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Ignacio-Riesgo

Ignacio Riesgo González, médico, gestor y consultor sanitario

Presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos

8 de junio de 2020

Intervención

En primer lugar, un recuerdo a los fallecidos por el coronavirus, particularmente a los más de 60 profesionales sanitarios que fallecieron. En segundo lugar, quiero agradecer a la Comisión por haber contado conmigo al pensar que podía tener algo interesante que decir, y, muy en particular, al Grupo Parlamentario Popular, que me ha propuesto, máxime cuando sabe que voy a hablar con total independencia, porque frente a otros intervinientes, que representan corporaciones u organizaciones, yo hablo en nombre propio, me represento a mí mismo, y, por supuesto, es un honor para mí estar aquí. Y, por último, les deseo suerte en sus importantes trabajos, tan relevantes para el país y para el sistema sanitario.

La crisis del coronavirus ha sido un problema de salud pública, un déficit de salud pública, y si se me permite, de estrategia de seguridad nacional, porque las tres estrategias de seguridad nacional que han sido publicadas, las tres identifican las pandemias y las epidemias como una amenaza para la seguridad nacional, no tanto un problema del sistema sanitario. No hay sistema sanitario capaz de resistir una avalancha de enfermos de esas características. Al contrario, el sistema reaccionó con celeridad y fue capaz de reconvertirse en muy poco espacio de tiempo, aunque en algunas partes, como en Madrid, llegó al colapso, lo que significó limitación terapéutica por escasez de recursos, que se tradujo en aumento de mortalidad.
¿Qué enseñanza nos trajo el COVID? Desde el punto de vista general, la importancia de contar con un sistema sanitario potente y que hay que tener mucho cuidado con los recortes, particularmente cuando los recortes no van acompañados de reformas. En segundo lugar, debilidades extremas del Ministerio de Sanidad. En tercer lugar, dificultades de gobernanza del Sistema Nacional de Salud y de colaboración entre administraciones y de estas con el sector privado. Y, por último, desde el punto de vista general, ausencia de un sistema de información en el Sistema Nacional de Salud, con estándares comunes, con acceso a datos comunes y con interoperabilidad.
Desde el punto de vista de salud pública, una gran debilidad, se dedica el 1,1 % del gasto sanitario público, lo cual es insuficiente y muy por debajo, en términos comparativos, con lo que dicen otros países europeos. Y, por su puesto, carecía de un plan.
Desde el punto de vista de asistencia, hemos visto la importancia de la autonomía de gestión. Las instituciones funcionaron bien, se adaptaron rápidamente porque lo hicieron con total autonomía, no siguiendo directrices generales que nunca existieron, sino con absoluta autonomía. Esto es una lección para tratar de unificar el sistema en esa línea. También la debilidad de la atención primaria y la necesidad de reforzarla. En las residencias también fue un problema de salud pública, faltó la identificación de los residentes como grupo de riesgo. Se desarrolló, tanto en la atención hospitalaria como en la atención primaria, la telemedicina de forma espontánea, y a veces rudimentaria, y, también, se constató la importancia del sector privado, que llegó a tratar el 19 % de los contagiados y el 10 % de los ingresos en UVI.
Desde el punto de vista de profesionales, a parte de su gran dedicación, hemos visto la importancia de los equipos multidisciplinares, la importancia de la enfermería, la necesidad de un liderazgo médico visible y eficaz, a veces ausente a lo largo del conflicto, la importancia de la ciencia y de que la ciencia no es un lujo, y, desde el punto de vista de las empresas vinculadas a sanidad, fundamentalmente el sector farmacéutico y el sector de tecnologías médicas, su gran liderazgo durante la crisis, lo cual les ha hecho ganar la consideración, ya no solo de partners o de socios del sistema sanitario, sino como piezas fundamentales en la cadena de valor del sector sanitario.
Ninguno de estos problemas fue creado por la crisis, todos existían ahí. Los hemos visto con ojos nuevos, se han resaltado por la crisis, pero ahí estaban, ya los conocíamos. Tenemos un sistema creado para otra sociedad. Durante la Segunda República, hubo un proyecto de seguro público, pero que nunca llegó a aplicarse por decisiones políticas. El primer seguro público en España fue creado en el año 1942, con más de 50 años de retraso en relación con otros países europeos, y el sistema se refundo no solo por la Ley General de Sanidad del año 1986, sino a raíz de la Ley General de Sanidad y las reformas que la acompañaron. Pero fue creado por una sociedad distinta, fue creado por una sociedad donde no había el envejecimiento que hay ahora, y, por lo tanto, el número de crónicos, donde la tecnología sanitaria no había tenido el desarrollo que está teniendo ahora, por supuesto los costes tampoco, y donde las demandas sociales eran totalmente distintas, y menores.
Sin embargo, a pesar de este cambio de la sociedad, no ha habido reformas, a pesar de las reformas que se han impulsado en otros países, a pesar de que ya desde el año 1991, a raíz del Informe Abril, hay toda una tradición reformista en el sistema que propugna ciertos cambios, como por ejemplo la transformación del modelo de gestión, el régimen de personal, la financiación y otros. Pero ha predominado todos estos años el inmovilismo, y podemos decir, por tanto, que el sistema ha vivido de las rentas de la reforma hospitalaria, de la reforma de atención primaria, del sistema MIR, reformas que se hicieron en los años 80. ¿Por qué ocurrió esto? Las reformas sanitarias, como ustedes saben, son siempre muy difíciles, pero han ocurrido dos circunstancias específicas en España. En primer lugar, nos habíamos llegado a creer eso de que teníamos el sistema sanitario mejor del mundo. Una mala lectura de ciertos rankings internacionales, que no hablan de sistemas sanitario o de asistencia sanitaria, sino de salud, nos llevó a esta conclusión, lo cual produjo cierta complacencia y narcisismo en el Sistema Nacional de Salud. Hasta a la ONU, en la última asamblea general, la entonces titular del ministerio fue a decir -y ahí están las actas- que teníamos el mejor sistema sanitario del mundo. Y claro, si todo está tan bien, para qué hacer reformas.
El segundo punto es que el completar las transferencias coincidió con una pérdida de liderazgo del ministerio, incapaz de abordar o plantear las grandes reformas necesarias. La característica fue la inhibición ante los problemas, y el ministerio renunció a su labor de dirección estratégica, por supuesto en el marco de las competencias del Sistema Nacional de Salud, para convertirse en un ministerio de contingencias, en un ministerio para el ébola, para la hepatitis C, para la gripe A, y ahora para el COVID, pero no para la dirección estratégica del Sistema Nacional de Salud. Insisto, en el marco de un sistema descentralizado, que debe caracterizar el rol del ministerio. Voy a poner dos ejemplos muy sencillos, hace poco, este año, en la comparecencia del titular del ministerio en la Comisión de Sanidad del Congreso, fue preguntado por las listas de esperas, respuesta del ministro: es un tema de las comunidades autónomas. Pero esto no es de ahora, hace unos meses, otro representante del ministerio, al máximo nivel, de distinto partido político fue preguntada por la obsolescencia de las tecnologías en el Sistema Nacional de Salud. Respuesta por escrito: esto es un tema de las comunidades autónoma. Claro, si todo está trasferido no hace falta impulsar reformas. La ausencia de calado es lo que ha hecho que el sistema no se haya ido adaptando a los cambios de la sociedad española.
Esta es mi interpretación, pero hay otras, que voy a comentar. Hay gente que dice que todos los problemas vienen de los recortes que sucedieron entre el año 2010 y 2012. Antes, al parecer, teníamos un sistema semiperfectos, pero los recortes destrozaron el sistema y estamos sufriendo las consecuencias de los recortes. Ciertamente, los recortes no ayudaron, he escrito un libro criticando los recortes y la forma de hacerlos, pero, no nos equivoquemos, los recortes no influyeron en los parámetros básicos del sistema sanitario, que eran previos. La dotación de camas, el déficit de enfermeras, el número de personal, las listas de espera. Es más, la actividad del sistema, gracias al esfuerzo de los profesionales, aumentó durante los recortes, se hizo más con menos. Los parámetros fundamentales del sistema no se modificaron por los recortes, independientemente de que, como digo, no ayuda.
