Carlos Rus Palacios
Presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE)
8 de junio de 2020
Intervención
Buenas tardes señoras y señores diputados y miembros de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica. Comparezco ante sus señorías agradecido por la oportunidad de detallar ante este grupo de trabajo de Sanidad y Salud Pública la visión del sector empresarial de la sanidad privada, y con el objetivo de aportar y colaborar en la necesaria reconstrucción del Sistema Nacional de Salud.
Lo primero, ofrecer nuestras condolencias a todos aquellos que han perdido a un ser querido en el transcurso de esta pandemia, y es obligatoria una especial mención, y aprovecho para rendir homenaje, a los profesionales, tanto de ámbito público como privado, sin distinciones.
También me gustaría resaltar que nuestro papel lo hemos entendido como un servicio al país, servicio del que estamos orgullosos. Siempre hemos entendido que nuestro Sistema Nacional de Salud está conformado por dos grandes aliados, el sistema público y el privado. Donde la sanidad privada complementa, integra y asume, como aliado flexible y estratégico, las necesidades que el sistema nacional de salud tenga.
La sanidad privada es, sin duda, un sector de alta cualificación, intensivo en mano de obra y promotor de la innovación tecnológica en el ámbito sanitario. Las asociaciones patronales, reconocidas en el artículo séptimo de la Constitución, estamos para hacer propuestas, para argumentar, razonar, reivindicar, negociar siempre, y, ahora más que nunca, para llegar a acuerdos y aportar el valor que se nos demande.
Me gustaría iniciar mi comparecencia adelantando los cuatro pilares que entendemos clave. El primero, la importancia del sector sanitario privado en España; el segundo, el papel de la sanidad privada en la lucha contra el COVID; el tercero, las medidas que, entendemos, deben implementarse en caso de un posible rebrote pandémico, y que entiendo deberían ser objeto de debate en este grupo; y como cuarto pilar, propuestas para la mejora de la eficiencia y el fortalecimiento del sistema nacional de salud y oportunidad de estrechamiento de la colaboración público-privada.
Sin duda, ha sido durante la pandemia vivida cuando ha quedado demostrado más que nunca que el trabajo esforzado, conjunto y eficaz, que realizamos con las administraciones sanitarias es vital para la salud de nuestros ciudadanos. La suma, sin duda, nos hace mejores.
Entrando en el primer bloque, sobre la importancia del sector sanitario privado en España. Hablamos de un sector de provisión sólido, de excelencia, eficiente y bien organizado, pero, por el contrario, desmerecido como parte integrante y relevante del Sistema Nacional de Salud, e infravalorado como aliado natural e imprescindible del sistema público. Un sector interesadamente mal entendido, en el concepto de que nuestro crecimiento o mejora parece tener como contrapunto el empeoramiento de la sanidad pública, o de que el empeoramiento de la pública nos beneficia. Hemos crecido y mejorado al amparo e impulso de la sanidad pública, sin duda, entre las mejores de este planeta, y como consecuencia del estado de bienestar. Conviene, por tanto, ofrecer una visión, objetiva y con datos, de la contribución que la sanidad privada aporta al sistema sanitario en su conjunto y que facilite a nuestros representantes políticos tener una media fiel del estado de la cuestión, lejana de tentaciones ideológicas que pueden pretender una desaparición de la dualidad del Sistema Nacional de Salud, donde se conjugan la libertad de empresa del artículo 38 de nuestra Carta Magna, con la defensa y derechos recogidos en el artículo 43, y que son bases del modelo español. Modelo de colaboración público-privada construido desde 1996, cuando el partido socialista apoyó y sacó adelante la Ley General de Sanidad, que reconoce a la sanidad privada como complementaria en el Sistema Nacional de Salud y que, sin duda, fue un hito en la sanidad de este país. Lo que ha demostrado este modelo desde sus orígenes es que la colaboración público-privada en nuestro sistema dual de salud, supone, no solo una gestión eficiente de los recursos disponibles en materia de atención médica, sino que representa una opción, altamente eficaz, para hacer frente, tanto ante situaciones de incremento de demandas puntuales, como de colapso sanitario, caso de esta pandemia.
