor Cubero. Buenos días, bienvenido a este grupo de trabajo. Unas cuantas preguntas en relación con su intervención, que ha sido muy completa, ha tocado muchos aspectos.
Uno de los últimos puntos al que se ha referido usted en la necesaria reforma del sistema se refería a la profesionalización. Previamente había dicho que tenía que haber una reforma del nivel profesional, que compartimos, en el que se tendría que profundizar en la mejora profesional de los profesionales y las profesionales que están trabajando en el sector, con trabajo estable y de calidad. Y se ha referido a que podríamos imitar algunos modelos como el de Alemania y algún otro país que ha comentado. No sé si podría ampliarnos la información al respecto.
Es algo que se está empezando a utilizar mucho, esta expresión de que todos deberíamos tener las mismas oportunidades sin importar el código postal donde vivimos. Y a nosotros nos gusta mucho incidir en la idea de que el lugar donde estamos, o lo que cada código postal, como ustedes se refieren, tiene en la prestación de los distintos servicios suele ser fruto, no de algo coyuntural, sino de una apuesta clara, estratégica de políticas públicas que a lo largo de años y décadas se ha venido haciendo. Todos los partidos políticos en los municipios, en las diputaciones, en las comunidades autónomas, en los Estados confluimos a las selecciones con programas electorales donde llevan distintas políticas públicas que, si salen adelante, quiere decir que esas son las que van a tener más fuerza. Por tanto, de ahí esa diferencia entre códigos postales unos y otros, no por otra razón, sino porque quienes allí viven apuestan por unas políticas públicas. Yo puedo vivir en un municipio que no tiene piscina y mis compañeros, algunos de ellos, pues sí que tendrán. Quiero decir que de eso también tenemos que ser conscientes, de cómo tenemos estructurado esto y de que al final se elige qué programa se va a poner en marcha.
Usted ha dicho que cree que hay que favorecer y que es un buen sistema la colaboración público-privada. ¿Cuáles son, a su juicio, las fortalezas que pondría encima de la mesa de este sistema en relación al sistema público-público?, por ir reforzando la idea que tenía con argumentos.
Ha hablado en reiteradas ocasiones de la necesaria coordinación entre el sector social y el sector sanitario. Ha dicho que tenía que haber distintos centros, unos centros sociales, otros centros sociosaniatrios. Y yo creo que este es el eterno debate que existe en el ámbito social, sanitario y sociosanitario: ¿deben convivir, debe haber una convergencia entre ambos sectores? Si hay una convergencia y están juntos, usted ha utilizado la expresión “es el hermano menor de la sanidad”, y muchas veces se dice “si juntas los dos ámbitos, al final el ámbito sanitario, que es el hermano mayor, muchas veces da la sensación de que va a terminar fagocitando al ámbito social”. Y por tanto, yo creo que aquí estamos en un dilema siempre a decir: es imposible avanzar en el ámbito de la dependencia, y sobre todo cuando estamos hablando de alta dependencia (y usted se ha referido a centros para personas con patologías crónicas, que a partir de una edad tiene todo el mundo), pero nuestra pregunta sería esa: ¿cómo podemos estructurar esto de forma que puedan convivir pacíficamente sin que un sector poderoso fagocite al otro y vayan creciendo simultáneamente?
Y por último, en función de ese modelo que usted decía que tiene que ir cambiándose desde un modelo institucionalizado hacia uno donde la atención domiciliaria se potencia más, ¿cómo tendrían que estar estructuradas las administraciones? ¿Es razonable, por ejemplo, que en el ámbito de sus competencias exista un Ministerio de Sanidad, un Ministerio de Políticas Sociales, o tendría que ser conjunto?, ¿cómo ve usted la estructuración institucional, un poco para favorecer ese modelo que usted potenciaría?
Gracias.
Pablo Cambronero Piqueras(GP Ciudadanos)
Gracias, presidenta. Buenos días, señorías; gracias, señor Cubero, por sus aportaciones a este grupo de trabajo, también por su diagnóstico y sobre todo por las propuestas, muy constructivas. Lo primero, queríamos compartir, al igual que usted ha hecho, las condolencias con todos los que han perdido a un ser querido, especialmente y por su presencia hoy aquí, en el ámbito de las residencias de mayores.
Confieso que su comparecencia es especialmente valiosa, especialmente valiosa porque sabemos que los mayores han sido el colectivo más vulnerable en esta crisis. Nos ha expuesto un diagnóstico certero y soluciones, que es a fin de cuentas lo que nos interesa.
Nosotros consideramos esenciales tres puntos: en primer lugar tenemos el balance de lo sucedido, en lo que usted no ha incidido mucho porque también una compañera de la patronal, ya lo ha dicho usted, lo hizo; una situación actual de cómo se encuentra ahora mismo, cómo nos encontramos, en definitiva; y medidas para imponer a la hora de adelantarnos al posible rebrote que usted ha dicho, porque usted lo ha dicho muy bien, octubre está muy cerca, está demasiado cerca. Nos surgen dudas con las cifras, dudas amparadas por la inseguridad que el propio Gobierno ha demostrado a la hora de hacer ciertas contradicciones a las que asistimos día a día.