En segundo lugar, otro argumento que se utiliza es decir que es la privatización, el sistema estaba bien, pero se ha privatizado. Si por privatización entendemos la exclusión de colectivos, o la exclusión de determinadas prestaciones de la cobertura pública, no ha habido privatización, lo que ha habido son fórmulas de colaboración público-privada, implicación de la gestión privada en el servicio público. Creo que hubo experiencias que fueron positivas y que, lejos de revertirlas, como algunos proponen, habría que estimularlas, regulándolas muy bien, y ahí el papel de la administración es fundamental. Pero, en todo caso, pensar que unas pocas experiencias de colaboración público-privada, que se pueden contar con los dedos de una mano, pueden afectar a un sistema cuya dotación consiste en centenares de hospitales, miles de centros de salud, cientos de miles de profesionales, millones en términos de actividad, de ingresos, de consultas, de intervenciones quirúrgicas, etcétera, no es realista.
Yo digo que la mayor amenaza para el sistema no son los recortes ni las llamadas privatizaciones, es la ausencia de reformas, la ausencia de voluntad de adaptar el sistema a los tiempos actuales. Y, precisamente por esta ausencia de reformas, el sistema está generando problemas a los pacientes y a los profesionales. ¿Qué tipo de problemas? En el documento que les he hecho llegar los especifico con detalle. Listas de espera, un elemento de deslegitimación del sistema, porque no es cierto que las listas de espera sean consustanciales con sistemas públicos de acceso universal, Francia, Alemania, Holanda, Bélgica y otros muchos países tienen sistemas públicos de acceso universal y no tienen listas de espera. La buena noticia es que este tema tiene arreglo. Inadaptación a crónicos complejos, calidad desigual, obsolescencia tecnológica, retrasos en la incorporación de terapias, inequidades en el acceso a las terapias, profundo malestar profesional y deterioro de la percepción pública de la sanidad. Las encuestas del CIS demuestran en los últimos años un porcentaje creciente de ciudadanos que meten la sanidad entre los tres más importantes problemas del país. Esto es creciente. Y en el barómetro sanitario del Ministerio de Sanidad, que se publica todos los años, se evalúa el porcentaje de usuarios que creen que el sistema ha mejorado o empeorado. Hasta el año 2012 eran más los que decían que el sistema mejoraba, y desde el año 2012 son más los que creen que el sistema empeora en atención especializada, en hospitales y en atención primaria.
Yo creo que habría que impulsar un planteamiento reformista. Evidentemente, cualquier planteamiento de reforma debe hacerse desde el reconocimiento de los logros del sistema y el respeto de sus rasgos fundamentales, que, en mi opinión, son la financiación predominantemente púbica, la cobertura universal y la organización descentralizada. Lo importante es que se genere una dinámica reformista impulsada por el ministerio, con un liderazgo compartido, con participación de las comunidades autónomas y del conjunto de los agentes del sector. La idea es que el posible pacto, acuerdo, o como se quiera llamar, no puede ser solo entre administraciones, ni puede ser solo entre partidos políticos, a espaldas de los agentes clave del sector, me refiero a las sociedades científicas, a las asociaciones de pacientes, a las empresas y a tantos y tantos agentes activos en el sector. Debe haber un planteamiento de refuerzo del conjunto del sector sanitario, y me refiero incluyendo las empresas vinculadas al mismo, que forman parte de la cadena de valor del sector. Y dentro de ese planteamiento de reforma del sector, un planteamiento de refuerzo y mejora del sector público. En el documento que les he hecho llegar van una serie de medidas, pero solo me voy a referir a cinco. En primer lugar, la gobernanza, el sistema ha carecido de cohesión, y lo que propongo son agencias independientes especializadas, modelo AIReF, participadas por el ministerio y las comunidades autónomas, y con participación de agentes del sector, sociedades científicas, asociaciones de pacientes, y, si es necesario, también de la Unión Europea. Al menos la de salud pública, de información y evaluación y calidad, y evaluación de tecnologías. Este sería un primer nivel. Debe haber también otro nivel, que es un comité donde estén representados los distintos agentes del sector. El consejo interterritorial representa solamente gobiernos, pero ese nivel, esa especie de consejo consultivo, que se preveía en la Ley de Inclusión y Calidad modificado, debe incorporar al conjunto de los agentes del sector, me refiero a sociedades científicas, asociaciones de pacientes, empresas, etcétera. Y también tiene que haber cambios en el consejo interterritorial.
Otro punto de los cinco es la visión integral. Lo que ha quedado claro durante la pandemia es que el sistema público no puede llegar a todo, en algunos casos requiere la colaboración del sector privado, y el sector privado puede colaborar en el servicio público, y esto es bueno para el sector público, y pasa en toda Europa.
Que valore a los profesionales. Tiene que haber una mejora y flexibilización de la política de recursos humanos. La definición de la situación de los profesionales es bajos salarios y alta temporalidad. Este es un tema que hay que abordar. Y una dualización del sistema, de tal manera que están, por una parte, los de plaza en propiedad, y después todos los demás de forma secundaria.
Con una financiación suficiente y con evaluación, hay que entrar con seriedad en el debate de la financiación, y, en todo caso, el sistema tiene que tener una voz en su financiación y en sus necesidades, definitivamente no la última, pero si una voz. No puede ser lo que ocurrió durante los recortes, que no solamente se hicieron, sino que, además, el Sistema Nacional de Salud no tuvo nada que decir ante los recortes, nunca ese tema fue tratado en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
Estos son los cinco temas que me gustaría resaltar, pero están mucho más desarrollados en el documento que les he hecho llegar.
Por último, quería decir que la articulación de estas medidas de reforma requiere su tiempo, no son de un día para otro. Y son importantes los aplausos y los premios, pero, seguramente, haya algunas acciones urgentes. Y entre estas, yo propongo un plan de acción urgente frente a futuras pandemias, y, en concreto, frente a un posible rebrote de la pandemia del coronavirus; un plan urgente de mejora y refuerzo del sistema sanitario público que incluya una mejora retributiva sustancial, particularmente de los médicos, que es donde el gap con otros países es más pronunciado; un plan de mejora de la experiencia de los pacientes; un impulso a la participación de las asociaciones de pacientes en las distintas instancias del Sistema Nacional de Salud; una lucha contra la temporalidad laboral, que es una lacra absoluta del sistema, no estoy diciendo que no tenga que haber temporales, tiene que haber, como todo sistema con mucha turnicidad y con mucha feminización, en torno a un 5-7 %, pero no un 40 %. La propuesta que planteo es ofrecer a los temporales un contrato laboral indefinido, después ya se verá si pasan a estatutarios, si se convocan las plazas y demás, pero, de entrada, estabilidad laboral. Hemos asistido estos días a los residentes que han estado implicados en la lucha contra el coronavirus, que se les ofrece un contrato de un fin de semana, de un mes, de dos meses, pero bueno… Un plan de mejora de la actividad profesional de las enfermeras en relación a su cualificación y competencias. Un plan urgente de mejora de atención primaria, tanto en el sistema de personal como en el sistema de dotación de las tecnologías para poder hacer la telemedicina de forma adecuada, porque, excepto en algunas comunidades, posiblemente en Cataluña, en Galicia y en Extremadura, en el resto de las comunidades esto de las llamadas a los pacientes se hizo de forma rudimentaria, con teléfonos móviles, sin acceso a la historia clínica, sin videoconferencia, etcétera. Un plan sobre listas de espera. En las listas de espera se ha ensayado de todo, y todo ha fracasado. Yo propongo que aquí hay que ser un poco ecléctico, tomando enseñanzas de otros países, empoderando más a los pacientes, de tal manera que, superados determinados límites de espera, el paciente pueda elegir centro público o privado acreditado para resolver su problema. Creo que esto es interesante, no como en el País Vasco, que lo han hecho mediante el sistema de reembolso de gastos, y por eso se utiliza poco, sino directamente al sistema público con compromiso posterior del sistema de cubrir ese aspecto. Un plan sobre atención médica a residencias, evidentemente. Un observatorio en equidades. Y, por último, un plan de actualización del parque tecnológico.
Habrá que hacer muchas reformas, pero me parece que hay que hacer algo de forma urgente, y esto que les he propuesto de forma urgente son cosas relativamente sencillas, que no requieren grandes desarrollos legislativos ni complejidades como sí las tienen otras cosas.
Nada más. Me queda desearles lo mejor y suerte en sus importantes trabajos.