Para poner en relieve la dimensión del sector facilitaré a sus señorías algunos datos que considero esenciales. A nivel de dotación e infraestructuras, el 58 % de los hospitales españoles son privados, 460, y las camas suponen el 32 %, cerca de 52 000. A nivel de actividad, y a modo de ejemplo, el sector hospitalario privado, lleva a cabo el 37 % de las intervenciones quirúrgicas, el 30 % de las urgencias, el 26 % de las consultas que se realizan en el conjunto de la sanidad privada, así como el 44 % de las resonancias magnéticas. En 2019 la sanidad privada supuso el 40 % del gasto sanitario nacional, con 36 300 millones de euros. Respecto a la facturación tipo de un hospital privado, creo que es importante que sus señorías conozcan que el 64 % proviene de aseguramiento, un 13 % de pacientes privados, un 8 % de otros servicios y, solo el 15 % de colaboración público-privada.
Del estudio comparativo entre precios de los conciertos, precios a los que la sanidad privada trabaja con la administración pública, y comparándolos con los precios públicos de cada comunidad vemos, por ejemplo, que una intervención de cataratas cuesta un 43 % menos en el ámbito privado respecto al público, una hernia inguinal, un 33 % menos, una sustitución de cadera un 42 % y en procesos de alta complejidad como la sustitución valvular aórtica, la diferencia es del 57 %.
El 50 % de nuestros hospitales colabora con la sanidad pública, ya sea en listas de espera, conciertos para la atención médica puntual, concesiones administrativas de determinados complejos sanitarios o el propio sistema de mutualidades de funcionarios. Este sector atiende a más de 12 000 000 de usuarios anuales, de los que 10,7 millones son ciudadanos que acuden a las compañías aseguradoras de salud en el libre ejercicio de su capacidad de decisión en una economía de mercado, opción que, sin duda, colabora en la sostenibilidad del sistema. Además de los más de 266 000 profesionales que empleamos de forma directa, de los que un 49 % son profesionales sanitarios.
Dicho todo lo anterior, me atrevería a señalar que sin el concurso de la sanidad privada el Sistema Nacional de Salud sería absolutamente inviable, sin atisbo de exageración. Por tanto, la complementariedad de una sanidad pública y la privada es una herramienta clave de gestión, que ayuda a garantizar la prestación y asistencia sanitaria manteniendo la calidad en la misma. Así, se reconoce al Sistema Nacional de Salud fuera de nuestras fronteras, España encabeza, desde hace años, los mejores rankings de calidad y excelencia.
Entrando en el segundo bloque de mi intervención, sobre el papel de la sanidad privada en la lucha contra el COVID-19. Somos, sin duda, uno de los sectores más directamente afectados por la crisis, debido a su consideración de esencial, con un mantenimiento y, en su caso, ampliación de recursos operativos, con total y absoluta disponibilidad, con costes de aprovisionamiento con un nivel especulativo sin precedentes, limitados en cuanto a la posibilidad de adecuar nuestras estructuras y gastos a las realidades de las necesidades asistenciales de cada zona, supeditados a la desprogramación de toda actividad no urgente o de atención a pacientes COVID y, en general, con un descenso abismal de la actividad ordinaria por la trágica situación que hemos vivido en estos meses ha eliminado la discusión de nuestro papel como integrante natural del Sistema Nacional de Salud.
Lamentablemente, señorías, hemos obtenido este reconocimiento en tales circunstancias, pero al mismo tiempo, nos sentimos especialmente orgullosos de aportar toda nuestra capacidad asistencial. Desde antes del real decreto del estado de alarma de 14 marzo, la sanidad privada se puso a disposición de las autoridades públicas, permaneciendo en contacto con el Ministerio de Sanidad, así como con las consejerías autonómicas. La predisposición de nuestros centros ha sido permanente, respondiendo de forma inmediata a las necesidades de cada autoridad sanitaria regional, el modelo de colaboración, por tanto, ha variado en función de las necesidades de la autoridad pública. Desde la creación de comités de coordinación permanente, toma de recursos de forma directa por las autoridades, el diagnóstico de afectados, la derivación de pacientes de privada a la pública e, incluso, en sentido contrario, la derivación de pacientes de la pública a la privada en aquellos territorios con estrés asistencial límite. En zonas de alta afectación, como Madrid o la provincia de Barcelona, fue necesario duplicar y triplicar UCI, la cesión de equipos a la pública, como en el caso de La Rioja o Canarias o, incluso, la creación de hospitales de campaña en la privada como sucedió en Madrid. En regiones como Castilla La Mancha o Castilla León la privada se utilizó como circuito libre de COVID, de forma que se liberaron infraestructuras de la sanidad pública para hacer frente a la crisis y se minimizó el riesgo de contagio de otros pacientes, lamentablemente esta medida no se extendió en otras regiones en situaciones asistenciales similares. Las regiones con menor afección pandémica tuvieron a disposición toda la infraestructura privada instalada en el territorio, prácticamente ociosa, y, al mismo tiempo, sin poder reprogramar asistencia médica, hospitales llenos de personal y vacíos de pacientes. El impacto del COVID en el sector hospitalario privado durante los meses más críticos de la pandemia de marzo y abril se documenta a través de un estudio realizado por ASPE, con 124 hospitales participantes, que representan el 27 % de los hospitales y el 24 % de las camas. Se trata, desde mi punto de vista, de una muestra suficientemente representativa y que incluye centros de todas las comunidades autónomas.