Le pregunto: ¿qué datos manejan ustedes con respecto a las residencias?, ¿cuál cree que es el problema por el que no se están contabilizando igual las personas fallecidas? Somos conscientes de que una residencia no es un hospital, usted también lo ha dicho. Quizás deberían contar con una atención reforzada a las personas mayores basada en el seguimiento, la monitorización, la prevención y la capacidad de obtener una atención previa. Pues bien, ¿qué figura o fórmula de atención sanitaria cree usted que sería la más adecuada para garantizar que esto no vuelva a suceder?
¿Qué opina de la presencia permanente del personal de enfermería supervisada por los equipos de atención primaria en las residencia de ancianos?
En cuanto a los medios de protección de personal y pacientes de sus centros, no he creído escuchar cuál ha sido la situación durante la pandemia. ¿Han contado con suministro suficiente de EPI? ¿Cuál es la situación en la que se encuentran ahora mismo?
Una orden del Ministerio de Sanidad indicaba que las residencias deberían prestar una atención médica a los usuarios contagiados por COVI-19 o que fueran puestos en cuarentena. Pues bien, ¿cómo les ha afectado esta orden y cuáles han sido esas consecuencias de esta misma orden?
Sin más, no le planteo más preguntas. Le agradezco de nuevo su comparecencia, sus aportaciones, que van a ser importantes a la hora de mejorar lo que nos interesa a todos, la atención sociosanitaria de nuestras personas mayores.
Muchas gracias.
Francesc Xavier Eritja Ciuró (GP Republicano)
Muchas gracias, presidenta. Señor Cubero, buenos días, muchas gracias por su intervención. Compartimos realmente que es necesaria una reforma, una reforma en profundidad de todo lo que es el sistema sociosanitario, tanto por la parte más sociosanitaria, pero incluso exclusivamente la parte más residencial, más social que usted ha comentado. Sabemos que hay muchos niveles en ese sentido, donde hay una demanda más sanitaria por un lado y también sectores donde no hay tanto una demanda sanitaria, sino más una demanda social. Por lo tanto, lo que tiene que haber es una coordinación realmente entre dos modelos. En ese concepto de coordinación, creo que marca usted muy bien la idea de que, por un lado, tenemos un sistema social articulado con unas dinámicas propias, y luego por otro lado tenemos un sistema sanitario también con unas dinámicas propias. La dificultad va a ser realmente cómo entrelazamos dos modelos que han funcionado por separado y a partir de puntos de vista diferentes.
Y en ese sentido sí creo que es importante lo que ha marcado también usted y que han marcado otros comparecientes, que es importante tener en cuenta que, por un lado, dentro del sistema sanitario está la atención primaria como elemento o eje que articularía toda esta parte más asistencial, y por otro lado estaría toda la parte de servicios sociales, que muchas veces son de las propias comunidades autónomas o de los municipios, que sería la parte en la que pivotaría la parte social. Creo que han de ir por ahí los tiros, y en todo caso cualquier esfuerzo de coordinación tendría que ir por aquí.
Por otro lado es importante en ese sentido tener en cuenta, y ya le pregunto, que ha hablado usted también de la forma, de la calidad, de cómo marcar unos estándares de calidad en lo que sería el propio sistema sociosanitario. Sabe usted que, por ejemplo, en el mundo sanitario hay elementos y ejemplos, en la misma Comunidad Autónoma de Cataluña, hay ejemplos de financiación pública a partir de objetivos, de si se cumplen o no los objetivos. Yo creo que podría ir por aquí, en función del cumplimiento o no de objetivos, eso quiere decir todos los niveles de calidad que alguien quiera marcar, pueda ser el elemento clave a la hora de financiar cualquier centro de estos. Por lo tanto, creo que tendría que ir por aquí, ¿no?
Por otro lado, es evidente que aquí faltan recursos, faltarán recursos. Hay previsión de recursos para el sistema sanitario con los fondos que puedan llegar, pero no sé si se ha hablado mucho tampoco de los recursos que se puedan enviar a todo lo que es el sistema social, nadie ha hablado de recursos al sistema social. Y por lo tanto, en ese sentido creo que es importante tener en cuenta que hay una ley, que es la ley de dependencia, y sabemos que el Estado durante muchos años no se ha comprometido a pagar la parte que le correspondería, que es la parte que realmente al final han sobrecargado comunidades autónomas y también municipios. En ese caso quizás sería el momento, no sé, creo yo que sería el momento de que realmente la parte de financiación del Estado se reforzase de cara a cumplir lo que realmente tenía que establecer, que es cubrir toda esta ley de dependencia, toda esa financiación de dependencia para hacer frente a lo que nos viene encima.
Muchas gracias.