Preguntas de los grupos parlamentarios

Ruiz-de-Pinedo-Undiano,-Iñaki--(GEH-Bildu)

Iñaki Ruiz de Pinedo Undiano

GEH Bildu
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Josune-Gorospe

Josune Gorospe Elezcano

GP Vasco
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Cambronero-Piqueras,-Pablo

Pablo Cambronero Piqueras

GP Ciudadanos
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Eritja-Ciuró,-Francesc-Xavier--(GR)

Francesc Xavier Eritja Ciuró

GP Republicano
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Medel-Pérez,-Rosa-María

Rosa María Medel Pérez

GP Confederal UP
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Gestoso-de-Miguel,-Luis

Luis Gestoso de Miguel

GP Vox
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Ana Pastor Julián

GP Popular
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Ana-Prieto

Ana Prieto Nieto

GP Socialista
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Iñaki Ruiz de Pinedo Undiano (GEH Bildu)

Muchas gracias. Es un desafío lo que nos propone. Creo que la visión que nos da es de agradecer.
A la hora de la autocomplacencia, que nos ocurre en todos los marcos, nos puede ocurrir en el Estado español, en el País Vasco, nos puede ocurrir en cualquier contexto. El sistema sanitario es un sistema de tales inercias, instituciones profesionales corporativas son instituciones hospitales que tienen 50 o 60 años, con unos cuerpos de profesionales con escuela propia, por así decirlo, con sentimiento de centro, de instituciones, en los cuales abordar una reforma es una empresa muy difícil. En ese sentido, en la evaluación, que tantas vueltas le estamos dando, y no solamente con una visión de parámetros estatales, sino europeos, ¿no podría ser un elemento para empezar a aplacar esa complacencia? En el sentido de que los diferentes sectores profesionales y políticos empecemos a tener unas miras de hacia dónde y de ver cómo se puede hacer, de manera que podamos ir dejando esta autocomplacencia y tener un sentimiento más autocrítico de nuestra práctica y de nuestro centro, que puede ser primario, puede ser hospital o puede ser de las diferentes instituciones.
Respecto a las reformas, la última reforma importante que se hizo fue lo relacionado con sanidad laboral, que, desde la visión del paciente ha dejado una visión muy crítica de la introducción del sector primario. En esa insatisfacción que estamos hablando que hay en general en la población sobre el sistema de salud, dentro del ambiente laboral, el sentimiento de pérdida y de crítica de cómo está funcionando puede ser otra rémora, otro freno importante en el sentido de determinadas líneas que se tomaron hace 15 años, que yo creo que está pesando en algunos sectores de manera importe. ¿Ese sentimiento puede ser generalizado en el Estado en general o es un sentimiento muy particular que puede tener el sector que yo más conozco, en el País Vasco?
El tema fundamental es cómo romper la autocomplacencia en estos momentos, me parece que es uno de los elementos fundamentales para que podamos dar pasos y abordar en el medio plazo. En el corto plazo, yo creo que las propuestas que he visto son muy claras, muy convincentes y sobre las que puede haber un consenso importante.