Respecto a los pacientes, en solo estos 124 hospitales se han asumido durante los meses de marzo y abril un 16 % de las hospitalizaciones, cerca de 20 000 hospitalizaciones y un 14 % de los ingresos en UCI, más de 1500 y hablamos solo de los 124 hospitales que han participado en esta muestra. Respecto a la actividad, todas las áreas asistenciales se han visto afectadas de forma significativa, debido a la gestión de la pandemia, concretamente las intervenciones quirúrgicas descendieron un 83 %, las urgencias un 73 % y las consultas un 67 %, respecto a aquellos recursos que han sido más necesarios en la atención a pacientes COVID también ha sufrido un descenso importante, aunque menor. Así, los ingresos hospitalarios han tenido una disminución del 58 %, las determinaciones de laboratorio de un 57 y los ingresos en UCI una disminución del 52 %. Respecto a los profesionales, y fue un dato que me llamó mucho la atención cuando vimos las conclusiones del estudio, el 89 % de los centros ha contratado a nuevos profesionales durante la crisis, de forma que si comparamos la plantilla de los centros en relación a abril de 2018 el crecimiento es de un 15 % y si la comparamos en relación a abril del 2019 el crecimiento es de un 5 %. Las principales motivaciones de contratación han sido por baja de profesionales como causa del COVID, por otro tipo de bajas y por la necesidad de incrementar el número de profesionales en la lucha contra el COVID. El capítulo de inversiones y compras también me parece especialmente relevante, estos 124 hospitales han realizado inversión por valor de 13,5 millones en equipos de protección y en respiradores, en el equipamiento necesario para la batalla contra el COVID.
Y, para finalizar, las principales conclusiones de este estudio, en relación con los precios de los productos relacionados con la protección,
estos han experimentado subidas muy significativas. Sirva como ejemplo, en casos más extremos, el de las mascarillas quirúrgicas, cuyo precio se ha incrementado un 1423 %, comparado con el precio de este producto en diciembre de 2019, en solo 2 meses. También creo que es importante resaltar en este capítulo que todas las compras realizadas por los hospitales durante los meses de marzo y abril suponen un 71 % más en importe que todo el año 2019.
Ante todo, en este contexto el sector se ha encontrado con un riesgo evidente de quiebra asistencial y financiera, no solo para pequeñas clínicas, sino también para grandes hospitales, por tanto, afrontamos una contingencia de enorme calado en el momento de mayor necesidad de atención sanitaria del país en el caso de un posible rebrote pandémico. En este punto, nos gustaría indicar que las medidas adoptadas hasta el momento por el Gobierno resultan del todo insuficientes. El IVA al 0 % para la compra de recursos esenciales llegó 60 días después del comienzo de la crisis, motivo por el que ASPE solicitó una enmienda en trámite parlamentario, que esperemos que llegue a tramitarse, para que tenga efecto retroactivo, al igual que ha pasado en muchos países de Europa. La posibilidad de realizar ERTE para centros de carácter esencial llegó igualmente con más de 40 días de confinamiento y solo por fuerza mayor. Respecto a los créditos ICO están dirigidos a empresas solventes, situación de la que muchos de nuestros operadores ya no gozan.
Y una última cuestión, respecto a las bonificaciones de la Seguridad Social, solo se incluyó al sector odontológico y, en nuestra opinión, es de justicia que se incluyera a todas aquellas empresas de ámbito sanitario que no se han acogido a la realización de ERTE.