Rosa María Medel Pérez (GP Confederal UP)
Hola, buenos días a todos. Señor Jesús Cubero, bienvenido. Ha enmarcado usted todo el proceso en realidad en el marco general de un déficit de financiación general que afecta no solamente a las residencias sino que afecta a toda la sanidad, residencias y sanidad, y en una falta de equidad. Yo estoy de acuerdo: yo creo que lo que dice la compañera del Partido Nacionalista Vasco tiene razón en una cosa, que aquí hay códigos postales que se han gestionado de una manera distinta a otros códigos postales, y hay gobiernos autonómicos que han invertido en servicios públicos mucho más por habitante y año que otras comunidades. Pero también pienso que si venimos aquí para ver qué vamos a hacer a partir de ahora, pedir una equidad entre las distintas comunidades autónomas también es justo, porque si se han venido equivocando hasta ahora y han considerado gasto lo que aquí se ha dicho que en realidad es una inversión, vamos a ver si todo eso lo podemos modificar y buscar esa equidad que hasta ahora no se ha plasmado nunca. Hay comunidades que lo han hecho fenomenal, seguramente, como la señora Gorospe dice, y es así, ellos invierten mucho más; vamos a intentar corregir eso, porque a fin de cuentas todas las personas merecen esa equidad.
Me ha parecido por otro lado también que ha dicho usted, no sé si lo he entendido bien, porque igual no, que cuando habla de la gestión de las residencias, ustedes son empresas privadas o conciertos o puramente privadas, las que son concertadas reciben un dinero público, pero me ha parecido que usted ha dicho que es más eficiente la gestión privada, creo que ha dicho eso, ¿verdad?, en comparación con la pública. Entonces, mire, parece que se podría plantear que si una empresa privada se tiene que llevar un beneficio de toda esta gestión, ¿por qué no gestionamos directamente lo público? ¿Que es que los trabajadores públicos no trabajan como los otros? Esa diferencia de beneficio, ¿a qué se debe? Y le quiero poner un ejemplo, un ejemplo-pregunta: ¿es verdad que solo el 50 % de los ingresos que reciben las empresas gestoras de residencias, solo el 50 % de los ingresos va a gasto de personal? Porque hay unas declaraciones en una reunión que hubo aquí en Madrid, creo, de la señora Zabaleta, de Mondragón, que gestiona 1350 camas, que dijo que aquello era… que dedicar solamente el 50 % de ingresos al gasto de personal es explotación, que los ratios que ellos tienen en sus empresas son de más del 75 % lo que va a dedicado a personal. Quiero decir, que si tienes ratios muy bajos de personal garantizas la eficiencia a costa del personal y a costa del servicio.
Y otra cuestión que quería: se dice, ha salido publicado, un ejemplo en cifras, que en torno a 4500 millones de facturación (la cita la he sacado del periódico El País de mayo de 2020) y que estas instituciones, esto en residencias, atraen a empresas de capital riesgo por su altísima rentabilidad. Quería que comentara esto, si es posible.
Y otra cosa que quería comentarle: ¿qué le parecen a usted esas circunstancias en las que una persona mayor renuncie, tenga que renunciar a su vivienda, a su inmueble, por unos ingresos determinados para poder subsistir?
Y eso, ya está, gracias.
Georgina Trías Gil (GP Vox)
Señor Cubero, muchas gracias por estar hoy aquí. En su intervención ha hecho unas muy interesantes propuestas acerca de la reforma que haría falta en este sector a medio y largo plazo, propuestas que deseamos hayan escuchado atentamente los partidos que ahora están en el Gobierno y que son a los que corresponde tomar las decisiones en este sentido.
Por nuestra parte vamos a centrarnos en lo que necesitamos ya hoy, la parte que ha tratado del tan mencionado y más que posible rebrote de casos, ese peligrosamente cercano otoño, y para que lo ocurrido, como usted bien ha dicho, no pueda volver a pasar. ¿Qué va a cambiar en ese caso respecto del drama que hemos vivido y que seguramente usted ha padecido en primera persona?
Pide un sistema de alertas tempranas: ¿se ha avanzado ya en ese sentido? ¿Cómo se va a proceder? ¿Cada comunidad autónoma va a tener un protocolo de actuación o se va a simplificar estableciendo un protocolo único consensuado por todas las comunidades autónomas? Desde nuestra perspectiva, un protocolo de este tipo debería poder estar consensuado en todo el territorio español, de forma que la vida de un residente extremeño o abulense esté igual de bien protegida que la de un catalán o la de un vasco, por ejemplo.
Nuestro grupo parlamentario, desde el primer momento en que se declaró la pandemia hemos propuesto realizar PCR como medio de atajar la epidemia, empezando por los profesionales sanitarios y sociosanitarios y todos los casos sospechosos y los contactos estrechos. Y esa estrategia conlleva hacerlos de forma prioritaria y ya mismo a los ancianos de las residencias. ¿Hay algún acuerdo concreto respecto de este particular? Nos interesa saber qué se está haciendo ya ahora, y cuál es el plan frente a la posibilidad del rebrote de octubre. También saber si el criterio una vez más va a ser según la comunidad autónoma o va a haber una directriz nacional que todas las comunidades autónomas deberían cumplir.
Otra de sus propuestas es un plan individualizado de contingencia para la atención sanitaria en cada uno de los centros residenciales. Sin duda cada centro conoce el perfil de sus residentes y puede anticipar qué necesidades pueden surgir en caso de rebrote. ¿Quién se encargaría de elaborar el plan y de ejecutarlo? ¿Quién asegurará que funcione la coordinación entre los diversos actores implicados? ¿Quién va a responsabilizarse?