Josune Gorospe Elezcano (GP Vasco)

Gracias, presidenta. Gracias, señor Riesgo, por venir aquí, por las explicaciones que nos ha dado y por la documentación que nos ha aportado, que, junto a sus explicaciones, es muy interesante, se compartan o no las reflexiones que usted ha planteado.
Refiriéndose a los temas urgentes, ha dicho que hay una serie de temas urgentes que son muy sencillos de abordar, y leyéndolos no parece tan sencillo de plantear. Este grupo, que yo creo que puede ser interesante solo por el mero hecho de reflexionar de forma conjunta y poder escuchar distintas voces, pero, con la dinámica de trabajo que se ha establecido, que tiene que ser en dos o tres semanas cuando se planteen soluciones en el contexto de la pandemia, ¿puede salir realmente algo suficiente como para poder responder a los grandes retos, incluso los urgentes, incluso esos que usted plantea como sencillos y que a mí me parece que son complejos de abordar?
Usted estaba planteando que sería necesario que se articularan sistemas de decisión y de debate donde hubiera otro tipo de agentes incluidos, ¿no tendría que ser otro tipo de fórmula más serena y sosegada para afrontar todos estos retos que usted está planteando y que tengan, realmente, carácter de venir para quedarse y reestructurar el sistema?
En cuanto a las listas de espera, usted comentaba que existen algunas experiencias en otros lugares que están teniendo éxito, si nos pudiera ampliar esta información sería muy interesante para nosotros, porque, efectivamente, es uno de los grandes problemas y que los usuarios lo perciben como tal del sistema sanitario.
Se ha referido a las agencias independientes especializadas, que cree usted que, en distintos temas como la salud pública, la innovación de la tecnología, en distintos ámbitos, habría que crearlas, al estilo de la AIReF. ¿Qué diferencia habría en relación con las agencias estatales específicas del sector de administración? ¿por qué usted las considera más adecuadas para el futuro?
En relación con la colaboración público-privada, usted ha dicho que hay que estimularla utilizando distintas fórmulas, y que a eso debería responder la administración, ¿qué fórmulas de estimulación de esa colaboración público-privada podrían explorarse?
¿No cree usted que, de cara a afrontar el futuro de los sistemas sanitarios, hay un problema que es la estigmatización por determinadas partes? Parece que esta polarización excesiva de la política lleva a veces a la fetichización de determinados símbolos por unas y otras partes, y algunos consideran que el sector privado puede aportar, y, automáticamente, otros rechazan por completo la aportación que desde el sector privado se pueda hacer. Nuestro proyecto sanitario apuesta por la colaboración público-privada, nosotros apostamos por una sanidad pública, gratuita, equitativa, igualitaria, universal, pero donde, en determinados momentos, se pueda recurrir a la sanidad privada. Pero, tenemos la sensación de que, a veces, nos cuesta avanzar en la búsqueda de esas fórmulas de colaboración, precisamente por esa estigmatización, por la que se rechaza de plano esa colaboración de ambos sectores.
Por ir terminando. Usted se ha referido al coronavirus como un déficit del sistema de seguridad nacional, que va más allá de lo que sería estrictamente una responsabilidad del sistema sanitario. ¿Cómo se le debería responder a esta dimensión que usted incluye? ¿solo desde el sistema sanitario, o entrarían otros sistemas a responder? Y, en esa dimensión, ¿no es Europa, la dimensión macro, la que ha tenido el déficit? Porque el que no haya habido un sistema de alerta que haya funcionado bien ha sido un problema de Europa, porque llegó a China, Europa lo vio y no respondió, llegó a Italia, lo estuvimos viendo, y parece que nos costó responder. ¿A esa dimensión de seguridad no le deberíamos responder desde una dimensión supraestatal, europea, como un conjunto que nos daría otra dimensión y más capacidad de respuesta?
Gracias.

Pablo Cambronero Piqueras (GP Ciudadanos)

Muchas gracias por sus interesantes aportaciones, señor Riesgo.
Como a todos los profesionales que están interviniendo en el ámbito de este grupo de trabajo, quisiera trasmitirle, en primer lugar, y en nombre del Grupo Parlamentario Ciudadanos, nuestras condolencias por las terribles y demasiadas pérdidas de tantos compañeros que se han dejado la vida trabajando y luchando por nuestra salud. Enhorabuena también por el Princesa de Asturias, más que merecido.
En este sentido, me ha parecido muy interesante el diagnóstico de la situación actual que usted ha hecho, en cuanto a la coordinación público-privada, en la que me gustaría, igual que a la compañera, que ahondara un poco más en lo que propone. También en cuanto a las mejoras laborales para los profesionales, que sin duda necesitan, y la participación de pacientes y sociedades científicas en el sistema sanitario.
Quisiera plantearle unas pocas cuestiones relativas a su exposición. Como profesional de la seguridad pública que soy, me interesa mucho acabar con las agresiones a profesionales sanitarios. En mi vida personal he atendido muchas de estas agresiones y me gustaría saber, bajo su criterio, qué medidas cree necesarias incluir para conseguir ese objetivo de agresiones cero en los profesionales sanitarios.
Ha hablado usted del potencial de participación de los pacientes en el ámbito sanitario, ¿en qué fases, aspectos y en qué se traduciría dicha participación?
¿Son suficientes las infraestructuras y el personal sanitario que tenemos actualmente? ¿estamos preparados para un posible rebrote? ¿Cree que se están planteando las reformas necesarias en el ámbito de esta Comisión para poder acudir a ese rebrote y acabar con él?
Sin más, quisiera agradecerle sus aportaciones, la documentación que nos ha pasado, que creo que es muy interesante, y poner a mi grupo parlamentario a su disposición para cualquier gestión o iniciativa que nazca.
Muchas gracias.