Desde el pasado 20 de marzo, y ante la grave situación que ya se cernía sobre el sector, desde la patronal hicimos llegar al Gobierno peticiones de medidas económicas y de liquidez, medidas que en países como Reino Unido y Alemania se dispusieron al comienzo, y previendo la necesidad de acudir a la sanidad privada. Literalmente el ministerio nos comunicó a mediados que consideraba, y cito literalmente, tarea prioritaria del gobierno estudiar las medidas fiscales y económicas a aplicar entendiendo la urgencia que la falta de liquidez podía ocasionar tanto en los balances de las empresas como en la calidad de los servicios. E, incluso, añadía que el Gobierno no podía dejar de lado a la sanidad privada, ya que literalmente también, los operadores del sector sanitario privado no pueden ser una excepción.
Pues bien, señorías, casi tres meses después de esta respuesta y de nuestra primera misiva al ministerio seguimos esperando una respuesta, una orden del mando único, una propuesta que ayude al sector a compensar los costes incurridos. Y yo les pregunto, por qué un sector empresarial que ha colaborado tan activamente en la crisis, por su colaboración de esencial, que se ha visto expuesto en esta epidemia, que se ha visto forzado a mantener estructuras operativas al cien por cien, fueran o no empleadas, y que tiene un peso económico tan relevante en el PIB, en el empleo no es ayudado por el Estado, al menos de la misma forma que otros sectores económicos que sí están recibiendo ayudas.
Por eso pedimos que el sector sea considerado en los criterios de reparto que fijará el real decreto del fondo autonómico sanitario, que el Gobierno ha anunciado hace semanas, así se lo hemos trasladado recientemente al ministro Illa.
La intención de nuestras propuestas económicas es una cuestión de justicia social, no es sacar tajada de esta situación, es, sencillamente, minimizar pérdidas. Entendemos que todos los sectores productivos de España han tenido pérdidas, y la sanidad privada tiene que tenerlos, pedimos, al menos, cubrir los costes de las peticiones que se nos han realizado, de las actividades sanitarias que hemos llevado a cabo y de los recursos que hemos puesto a disposición, sin ninguna intención de tener el más mínimo beneficio. Y que se compensen los gastos de los centros, necesariamente incluyendo ambos conceptos, la atención a pacientes, por aquellos que se han derivado de la pública a la privada, como por la puesta a disposición de recursos, fundamentalmente porque no se nos ha permitido adecuar nuestras estructuras a las necesidades asistenciales de cada zona, que, recordemos que un ERTE no es la finalización de una relación laboral, se mantiene la vinculación con el trabajador, por lo tanto, en el momento en el que fuera necesario se hubiera podido recuperar.
Y, a nivel fiscal, la necesidad de establecer, de forma estable, un IVA superreducido sobre las compras de equipos y suministros sanitarios. Parece una medida del todo necesaria si atendemos a la volatilidad de estos recursos 1423 % el precio de las mascarillas, solo el impacto del IVA es más caro que el precio habitual de compra que tenemos. Necesario también porque no tenemos IVA en los servicios sanitarios privados, esta crisis ha puesto de relieve el carácter fundamental de estos bienes y la barrera que suponen los costes de adquisición en un sector donde el IVA es un coste al carecer de él los servicios sanitarios, flores, sí, sanidad, no.
Pasando al tercer bloque de mi intervención, sobre aquellas medidas que, entendemos, deben implementarse en caso de un posible rebrote pandémico y que, entiendo, deberían de ser también objeto de debate en este grupo. Con toda modestia, queremos sugerir un paquete de posibles medidas en caso de rebrote, entendemos que sería susceptibles de incorporarse a futuro como mejoras a medidas activadas durante la crisis y que afecten a la sanidad privada. Nosotros señalaríamos, a modo de decálogo, las siguientes medidas:
Primera, la necesidad de establecer una mesa de coordinación nacional, y otra en cada autonomía con representantes del ámbito privado, ha ocurrido en algunas comunidades autónomas, pero no en todas, con el objetivo de hacer partícipe a los afectados, de conseguir una mayor eficiencia y una mayor seguridad jurídica.