A nivel más práctico y operativo, también nos gustaría saber cuántos enfermos en las residencias de ancianos fueron hospitalizados, cuántos fueron a la UCI, cuántas pruebas PCR se han realizado, y también cuál es la proporción de test PCR realizados en los distintos periodos de la epidemia y también ahora.
¿Hay alguna lista oficial de los fallecidos por COVID-19 en las residencias que controla AESTE? ¿Cuántos de los que contrajeron la enfermedad fueron hospitalizados por COVID-19 y a cuántos no se les internó? ¿Qué criterio se siguió? En función de la decisión adoptada, ¿cuál ha sido el resultado? ¿Qué conclusiones inmediatas se pueden sacar que nos sirvan para actuar con agilidad ahora y ante un posible rebrote? También querríamos saber, durante toda esta pandemia cuántas veces se han reunido ustedes con el vicepresidente Iglesias: ¿es fluida esa comunicación? Por nuestra parte tenemos poca confianza en lo que vaya a hacer en este sector. En esta pandemia ha demostrado que no le interesan, pues hemos visto cómo rápidamente en cuanto ha podido ha delegado responsabilidades en los servicios regionales de salud con todas las consecuencias que todos conocemos. A los mayores los llama viejos, y ni siquiera se ocupa de ofrecernos con un mínimo de dignidad unas cifras de fallecidos reales, porque valora la vida en términos utilitaristas y no en la clave de dignidad que usted muy bien ha expuesto.
También nos interesa saber qué opina del modelo nórdico propuesto por el vicepresidente. Desde el Gobierno se habla del problema de las residencias para poder dar una atención digna a los mayores. ¿No cree que es necesario apostar por medidas con un menor coste y que fomentan la autonomía personal de las personas mayores retrasando su entrada en las residencias? Y me refiero a los servicios de centros de día, teleasistencia o ayuda a domicilio. Usted bien lo ha expuesto, porque la residencia que más se parece a su propia casa es su propia casa. Usted nos lo ha mencionado, pero nos gustaría si nos pudiera dar más detalles.
Muchas gracias.
Alicia García Rodríguez (GP Popular)
Muchas gracias. El Partido Popular acude a esta comisión a escuchar y a hacer propuestas, como bien dice siempre Ana Pastor, pero que la nueva normalidad no nos haga olvidar los errores cometidos. Hay que ver cuáles han sido las debilidades, para buscar soluciones, y la mejor forma es escuchando al sector, como hacemos hoy aquí. Gracias, señor Cubero, por su exposición.
A día de hoy no sabemos las personas que han fallecido en las residencias; se estima que 19 000 personas, y sus familias necesitan respuestas y saber qué ha ocurrido. La verdad es que ha habido desabastecimiento de material, se han desoído las alarmas de la OMS, y la autoridad competente ha sido incapaz de gestionar la compra centralizada: hubo falta de material, no llegaba a las residencias el material comprometido por el Gobierno y las residencias desabastecidas acudían al mercado privado y el Gobierno confiscaba ese material. Por eso, ante un posible rebrote el Partido Popular propone crear una reserva estratégica de equipamientos y productos sanitarios en línea con lo que usted dice: test masivos, EPI, material de protección y material sanitario.
La verdad es que el 14 de marzo cuando se declara el estado de alarma el virus ya estaba dentro; el real decreto del estado de alarma con el mando único con el personal sanitario a sus órdenes deja a las residencias en terreno de nadie, y como usted dice, sin duda hay que abordar la coordinación de lo sanitario con lo social. Las residencias son hogares, no son hospitales. Usted decía hoy y hablaba del tránsito hacia un nuevo modelo. Sin duda el Partido Popular plantea una estrategia marco de atención sociosanitaria que integre los recursos sanitarios y sociales, que garantice la protección a las personas mayores, que garantice los apoyos necesarios a lo largo de la vida de las personas, también en situación de emergencia, desde una perspectiva de derechos y de dignidad de las personas mayores; con la perspectiva también de la innovación social y de la tecnología, como usted bien comentaba, y la historia clínica compartida entre las residencias y sanidad.
La verdad es que la normativa de 2006, usted decía que ha sido ineficaz para abordar la pandemia. Por eso el Partido Popular también urge a analizar en profundidad el sistema de dependencia. Tener en cuenta las conclusiones de la comisión de análisis y estudio que por unanimidad se aprobó por todas las comunidades autónomas y en la Conferencia de Presidentes en el año 2017; hay que reforzar la financiación, hay que eliminar las listas de espera y también hay que mejorar la cobertura en la teleasistencia avanzada y la atención domiciliaria desarrollando la figura de asistencia personal y reforzando el modelo residencial.