Francesc Xavier Eritja Ciuró (GP Republicano)

Muchas gracias, presidenta. Muchas gracias, señor Riego.
Muy interesantes las aportaciones que hace usted, sobre todo desde la perspectiva de una visión muy amplia, una visión de gestión global de todo lo que es el sistema sanitario, y creo que, en ese sentido, sus aportaciones pueden ser muy interesantes.
Me sumo al sentimiento del grupo de Bildu, conforme a que, quizá, el primer paso sea la aceptación de que no somos el sistema sanitario mejor del mundo, sino la aceptación de que, realmente, hace falta ya, después de más de 30 años, una reforma profunda. Todavía estamos viviendo de que no hace falta ninguna reforma, y quizá es el momento de que pasemos a esta segunda fase. Eso será un trabajo previo, porque, de momento, no hay esa percepción de que hagan falta reformas profundas. Fíjese si hacen falta reformas profundas, que está planteando usted que dentro de este nuevo modelo de reformas tendría que haber un nuevo modelo de cogobernanza, de manera que un primer paso sería el acuerdo político y de gestión entre el ministerio y las comunidades autónomas. En el COVID ha quedado en evidencia esa falta de coordinación, un ministerio vaciado de gestión y unas comunidades autónomas vaciadas de decisión, que han conllevado a este decalaje, a estas contradicciones constantes en el momento de gestionar un COVID, como nos hemos encontrado. Por tanto, yo creo que el primer paso antes de pasar a un pacto de reforma, haría falta saber exactamente qué acuerdos políticos entre comunidades y ministerio tendría que haber y cuáles son las prioridades. A partir de aquí, entiendo perfectamente que tienen que integrarse muchos agentes de los que están realmente tomando decisiones y que están gestionando día a día toda la gestión sanitaria en el Estado.
Ha hablado también que, de alguna manera, tendría que haber representación de organismos europeos en ese gran pacto, ¿de qué manera usted incorporaría esa representación de organismo o representantes europeos en ese gran acuerdo? Yo creo que es muy importante, porque si se ha de llegar luego -como en esta pandemia- a una coordinación general de cómo afrontar el COVID, o cualquier otra pandemia, hace falta realmente coordinar a nivel europeo y no solo de Estado. Es importante saber de qué manera o qué elementos incorporaría usted de representación europea en ese gran pacto.
Muchas gracias.

Rosa María Medel Pérez (GP Confederal UP)

Lo primero, disculparme porque he llegado tarde. Voy a empezar por lo que usted ha explicado de que todos pensábamos que teníamos un sistema sanitario muy bueno y resulta que no era tan bueno. Yo pienso que, la verdad, partió de un buen sitio, me parece que la ley de 1986 era un buen sistema, lo que pasa es que un sistema basado en la universalidad y financiado vía impuestos, cae en medio de un mercado que veía la sanidad como una fuente de ingresos muy importante. Para que un sistema funcione, lo tenemos que cuidar un poco. De hecho, usted ha reconocido el problema de la financiación. Es cierto también que es difícil soportar una pandemia como esta. Y también estoy de acuerdo con algo que me lo ha llegado a hacer más visible, y es que, en realidad, no ha habido una privatización real, porque la gente no paga, uno va a un hospital de gestión privada, aunque sea de titularidad pública y no paga. ¿Podría usted plantearse que este tipo de privatización, de tipo PFI, o concesión administrativa, el que sea, puede ser un fraude encubierto por la Ley 15/1997? Fíjese, es una gestión privada cuya prioridad es llevarse un beneficio, y que ha supuesto un encarecimiento del gasto total en comparación con los hospitales públicos, estudiado y publicado, aunque no se contabilice debido a que Europa no lo considera como gasto público, porque lo considera como préstamos, …toda esa historia. Dice usted que el sistema privado ha respondido en la epidemia, pues se ha hecho una petición de un ERTE que afecta a 28 000 trabajadores.
Puede ser que el hecho de deteriorar el sistema, porque no se le presupuesta, y eso no se hace inconscientemente, eso se hace premeditadamente, actuara como nicho de mercado el hecho de que, como funciona mal porque no tiene financiación, y hay lista de espera y cuando vas al médico te atiende en tres minutos… ¿cree usted que eso actúa como nicho de mercado? Ahí tenemos, por ejemplo, el caso de Fresenius Helios, que en 2018 facturó 2594 millones de euros y al año siguiente 3023 millones de euros, con un crecimiento del 17 %, según el dato que yo tengo.
Y otra cosa que quería decirle del plan de lista de espera, no se crea que se ha probado todo, yo llevo 35 años trabajando de médico en un hospital público, no se ha probado todo. Antes se desvía un paciente a la privada, a los planes de choque, que son puramente privados casi todos, que contratar personal para hacer un turno de tarde y poner a funcionar los quirófanos, por ejemplo, que son las listas de espera más notorias, porque como consiste en no financiar la pública para que se lleve el negocio la privada…
Parque tecnológico tenemos. Fíjese, se compra un PET/TAC en un hospital, por ejemplo, y como no se va a contratar a gente para que el PET/TAC funcione por la tarde, sino solo por la mañana, esos pacientes son desviados a hospitales privados. ¿Usted piensa que eso favorece la pujanza de la privada y eso la justificaría?
Gracias.

Luis Gestoso de Miguel (GP Vox)

Buenas tardes. Decirle que estamos muy de acuerdo en muchas de las cosas que usted ha dicho aquí. En comparación con otras cosas que se oyen, la verdad es que como estar oyendo a alguien hablar en otro idioma. Estoy de acuerdo en lo que dice de que la crisis no fue del sistema sanitario, sino una crisis de salud pública, y una crisis de seguridad nacional.
Pero, creo que debemos ir más allá, y creo que no ha sido solo eso, sino que ha sido una crisis de incompetencia, e incluso de negligencia criminal por parte de un gobierno que ha estado ocultando la crisis durante meses, durante semanas, que animaba a ir a las manifestaciones del 8 de marzo, a llenar iglesias, campos de fútbol, cines, polideportivos, ocultando cuál era la realidad de la cifra de los datos que tenía y anteponiendo la agenda ideológica a la vida y a la salud de los españoles. Quiero decir esto para que conste en acta y para que a usted le quede que no todos aquí decimos lo mismo.
Ya le adelanto que esto no lo va a ver en las conclusiones de ninguna comisión, y menos de esta, porque estas conclusiones ya las tiene la izquierda cerradas y bien atadas. Porque esta es la Comisión de la nueva normalidad, es decir de la reescritura de la historia con mentiras y con ocultación de la verdad para salvar la cara al Gobierno, así de claro.
Aquí no interesa sacar conclusiones sobre el virus chino, lo estamos viendo y lo estamos oyendo, aquí se habla de otras cosas. Siguen con la ideología y no parece importarles la pandemia lo más mínimo, siguen con el tole-tole, que si el medio ambiente, que si el cambio climático, que si la perspectiva de género en los hospitales, o no sé qué cosas he estado oyendo hoy que es indignante, con 50 000 muertos en España, pero bueno, ellos siguen, no hacen autocrítica y seguimos aquí aguantando el tole-tole. Pero desde Vox no vamos a consentir que esas sean las conclusiones que se saquen y, en esas actas que levante la secretaria o el secretario va a quedar bien claro cuál fue nuestra postura y qué fue lo que dijimos.
Por eso, le hacemos la conclusión desde Vox, y por muchos informes fakes que hagan no vamos a permitir la impunidad en la negligencia que ha causado 50 000 muertos y centenares de miles de heridos, y una España en la ruina por culpa de su gestión.
De todo lo que ha dicho me gustaría preguntarle su opinión, por qué cree que Corea del Sur ha sido tan exitosa en esta epidemia, igual que Alemania, y si cree, como creemos en Vox -que alertamos ya desde enero lo que se nos venía encima y al doctor Steegman lo tachaban poco menos que de loco- que el secreto está en el diagnóstico rápido mediante la PCR de los casos. ¿No demuestra esto que se debe invertir en biotecnología, dado el riesgo de futuras pandemias? ¿cuál su opinión con respecto a este punto?
Muchas gracias.