Como segunda medida, establecer modelos de participación de la sanidad privada en base a la situación de cada territorio, implantando medidas diferenciadas. Estamos en fase de desescalada, en caso de rebrote, igual sería interesante plantearse fases de escalada en función a la situación de cada territorio.
Que se establezca una correlación de servicios directa en la atención y seguimiento médico entre los centros sanitarios privados y las residencias de mayores y centros sociosanitarios de su entorno.
Como cuarto punto, incluir a los centros sanitarios privados en planes de abastecimiento de medicamentos y equipos de protección y todos aquellos recursos necesarios en la atención a pacientes COVID, así como el acceso a la plataforma de compras públicas, circunstancia que también se ha dado en alguna comunidad autónoma.
También consideramos fundamental homogeneizar y coordinar la gobernanza y la normativa a aplicar por parte de las autoridades sanitarias de las distintas comunidades autónomas.
Y que dicha normativa recoja de manera explícita los procesos y pruebas a realizar de detección y diagnóstico COVID, previos a procedimientos quirúrgicos y hospitalizaciones.
Consideramos igualmente importante, establecer la obligatoriedad de que las mutuas de seguros laborales cubran los exámenes y pruebas necesarias para la reincorporación de aquellos profesionales que se han visto afectados por el COVID.
En cuanto a la regulación de precios de servicio de la privada, en una situación pandémica similar, que establezca un canon por puesta a disposición de plaza hospitalaria, de plaza de UCI y designación del obligado al pago.
También consideramos importante, como noveno punto, revisar y precisar con claridad la consideración de centros sanitarios no esenciales que permitan establecer, en circunstancias parejas, medidas de reorganización laboral. Se consideró esencial hasta las consultas médicas que no tenían actividad, su actividad cayó entre un 95 y un cien por cien, tenían un teléfono de contacto, se podía contactar y el médico atendía, pero obligarlas a mantenerlas abiertas con toda la estructura carecía, desde nuestro punto de vista, de todo sentido. Con una especial acepción, por supuesto a los centros sin internamiento.
Y concluyo el tercer bloque de mi exposición indicando como última medida, y que consideramos igualmente fundamental, la realización de campañas de concienciación para que los pacientes necesitados de atención médica urgente no dejen de acudir a centros médicos, hemos vivido situaciones verdaderamente trágicas de pacientes que han llegado tarde o no han llegado, de dos médicos que se han quedado tras un infarto en un taxi y en una ambulancia, sin posibilidad de realizarles atención.
Como cuarto bloque de mi intervención, como cuarto pilar, propuestas para la mejora de la eficiencia y fortalecimiento del Sistema Nacional de Salud, y entro en el análisis y propuestas, que, en el marco de este grupo de trabajo, entendemos que pueden fortalecer nuestro modelo actual del sistema nacional de salud. El modelo en el que confiamos y apoyamos es un modelo universal, equitativo, abierto y de financiación pública, pero sin olvidar que ya hoy la sanidad supone alrededor del 40 % del presupuesto de las comunidades autónomas, con un gasto conjunto de 68 400 millones, y que representa al 5,9 % del PIB.
En este sentido el modelo colaborativo se perfila como una herramienta clave de gestión, que ayuda a canalizar la asistencia de pacientes en condiciones de una prestación de calidad. Necesitamos reformas estructurales para avanzar en el fortalecimiento de la colaboración público-privada y favorecer así la optimización de la gestión sanitaria. Me gustaría incidir aquí en los principales riesgos que atenazan la sanidad y su sistema en España. España será el país del mundo de mayor esperanza de vida en 2040, qué es un motivo de alegría pero este aumento de la esperanza de vida está acompañado de un aumento de las enfermedades crónicas, casi 8 de cada 10 de nuestros mayores sufre una enfermedad de este tipo, que supone más del 80 % del gasto sanitario actual. Más de la mitad de la población española padece sobrepeso, que actualmente supone casi el 10 % del gasto sanitario, según los datos proporcionados por la OCDE. El incremento de las listas de espera, la escasez de profesionales y el miedo a continuar trabajando en colaboración con la sanidad privada, que en este caso tiene que funcionar como válvula de escape del Sistema Nacional de Salud. Todas estas situaciones harán que las necesidades financieras del actual modelo se vean incrementadas de forma exponencial en los próximos años.