Es verdad que de los 16 000 millones que va a destinar el Gobierno de España a las comunidades autónomas se dedican cero euros a la atención social, a la atención de los dependientes y a la atención de las personas mayores. Usted y compañeros suyos del sector residencial dicen que durante semanas se han sentido solos y desprotegidos: solos porque alertaron al Gobierno desde febrero en varias ocasiones y no fueron atendidos en ningún momento. Es verdad que el 19 de marzo el vicepresidente se arrogó las competencias, se puso al frente de las residencias, pero pocos días después las cosas empezaron a torcerse, las noticas dramáticas, los SOS del sector residencial, y finalmente decidió adoptar la política del avestruz con consecuencias catastróficas en términos de mortalidad y sufrimiento. Y es ahora que se pasa de la política del avestruz a la política del ventilador culpando a todos, a las comunidades autónomas a las que abandonó y a las residencias privadas que son, parece, según el vicepresidente, las culpables de todo, olvidando que muchas residencias privada además están dirigidas por instituciones sin ánimo de lucro, como usted bien sabe.
Por ello le pregunto qué opinión le merece el plan del vicepresidente segundo de nacionalizar residencias. ¿Sabe cuál sería el coste para los contribuyentes? ¿Es viable? ¿Se han reunido ustedes con el vicepresidente segundo? ¿Considera que ha atendido el vicepresidente segundo las demandas del sector residencial? ¿Envió el mando único material de protección y sanitario a las residencias? De ser así, ¿cuánto material envió el Gobierno a las más de 5500 residencias que hay en España? ¿En qué fecha empezó a llegar dicho material? ¿Qué medidas de coordinación específicas entre la atención primaria y la atención residencial proponen para garantizar la atención sanitaria a las personas mayores que viven en las residencias? ¿Cree que las residencias deberían estar medicalizadas, en qué medida?
El vicepresidente culpa a las residencias privadas, ¿y me puede concretar si la catástrofe ha distinguido entre centros públicos y privados, por favor? ¿Cree que el Gobierno debería haber declarado antes el estado de alarma? ¿Qué habría pasado si las medidas se hubieran tomado antes, si se hubiera comprado material, si se hubiera enviado ese material a las residencias, cuántas muertes se habrían evitado?
Muchas gracias.
Ana Prieto Nieto (GP Socialista)
Muchísimas gracias. Buenos días, señor Cubero, bienvenido a esta Comisión de Reconstrucción Social y Económica de España, a este Grupo de Trabajo Sanidad y Salud Pública, bienvenido al Congreso de los Diputados.
La verdad es que a este grupo de trabajo y a esta comisión mi grupo viene con voluntad de acuerdos, a escuchar a todos los comparecientes para así tener una visión en 360 grados de todo el sector e intentar poner los pilares básicos de una mejora de nuestro sistema sanitario y sociosanitario.
Por eso mismo no vamos a caer en intentar, lo que hacen otros grupos, utilizar esta comisión para enjuiciar al Gobierno, creo que para eso hay otros foros. Aquí venimos con el ánimo de construir y de intentar entre todos aportar lo mejor para nuestro país.
Me gustaría plantearle algunas preguntas. Por ejemplo, ¿considera usted que en nuestro país hay una adecuada atención y coordinación sociosanitaria?, que profundice. También me gustaría que valorase lo que ha propuesto el Defensor del Pueblo, valorar la viabilidad o no de residencias propiamente sociosanitarias con atención médica y de enfermería más amplia y extensa, qué opina usted al respecto.
Y por otra parte me gustaría también preguntarle su opinión sobre los bulos que circulan en relación al tema de las residencias, porque creo que no es bueno, y es peligroso para la salud embarrar el debate con bulos que circulan por las redes. Por poner un ejemplo, y ya que estamos hablando de residencias, pues circuló un documento del Ministerio de Sanidad del que se extrajo una parte con la que se construyó una mentira, por qué no decirlo, porque es un documento que no obligaba a mantener a los ancianos con sintomatología de COVID en residencias y a no trasladarlos a los hospitales, se difundió este documento, y creo que la difusión de documentos en este sentido hace muchísimo daño a nuestro sistema de salud y al sistema residencial.
También me gustaría saber su opinión sobre esa noticia que surgió la semana pasada de que los mayores con seguro privado sí fueron trasladados de residencias a hospitales en la Comunidad Autónoma de Madrid.
También me gustaría conocer su opinión sobre relatos que están surgiendo en los medios estos días, por ejemplo en residencias de mayores en Galicia, por ejemplo en Cangas, parece que las familias van a presentar querellas contra las direcciones de las empresas y la Dirección General de Mayores de la Xunta; se concentran familias de usuario reclamando transparencia a la hora de conocer los datos exactos de los fallecidos, porque hay una discrepancia importante en las cifras de los fallecidos que se comunican desde las residencias, y creo que el mayor homenaje que les podemos hacer a nuestros mayores que han fallecido víctimas de COVID es que sus familias conozcan exactamente la verdad. Creo que es nuestra responsabilidad. Y estos fallecimientos que se han producido en las residencias, por lo menos, ya que los fallecimientos no podemos volverlos atrás, que sus familias conozcan la verdad.