Ana Pastor Julián (GP Popular)

Muchas gracias, doctor Riesgo, por su intervención y porque ha puesto sobre la mesa algunos de los temas más relevantes para el Sistema Nacional de Salud. Felicitarle por su trayectoria profesional, usted ha sido médico, gestor, ha sido consultor, y sigue en la brecha intentando poner soluciones desde esa independencia que usted nos ha recordado. Es fundamental que las personas que intervienen aquí sean personas totalmente independientes, que no se deben a nadie y que no quieren contentar ni que nadie le prepare lo que vienen aquí a decir.
Tengo cuatro minutos y no me da tiempo, pero ha tratado usted varios temas que son muy relevantes, unos tiene que ver con la gestión de la pandemia, que aquí estamos reunidos en esta Comisión de Reconstrucción, yo creo que se pueden llegar a acuerdos, y por eso mi primera pregunta va a ser, usted con su experiencia y su trayectoria profesional, que ha trabajado con distintas administraciones, ¿cree posible que haya tres o cuatro cosas gordas que se puedan pactar en lo que a nosotros nos gusta llamar el pacto Cajal? ¿cree que merecería la pena en un momento como este, tras la pandemia, que llegáramos a tres o cuatro cosas? Si usted tuviera que seleccionar tres o cuatro, ¿cuáles señalaría?
Ha señalado algunos asuntos que son los del cuarto plazo y ha hecho un diagnóstico. Le agradezco que haga un diagnóstico, porque yo, desde el mes de marzo, creo que todavía estaba con el coronavirus, dije que esto era una crisis de salud pública y estoy encantada de escucharle a usted que lo diga, es una crisis del sistema de salud pública. Hay temas que tendrían que haberse hecho de otro modo, pero, fundamentalmente es la gobernanza del sistema de salud pública, que tiene que estar perfectamente integrado en el sistema sanitario. Y esa gobernanza requiere tener instrumentos tecnológicos, personas y, sobre todo, la red distribuida, que es el tema de médicos centinela, que no está funcionando, y que es lo primero que tenemos que abordar. Si usted tiene alguna propuesta en este sentido. Sabe que nosotros hemos abogado por una agencia de salud pública y calidad asistencial, pero yo, analizando más como técnico que como político, decirle que el sistema de información y el sistema de vigilancia, y usted lo recuerda bien porque creo que éramos gerentes por entonces, había un sistema de vigilancia epidemiológica que consistía en que todos los viernes se mandaba un boletín epidemiológico, y ese recogía todas las enfermedades infecto-contagiosas. Han pasado casi 40 años y resulta que tenemos un sistema que es casi voluntario, por así decirlo, y que ha devenido en que no ha funcionado. ¿Qué propuestas nos podría decir en este campo? Y en ese campo que tanto nos afecta en este momento, que es el inmediato, que es el de mejorar la gobernanza en materia de salud pública e incardinarla dentro del sistema sanitario, y por supuesto, el papel tan importante que tienen que tener los médicos y todos los profesionales de atención primaria.
En segundo lugar, el sistema de información del Sistema Nacional de Salud en su conjunto. Creo que tenemos que hacer un sistema integrado, seguimos teniendo problemas de, yo lo llamo, intolerancias, de intolerancias entre unos sistemas y otros, y seguimos teniendo déficit para interconectarnos. Y lo que usted estaba diciendo, que lo normal hubiera sido que cuando te llamaban por teléfono del servicio de medicina preventiva de un hospital tuvieran acceso a la historia de primaria, a la historia hospitalaria, si la hubiese, y a la historia integrada. ¿Qué opinión le merece y cómo se podría avanzar en ese sentido?
Ha tratado otro tema que también es muy relevante para mí, el tema de las agencias. De cómo transformar la gobernanza del sistema en una agencia nacional, como han hecho algunos otros países a los que le va bien. Una agencia nacional donde se pueda, de forma independiente, y donde participen comunidades autónomas, la sociedad civil científica y el Gobierno, e incluso algunos ministerios que no sean el propio Ministerio de Sanidad, sino otros. Ojalá haya una agencia nacional donde intervenga el Ministerio de Hacienda y esté sentado en esa mesa, porque desde que separamos las fuentes de financiación, que pasamos de la financiación mixta, que era vía Seguridad Social y vía impuestos, a la financiación que no es finalista, tenemos siempre un muro que es el presupuesto. Aprovecho para preguntarle qué opina usted de la financiación finalista o no, ya que es una financiación vía impuestos de nuestro sistema público.
Otra pregunta. Usted ha hablado de acuerdos políticos con las comunidades autónomas. Cuando hablamos del pacto Cajal entiendo que no es solamente parlamentario, sino que las propias comunidades autónomas, que al final son la gobernanza del sistema, puedan entrar a este pacto.
Mi última pregunta tiene mucho que ver con los recursos humanos. Los recursos humanos del Sistema Nacional de Salud están bien formados, y tienen inestabilidad laboral. Es un tema que yo reclamaré siempre, tú no puedes tener a un otorrino, que lo contratas para hacerte el sábado y el domingo y lo vuelves a contratar un mes después, porque ni conoce la estructura hospitalaria, ni conoce el quirófano, y un día lo puedes contratar en un sitio para un quirófano y al otro para el día siguiente. Por tanto la política de recursos humanos y el desarrollo de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, especialmente las áreas de capacitación específica versus especialidades nuevas. ¿Qué opinión tiene al respecto? ¿No sería mejor que desarrolláramos alguna especialidad más, pero áreas de capacitación específicas? Específicamente, en este momento cuando nos hemos dado cuenta que muchos clínicos de nuestros hospitales han tenido que hacer atención a coronavirus y, sin embargo, llevaban desde que terminaron la especialidad sin tocar nada del área de infecciosos. Pero, me consta que profesionales de todas las áreas clínicas, mis compañeros y los suyos, han tenido que hacerlo. ¿Qué le parecería un área de capacitación específica para lo que tiene que ver con la gestión de procesos infecciosos epidémicos, o pandémicos, sobrevenidos?
Decirle que todavía hay políticos que pensamos que merece la pena llegar a acuerdos, pero no a cualquier precio, no renunciando a lo que hemos defendido siempre, un sistema público universal, para todos los ciudadanos, que tenga equidad en el acceso y que sea un sistema de calidad, pero, ojo, de calidad medida. De la inmensa mayoría de las cosas que estamos oyendo en los últimos tiempos, esa calidad de lo que se habla y esas cifras, nada se mide, y también aquí y en nuestro sistema, no solo hay calidad percibida, sino calidad medida.
Muchas gracias.