De todo lo anterior hay que indicar que los principios de la Ley General de Sanidad de 1986 están hoy comprometidos, universalidad, equidad, accesibilidad, cohesión, gratuidad, es decir, suficiencia financiera, son principios crecientemente complejos de acometer debido al crecimiento constante de la demanda asistencial, al incremento de los costes y al inmovilismo estructural de nuestro sistema, cada día más ineficiente y rígido.
Si me permiten, ahora me gustaría introducir una pregunta, ¿es la sanidad privada un actor eficiente para ayudar a cumplir los objetivos, tan deseables por y para todos? Creo que los datos aquí expuestos así lo refrendan. Proponemos y hablamos con claridad, necesitamos una reforma de nuestro sistema sanitario, el modelo de futuro debe centrarse en la persona, en sus necesidades, en el riesgo poblacional, mediante servicios de información y a través de nuevas herramientas tecnológicas.
Estas son nuestras propuestas para una reforma global del sistema. Primero, criterios de eficiencia en la gestión. Segundo, priorizar las prestaciones, bolsa única para sanidad y dependencia. Financiación finalista, y en base no solo al número de habitantes, sino a su edad y complejidad. Tercero, evitar duplicidades y solapamientos de servicios, cuántas pruebas se realizan de forma innecesaria por el muro informativo levantado entre la pública y la privada. Toma de decisiones en base a resultados de salud y satisfacción de los pacientes, no en premisas ideológicas, con especial detalle de los modelos de colaboración concesionales como el modelo Alzira. Como quinto punto, regular el papel de las aseguradoras en el ámbito de la salud, garantizando el mantenimiento de la accesibilidad y calidad, así como el pago justo de los profesionales. Corresponsabilidad del ciudadano, fomentar la educación socio-sanitaria, que facilitará y mejorará el seguimiento terapéutico y la atención domiciliaria. Cambios estructurales, más centros de media y larga estancia, si cada vez vamos a tener más pacientes en esas circunstancias y con cronicidad, necesitamos centros especializados en la atención a crónicos, donde la atención telemática y la domiciliaria volverán a tener un papel protagonista, sin duda. Facilitar medidas fiscales, como el establecimiento de ese IVA superreducido, que facilite el acceso a equipamientos, suministros y consumibles, es un sector en permanente innovación tecnológica y necesitamos facilitar el acceso a dichas innovaciones. Impulso a la colaboración público-privada, aprovechamiento de recursos existentes, no realizar inversiones que dupliquen recursos cuando ya existen. Planificación de la gestión logística y servicios compartidos, centrales de compras, que son fuente de ahorro para todos.
Por supuesto, abordar de forma agrupada e internacional la investigación médica, con especial hincapié en las enfermedades raras, las enfermedades que son huérfanas, y donde peleamos cada uno por nuestro lado y no se consigue dar una solución, son situaciones dramáticas a las que hay que hacer frente de una forma decidida. Incorporación de las TIC de una forma también decidida, uso del big data en la toma de decisiones, aprovechamiento de la información.
Como resumen y conclusiones, por todo lo expuesto durante mi intervención, me gustaría subrayar lo siguiente. Cada crisis es una oportunidad y una sociedad que pervive es aquella que planta árboles de cuya sombra no va a disfrutar. La sanidad privada ha demostrado, en el peor escenario sanitario que los españoles hemos vivido desde la guerra civil, su plena involucración, primando en todo momento su objeto de responsabilidad social a su objeto empresarial.
Hemos, también demostrado, una vez más, a lo largo de los años que somos el aliado rápido, eficiente, flexible y fiable del sistema nacional de salud, colaborando estrechamente con las autoridades sanitarias cuando más se nos ha necesitado, y sin criterios economicistas, somos la reserva estratégica del Sistema Nacional de Salud, y fundamentales en la viabilidad futura de nuestro sistema sanitario.
El sector ha sufrido un impacto severo desde el punto de vista económico, que pone en riesgo su propia supervivencia, y, por tanto, necesitamos la compensación de los costes asistenciales y de la puesta a disposición, tal como han hecho países de nuestro entorno como Reino Unido, Francia y Alemania. En el futuro, y ante posibles rebrotes, debemos sacar ahora conclusiones en distintos ámbitos que faciliten una mejor respuesta del sistema nacional de salud.