También me gustaría decir que las responsabilidades en residencias son de las comunidades autónomas. Y también para terminar, una observación: y es decir que el Consejo Interterritorial de Salud, donde se reúnen con el ministerio los consejeros y consejeras de todas las comunidades autónomas, hasta el 14 de marzo, en las, si no recuerdo mal, diez reuniones que tuvieron nadie expuso una sola discrepancia con las medidas que al final se acordaron entre todos, que es como mejor se trabaja, acordando independientemente de los colores políticos de cada comunidad autónoma medidas conjuntas entre todos, y así ocurrió en el Consejo Interterritorial de Salud en esas diez reuniones mantenidas entre todas las comunidades autónomas y el Gobierno de España hasta el 14 de marzo, en la que nadie manifestó una sola discrepancia de lo que allí se decidía y se tomaron decisiones conjuntas, a los cuales desde aquí felicito y agradezco y les pido que continúen así.
Muchísimas gracias.
Respuestas
Muchas gracias por las preguntas, señorías, y voy a intentar contestar a las no pocas cuestiones. En primer lugar, del Grupo Vasco con la señora Gorospe: estoy totalmente de acuerdo con usted, y a mí me gustaría particularmente ese modelo y la financiación de Euskadi.
Actualmente es una joya ese modelo, es el que todos los operadores queremos y es como debería funcionar. Al tener una financiación mayor, eso permite que los empleados reciban una mayor remuneración, que haya una mayor profesionalización y que sea un sector donde todos los empleados se quieran quedar en el sector. Ese es el modelo hacia el que debemos tender, y por tanto le felicito, y admiro ese modelo, y es del que deberíamos tomar nota para extender al resto de España con esa financiación.
Lo cual no quita que a mí sí me gustaría, y como comentaba la diputada del Grupo de Unidas Podemos, que tomemos nota, que aprendamos de esos errores, y que seamos capaces de trasladar ese modelo, de coger esa comparativa y coger las mejores iniciativas de cada una de las comunidades autónomas y trasladarlas al resto del territorio. Deseo ese modelo, y por lo tanto deseo que todos los ciudadanos españoles puedan disfrutar de esas bondades.
Preguntaba el diputado del Grupo de Ciudadanos las medidas que deberíamos imponer para un posible rebrote. Yo creo que son cuatro y son básicas: un sistema de alertas tempranas, importante. Cuando surgió la pandemia, cuando tuvimos notificación, en muchos casos fuimos las propias residencias, los propios centros, las propias empresas las que tuvimos que solicitar a las comunidades autónomas, a las autoridades que prohibieran, que nos autorizasen a prohibir las visitas, a restringirlas. Y nos encontramos con situaciones donde las familias incluso no entendían que se hiciera esa prohibición, y luego posteriormente nos agradecieron que se tomaran esas iniciativas. Pero nos costó en algunas de las comunidades autónomas tirar de los políticos para que se prohibieran y que se tomaran ese tipo de decisiones.
En segundo lugar, los test: necesitamos que haya un plan de contingencia para disponer de test y que se pueden realizar de una forma generalizada a todos los residentes y a todos los profesionales para poder sectorizar bien los centros y para poder atender como es debido a todos los mayores.
En cuanto a los EPI, es una responsabilidad de las empresas y de las entidades que gestionan, es decir, no debe caer en las administraciones públicas, y debemos ser maduros y hacer nuestros deberes y hacer ese trabajo bien. El problema es si vuelve a haber una situación como la que se dio a principios de marzo, donde el mercado se satura y obviamente es complicado para una empresa poder comprar cuando lo está haciendo el Gobierno, cuando lo están haciendo las comunidades autónomas, porque hay una saturación del mercado. Y sobre todo, si las grandes empresas o los grandes grupos tuvieron problemas también para acceder a este tipo de materiales, no quieran imaginarse lo que se vivió en algunas residencias de las pequeñas, era prácticamente imposible. Entonces, creo que todavía estamos a tiempo, otoño está cerca pero tenemos tiempo y podemos hacer un plan de contención para que se disponga de un stock de seguridad de ese tipo de materiales.
Y por último, la coordinación sociosanitaria: me había preguntado también algún otro grupo ese plan de coordinación sociosanitaria que debe existir. Es básico, es decir, debemos tener un plan de contingencia individualizado que debe ser realizado por cada uno de los centros y que debe ser aprobado y visado por cada comunidad autónoma, por cada consejería de sanidad, para saber que, si mañana hay un rebrote en alguno de los centros, cómo se va a operar, cómo se va a atender ese posible rebrote, con qué medios, en qué hospital, qué geriatra de enlace, con qué centro de atención primaria, que esté todo claro y que sea algo inmediato, que esté automatizado.
Preguntaba el compañero del Grupo Republicano el modelo de atención sociosanitaria en Cataluña: lo mismo, le comento como a la señora Gorospe, creo que es un muy buen modelo, creo que es el modelo hacia el que debemos tender en esa atención sociosanitaria, es el único caso que tenemos en España de atención sociosanitaria y creo que es un modelo a exportar en general. Es un modelo en el cual se fijan unos objetivos en la recuperación de las personas y en base a eso se pacta una financiación. Eso permite que haya una eficiencia, que no se vaya al coste de una cama sanitaria que puede ser diez veces el de una cama sociosanitaria, y eso permite además que se cuide y que se recupere a las personas mayores en un ambiente mucho menos hostil como pueda ser el de un hospital. Creo que al final lo que debemos ser es… Y en eso consiste la eficiencia, la eficiencia no es otra cosa. Cuando hablábamos antes del sistema público o de la gestión público-privada, de la colaboración público-privada, no es que un modelo lo haga mejor o peor, los trabajadores son los mismos, podrían saltar de un modelo a otro sin ningún problema. Pero sí hay una mayor eficiencia en esa colaboración público-privada, es algo que está demostrado con números, y al final en todas las comunidades, donde todos los partidos gobiernan, como el problema lo tienen más cercano siempre se utiliza ese modelo, porque genera una eficiencia y puede ofrecer una mayor calidad a un mayor número de ciudadanos.