Ana Prieto Nieto (GP Socialista)

Bienvenido, don Ignacio Riesgo González. Tiene usted una larga trayectoria de experiencia en el ámbito de la sanidad desde distintos puntos de vista, eso hace que sus aportaciones sean muy enriquecedoras. Quiero expresar nuestra pena y nuestro dolor por todos los fallecidos en esta pandemia mundial, y nuestras condolencias a sus familias. Y, también trasmitir nuestro ánimo a todas esas personas que, en este momento, están sufriendo la enfermedad.
La Comisión de la Reconstrucción Económica y Social de España, de la que este grupo de trabajo forma parte, se ve enriquecida con las comparecencias de todas y de todos los comparecientes que están asistiendo en estos días de jornadas maratonianas, pero nada cansa porque todo lo que aquí exponen cada uno y cada una de ustedes nos enriquece y nos ayuda a construir una sanidad mejor de la que tenemos, a la que tenemos que dar la enhorabuena, porque durante estos meses de crisis, de enfermedad provocada por este virus, ha conseguido curarnos a muchos, cuidarnos y, sobre todo, poner en valor la calidad de sus profesionales.
Quiero decir también que este Grupo Socialista viene aquí con la intención de llegar a acuerdos, creo que es posible, y que es la responsabilidad de todos los grupos que formamos parte de esta Comisión el llegar a acuerdos, porque todos estamos aquí para trabajar por nuestro país, por España y por las españolas y españoles, para construir una sanidad mejor para todos.
Dicho esto, quería hacerle unas preguntas. Me gustaría que profundizase en cómo se debe asegurar una financiación suficiente y equitativa para la sanidad y qué medidas nos propondría.
En cuanto a la atención primaria, si tiene la consideración de profundizar en cómo debe reforzarse la atención primaria, sugiriéndonos alguna o algunas medidas, sobre todo prioritarias, para ello.
En cuanto a la equidad, ¿cómo considera que se debe asegurar en la sanidad pública? ¿qué medidas, desde su punto de vista y desde su experiencia nos sugiere?
Y, desde su ámbito profesional, desde su trabajo, desde su ámbito de actuación, ¿cuáles serían las prioridades que usted nos pueda proponer para esta Comisión? Creo que esa pregunta ya se la hecho alguna señoría en esta sala, pero me gustaría que nos dijera las prioridades irrenunciables.
En cuanto a los pacientes, ¿cómo cree que debe ser el papel de los pacientes en el Sistema Nacional de Salud?
Termino preguntándole cuáles son las principales barreras para el reformismo que usted propone.
Muchas gracias.

Respuestas

Muchas gracias a todos. Voy a ser incapaz de contestar a todas las preguntas, en algunos casos por limitaciones propias, porque ni soy epidemiólogo, ni soy virólogo, ni microbiólogo, ni nada de todo eso, simplemente tengo cierta experiencia de mucho tiempo, por la edad, de trabajar en el Sistema Nacional de Salud y en algunas cosas puedo pronunciarme, pero en otras sería más complicado para mí.

En primer lugar, ha salido bastante el tema del sector privado. Yo creo que hay un tema fundamental, no hay que confundir gestión pública con gestión administrativa. Puede haber experiencias de gestión pública muy interesantes, y las hay, desgraciadamente paralizadas en gran medida en estos momentos, empresas públicas, fundaciones, consorcios, etcétera, que son ejemplos de gestión pública, pero no gestión administrativa. Y, no hay que confundir tampoco servicio público con gestión pública. El servicio público puede ser dado por empresas privadas, con o sin ánimo de lucro, siempre legítimo. Lo que hay que preguntar a las empresas es si cumplen la ley, si pagan impuestos, si dan calidad, y si cumplen con los requisitos que les pone la Administración. Si eso es así, es su obligación ganar dinero para retribuir a los accionistas, y eso no es nada ilegítimo. No veo yo que tengamos en España un sector privado que pretende desarrollarse en base a las cenizas del sector público, más bien veo lo contrario, veo un sector privado que está preocupado y tiene interés en colaborar con el sector público, en un sector público potente, desarrollado y bien financiado.
El tema de la autocomplacencia. Tampoco podemos ir al masoquismo. Nosotros tenemos, ni más ni menos, un sistema sanitario modelo europeo, de cobertura universal y financiación predominantemente pública, no hay ningún sistema ideal. Hay que ser eclécticos, hay unos sistemas que son muy buenos en la primaria, otros muy buenos en el tema de investigación, otros que el tema de la salud mental lo tienen muy potenciado. Tenemos que ser un poco eclécticos y copiar de lo mejor, desde la perspectiva de que no hay ningún sistema ideal. La autocomplacencia es un mal general y si me permite la broma -la única que voy a hacer durante mi comparecencia- en el País Vasco, por mis conversaciones con vascos, está especialmente presente, pero, probablemente, legítimamente.
He hecho algunas propuestas urgentes. Se dice que no todas son tan sencillas. A mí me parece que son sencillas, otra cosa es que no sean gratis y que cuesten dinero, evidentemente. No es demasiado complicado resolver la lista de espera. Cuesta dinero, evidentemente. El tema de la temporalidad de los profesionales tampoco es de una complejidad extrema el resolverlo.
Esos temas que van en la relación de acciones urgentes, creo que nada es especialmente complejo. De todos modos, lo importante para mí es que el sistema necesita un gesto inmediato. Hay temas muy complicados, como el de la gobernanza, el del sistema de información, pero hay temas a los que hay que dar respuesta inmediata, porque el sistema, que está exhausto después del esfuerzo hecho por el coronavirus, requiere algún gesto de aproximación, y, seguramente, el tema de las listas de espera, o la consideración retributiva, el de la estabilidad laboral y el tema del refuerzo de la atención primaria, y, por supuesto, de las residencias, creo que son temas a los que habría que dar alguna respuesta rápida.
He planteado la participación de la Unión Europea, no tanto en el pacto como en la gobernanza de algunas agencias especializadas, y en concreto de la de salud pública. La salud pública es una competencia también de la Unión Europea, y a lo mejor no es un disparate que la Unión Europea esté representada en esa agencia. Por cierto, que la Unión Europea ha estado bastante ausente en esta crisis. Si les pregunto cuál es el nombre de la comisaria de Sanidad europea seguramente no me lo puedan decir, es de Malta, y yo, en estos momentos, no me acuerdo de su nombre, pero es difícil acordarse porque no ha hecho una sola declaración durante la crisis.
No tengo criterio con relación a la pregunta específica de las agresiones a profesionales sanitarios. En cuanto a ahondar en la colaboración público-privada y cómo se puede hacer, en el documento que les he hecho llegar propongo, entre las acciones generales, un programa marco de colaboración sector privado con el servicio público. Lo fundamental para la colaboración público-privada es la confianza, y tiene que haber una confianza del sector público en las empresas privadas, y tiene que haber una confianza de las empresas privadas en el sector público, y tiene que haber unas reglas de juego, y tiene que haber unas perspectivas comunes. Eso es lo que hay que trabajar en este marco que yo propongo.
A corto plazo propongo el tema de las listas de espera, la posibilidad de opción de un centro privado, superado un plazo determinado, pero, a medio y largo plazo, propongo este plan marco de colaboración de recuperación de la confianza, por así decirlo. Lo que está ocurriendo es que las administraciones públicas no quieren saber nada de la colaboración público-privada porque tiene coste político y porque a ver qué van a decir, y porque no va a estar bien visto, pero es que las empresas privadas también empiezan a distanciarse del sector público, porque no se fían de la seguridad que les dan, y eso es negativo. Yo creo que hay que generar un ambiente de colaboración.
Se ha hablado de la polarización. Se ha hablado de la estrategia de seguridad nacional, efectivamente, hay tres estrategias de seguridad nacional, el tema de las epidemias y pandemias como amenazas a la seguridad nacional está ahí, lo que pasa es que, desgraciadamente, no se hicieron los planes oportunos para ponerlas en marcha en caso de ese tipo de problemas.
En cuanto a la agencia de salud pública y calidad, apoyo el modelo de agencias especializadas. Creo que es un poco distinto, y yo separaría salud pública de calidad. Salud pública está preocupada, fundamentalmente, de lo colectivo, y cuando hablamos de calidad, en general, nos referimos a la actividad asistencial del sistema, servicios individuales a las personas. Y creo que son dos mundos distintos. Creo que es bueno separarlo porque a veces se crea la idea, yo he escuchado a muchos gerentes que dicen: yo, lo que produzco es salud. ¿Cómo que produces salud? Tú produces servicios sanitarios individuales a las personas. Las políticas de salud son intersectoriales por definición. Simplificando mucho, el sistema sanitario no tiene solamente que salvar vidas, tiene que hacer otras cosas, tiene que tranquilizar, tiene que acompañar, tiene que curar, tiene que dar certidumbre, todo eso lo tiene que hacer el servicio sanitario, pero no es un problema de salud pública, es un problema del sistema sanitario de asistencia. Por lo tanto, yo más bien lo separaría.
En cuanto al plan de sistemas de información, a mí me parece fundamental. Ahí hay un planteamiento, que es el programa FAIR, que empezó en Estados Unidos en la época de Obama, pero que ahora se está implantando en muchos sitios, que trata de definir los estándares de todo, de los diagnósticos, de los procedimientos, de tal manera que haya un lenguaje intercambiable, independientemente de la tecnología. Este es un tema que ahora se está expandiendo, incluso algunas comunidades en España como Galicia, creo que están trabajando en esa línea. A mí me parece fundamental. Uno de los problemas de la pandemia son los fallos tan tremendos en el sistema de información, que es que no sabemos ni contar los muertos, ni el número de ingresos en UCI, pero ¿cómo puede ser eso? Yo creo que hay que avanzar ahí. Y no es que no lo supiera el ministerio, es que tampoco lo sabían las comunidades, cada hospital era un mundo. Ese tema es capital.
La señora Pastor, utilizando esa terminología de la Comisión, me ha preguntado, primero, si se puede llegar a un acuerdo, y tres o cuatro cosas gordas. Primero, veo que es muy difícil que se pueda llegar a un acuerdo, porque el país está muy polarizado, hablo con toda honestidad, pero creo que es necesario, creo que, además, el sistema sanitario está demandando un acuerdo, y creo que sería una decepción para mucha gente -entre las que me incluyo- si de esta Comisión no salen algunos acuerdos básicos en algunas prioridades. ¿Cuáles en sanidad? Eso ya es mucho preguntar, pero yo veo algunas cosas. Desde luego, el tema de la gobernanza, el tema del sistema de agencias y el tema de la implicación de los distintos agentes en alguna especie de comité consultivo, o lo que sea, es fundamental.
Tiene que haber un debate sobre el tema de la financiación. El tema de la transparencia. Se me ha preguntado si defiendo un modelo de financiación finalista o un modelo no finalista. No tengo criterio en ese tema, porque sé que tiene muchas complicaciones jurídicas y no estoy en condiciones de dar ninguna luz en relación con eso. Pero lo que sí me parece importante es que el sistema sea transparente en cuanto a resultados. Tenemos un sistema no transparente, aunque hay experiencias interesantes en Cataluña e incluso en Madrid de observatorios donde dan mucha información, pero una información a nivel nacional que permita comparar comunidades, comparar áreas, comparar resultados de hospitales, incluso de servicios, mortalidades de distintas patologías y demás, no existe, y eso es fundamental. Creo que este tema de la transparencia, junto con el observatorio de inequidades, porque hay muchas inequidades y diferencias de tratamiento en las mismas patologías en distintas comunidades, creo que es importante. De todos modos, ustedes pueden determinar las prioridades mejor que yo.
Quiero insistir en que me parece fundamental llegar a un acuerdo.
Creo que he contestado a casi todo, y lo que no he contestado es porque considero que mi criterio no va a aportar gran cosa al conocimiento que pueda tener el grupo de trabajo en relación con eso.
Quería decir una cosa en relación a lo afirmado por Vox. No creo que haya habido negligencia criminal en ningún tratamiento de esta crisis por parte de ninguna administración, ni nacional ni autonómicas. Otra cosa es que haya habido problemas o incompetencias, incluso, pero, en cuanto a negligencia criminal, me parece mucho decir.

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