Yo, señorías, creo que su función es la de gestionar los fondos que los ciudadanos, los trabajadores y las empresas ponemos a su disposición. Cuando se habla de que un modelo debe ser público y pagado por el Estado, el dinero público no existe, el Estado no tiene dinero, el Estado gestiona el dinero que los ciudadanos ponemos en sus manos para que nos dé los mejores servicios, y que lo hagan al mayor número de ciudadanos posible, y eso es la eficiencia. Y allí donde todos ustedes gobiernan, al final el modelo que hacen tanto en ayuntamientos como en comunidades autónomas es el modelo de colaboración público-privada, porque ustedes lo saben. Y lo que hay que hacer es controlar muy bien, definir esos estándares de calidad.
Estamos en un sistema, en un modelo, yo creo, o en un sector de los más controlados en España, de los más regulados. Tenemos donde se regula el precio al que se va a pagar una plaza, donde se regula el porcentaje y las ratios que hay, la composición de la plantilla, donde se regula incluso la composición calórica de los menús que deben tomar los residentes. Es decir, creo que el único papel que le queda a la administración al final es garantizar esa calidad. Y ahí es donde sí les debemos pedir que hagan unas buenas inspecciones, que hagan un buen sistema de control y que garanticen a los ciudadanos que la atención que les hemos prometido es la que se va a dar. Ese, creo que debe ser el papel de la administración pública.
Comentaba la diputada de Unidas Podemos sobre la falta de equidad y la financiación: he comentado y estoy de acuerdo, y lo comentábamos antes de comenzar la intervención, me encantaría que el modelo de financiación y la determinación de los distintos gobiernos que han pasado por el Gobierno Vasco le han dado una importancia enorme al tema social, a la asistencia social a los mayores, y creo que de eso debemos aprender todos, creo que no hace falta que lleguemos a una situación de pandemia como la que hemos vivido para aprender de ese modelo. Pero yo sí quiero que ese modelo se traslade a todo el Estado y que no dependa del código postal en el que resida una persona o de la comunidad autónoma en la que reside para que tenga una atención de una u otra calidad.
Y algo que falta también en nuestro país y que sí que echo en falta es que definamos una cartera de servicios sociales unificada. Creo que es algo que debemos tener todos, y seguir aprendiendo de esas buenas prácticas que comentaba el diputado de Esquerra que se están aplicando, por ejemplo, ahora en Cataluña. Creo que esos dos modelos, el catalán y el vasco, tienen muchas bondades, creo que pueden ser exportables al resto de España, y lo que debemos hacer es tomar nota de las cosas buenas que tenemos y que se puedan extender al resto de comunidades autónomas.
Planteaba la diputada de Vox qué debíamos hacer ante un posible rebrote en otoño, lo hemos comentado también. Si hay algún acuerdo concreto para una utilización generalizada de test PCR: de momento nosotros no tenemos noticia. Estamos trabajando con las comunidades autónomas, que al final es en quien recae esa responsabilidad. Debe ser coordinado todo por el Gobierno de la nación, pero al final la intervención, quien la tiene son las comunidades autónomas, y estamos trabajando ya en algunas de ellas, estamos pidiendo incluso reuniones a los distintos grupos parlamentarios de los gobiernos regionales, de los parlamentos regionales, para analizar ese posible rebrote.
¿Qué opinaba del modelo nórdico?, me pregunta también. Pues yo creo que hay que adecuar las necesidades a la localización también; es decir, es un modelo que triplica los costes del modelo actual, que es un modelo que en pequeñas comunidades donde prácticamente todos cuidan de todos, donde hay una interrelación grande entre los residentes… Pero veo un claro problema de financiación; si hasta ahora durante todos estos años no hemos sido capaces de que el Estado aporte el 50 % de la financiación del sistema, donde seguimos teniendo personas que esperan, una lista de espera, y en muchos casos fallecen antes de recibir el recurso que se les ha reconocido, me cuesta mucho pensar que vamos a ser capaces de triplicar de la noche a la mañana la financiación que vamos a dar. Ojalá, ojalá tengamos dinero para financiar ese modelo, y a lo mejor no es el modelo ideal. Nosotros, a lo que les instamos es a que se cree una mesa de trabajo formada por expertos, que escuchemos la opinión de los mayores, que es básico. Y a mí me hubiera gustado que en esta comisión al menos una asociación de mayores hubiera podido trasladar la voz, porque siempre estamos opinando por ellos, y no debe ser así; debemos respetar su independencia, su autonomía, y es bueno contar con todas esas asociaciones para que expresen sus opiniones y que nadie tengamos que hablar por boca suya.
Me preguntaba la diputada del PP si habíamos recibido el material del mando único: nosotros hemos recibido material, realmente nos lo han entregado las comunidades autónomas en todos los casos. Yo no sé si ha provenido del Gobierno, si han sido las propias compras de las comunidades, no sé en qué medida ha sido de cada uno de nosotros. Bastante teníamos en esa situación con recoger y con distribuir. Y sí ha habido un ejercicio de solidaridad en nuestros centros y en nuestras residencias y en algunas de las comunidades autónomas, y no quiero citar ninguna por no poner a nadie en un compromiso. Pero las empresas más grandes, sí llegó un momento en que renunciaron a ese material porque ya eran capaces de comprarlo y no querían que se lo suministrara el Gobierno ni las comunidades porque había otras entidades más pequeñas que necesitaban realmente ese material.
Y en cuanto a las preguntas de la diputada del PSOE, sobre los bulos en relación con las residencias y los distintos protocolos que han ido surgiendo, yo creo que en toda esta pandemia, ustedes a lo mejor no se imaginan o tienen una visión parcial del volumen ingente de protocolos que han ido surgiendo tanto del Gobierno como de todas y cada una de las comunidades autónomas.
A mí me ha tocado centralizar esos protocolos, y entiendo que todos y cada uno de ellos ha ido fallando en alguna cuestión, y por eso se han ido modificando. Es decir, modificar protocolos ha sido por eso, porque eran erróneos. Con las derivaciones sucede lo mismo: yo no quiero pensar que nadie, que ningún geriatra toma una decisión equivocada pensando que deja de proporcionar asistencia a nadie. Creo que son decisiones que se toman en un momento delicado y que cuando se toman en una situación de pandemia seguramente nos equivoquemos. Lo que nos toca ahora es rectificar, corregir el rumbo y tomar las medidas de cara a otoño. Tenemos un posible rebrote a la vuelta de la esquina. Yo creo que lo que nos toca ahora es ese punto de sensatez de ponernos a trabajar; les pedimos esa altura de miras a todos ustedes y que nos pongamos a trabajar.
¿Hubo errores? Por supuesto que hubo errores. De lo que se trata es de que intentemos que no se repitan y de corregir los que ya se han producido. Y yo, antes de nada, lo que sí quería era concluir esta intervención, señorías, con las ideas que deben guiar la atención a los mayores en el futuro y que ya han sido recogidas en muchos informes. Y brevemente les resumo que son la profesionalización de los servicios, que debe ser un principio básico para que podamos atender a las personas mayores desde la dignidad y desde el desarrollo de la autonomía; el contar con un sistema de acreditación equitativo, es decir, necesitamos que los centros se acrediten por niveles, que veamos qué son capaces de hacer en cada uno de ellos y en base a eso a qué tipo de residentes, a qué tipo de mayores podemos atender.
Señorías, es importantísimo que fomentemos el desarrollo de la autonomía personal. Se ha centrado mucho el debate en las residencias, pero tenemos los centros de día, los servicios de ayuda a domicilio y los servicios de teleasistencia, y esa, de verdad, es la mejor forma de promover la autonomía personal y que los mayores se queden en su casa, que es donde deben estar. A mí me gustaría residir hasta que pueda en mi casa, y cuando no pueda y necesite otra serie de cuidados, seguramente vaya a una residencia. Y cuando seguramente en la residencia tampoco me puedan atender, acabaré yendo a un hospital. Pero debe ser ese el circuito, es decir, todo el tiempo que los mayores puedan permanecer en su casa es lo que debemos hacer. Potenciar la colaboración público-privada para poder llevar más calidad al mayor número de ciudadanos posible. Y lo decía antes, crear una mesa de trabajo en la que puedan participar las asociaciones de mayores, los sindicatos, las empresas de atención a la dependencia, y que definamos de forma conjunta cuál es la cartera de servicios que debe existir en los próximos años en España.
Desde aquí, y en nombre de los operadores del sector, en nombre de nuestros trabajadores y residentes, y también como ciudadano particular, yo sí que les quiero pedir, les ruego que por favor enfoquen sus energías y sus capacidades en que construyamos un sistema mejor; que aparquen por un momento las disquisiciones ideológicas y que seamos capaces de poner el interés general por encima de todos nuestros intereses particulares.
Señorías, nosotros les queremos tender la mano, no para señalar culpables, sino para coger con fuerza las riendas del mañana, un mañana en el que las personas más vulnerables tengan garantizados sus derechos de atención sociosanitaria. Y les llamo a la urgencia porque ese mañana no puede esperar; nuestros mayores no pueden esperar, el tiempo pasa y no perdona.
Gracias por su atención, señorías. Esperamos que nuestra contribución a los trabajos de reconstrucción sea útil para aprender de la crisis sanitaria que ha generado este virus, y lo que es más importante, si queremos mirar al futuro y evitar que vuelvan a repetirse algunas de sus peores consecuencias. Y por supuesto, estamos a su disposición para participar en cuantos grupos de trabajo y comisiones consideren oportunas. Los mayores necesitan que en estos momentos seamos capaces de sacar la mejor versión de nosotros mismos. Es algo que les debemos como sociedad. No les volvamos a fallar.
Muchas gracias.