Y, por último, y para concluir mi intervención, quisiera remarcar que el sector sanitario privado es pieza esencial del engranaje del sistema nacional de salud, no hay duda que el actual sistema reparte el peso de la gestión entre dos ámbitos complementarios, asegurando con ello su buen funcionamiento. Aun así, desde ASPE, defendemos incrementar los actuales límites del modelo y profundizar en la eficiencia de la colaboración público-privada y proponemos una importante reforma del sistema en base a las premisas de eficiencia, incorporación de nuevas tecnologías, integración y la siempre fundamental toma de decisiones en base a resultados, resultados, resultados en salud, resultados eficientes, y a la decidida incorporación del ciudadano en su cuidado.
Muchas gracias por su atención. Gracias, señora presidenta.
Preguntas de los grupos parlamentarios
Josune Gorospe Elezcano (GP Vasco)
Señor Rus, gracias por las explicaciones dadas, por la información que nos ha aportado. Durante la pandemia han sido necesarios todos los recursos, los recursos sanitarios públicos y también los de la red privada, usted nos ha aportado datos de esos recursos que se han puesto a disposición del sistema público para poder atender de forma colaborativa a la crisis sanitaria. A nuestro juicio, esa alianza, que ya existía en distintos sitios y con distinta intensidad, es la línea de trabajo por la que se debería seguir. Y esto, en ningún caso debe cuestionar la apuesta estratégica del PNV, absolutamente clara por un sistema sanitario público, universal, gratuito, donde el principio de la equidad prevalece y también la calidad, garantizado para toda la sociedad, en nuestro caso, vasca, con Osakidetza en Navarra. Pero, consideramos que la alianza ha sido interesante, y que, en ningún caso, debe sustituir, si no, como usted comentaba, complementar en casos de necesidad el sistema sanitario público.
Por otra parte, usted ha hecho referencia, no ya como un complemento a esa parte del sistema de la sanidad privada como complemento del sistema sanitario público, sino entiendo que estaba exponiendo cuál era su situación, la situación de la sanidad privada como línea de negocio, que ha pasado, en su ámbito estrictamente privado, los problemas que han tenido como otros sectores. Y en ese caso, entiendo que ustedes puedan reclamar que se les dé la misma respuesta a sus demandas que a otros sectores económicos. Además, generan riqueza económica, generan empleo de calidad, entiendo que no es, en concreto un problema de este grupo de trabajo, sino un problema de negociación de esa situación con el Gobierno, y, probablemente, una respuesta que se le tendrá que dar de algún otro sector.
Me gustaría, uniendo con la intervención del señor Riesgo, que él se ha referido a la necesaria colaboración entre la sanidad pública y la privada, y decía: hay que estimularla, utilizando distintas fórmulas que la Administración deberá poner en marcha. Y estaba hablando de estimular esta colaboración público-privada para aprovechar las sinergias que puedan surgir del trabajo colaborativo. Nuestra pregunta es si usted conoce algunas fórmulas o distintos sistemas que puedan ser tomados como referencia a futuro para ir mejorando esa alianza público-privada.
Ustedes tienen un problema, yo creo que algunos sectores han estigmatizado la sanidad privada como rival de la pública, y hay que ir demostrando que, en ningún caso, rivalizan ambos sectores, que en ningún caso debe suponer el desviar financiación de un sitio a otro, sino que es complementar y mejorar aquellos aspectos puntuales que, en un momento dado, la sanidad pública no pueda atender. Y ustedes tendrán que luchar contra esa estigmatización de la sanidad.
Sin más. Gracias por las explicaciones dadas.
Pablo Cambronero Piqueras (GP Ciudadanos)
Gracias por su diagnóstico, por acudir esta tarde, señor Rus, y por sus valiosas conclusiones. Antes que nada, quisiera agradecer a todos los profesionales del ámbito de la sanidad privada, al igual que a los de la pública, su trabajo y su sacrificio en esta terrible crisis sanitaria. Creo que tanto los aplausos como el merecido Princesa de Asturias no distinguen de la titularidad del centro, no creo que lo distingan, pero aun así, quería mostrar el agradecimiento expreso a los profesionales de la sanidad privada y acompañar en el sentimiento a los muchos profesionales, tanto de la sanidad pública como privada, que ha fallecido, acompañar a sus familiares y trasladarles también el pésame a todos sus representantes.
Dicho esto, y sabiendo que la sanidad privada ha sido demonizada por otros grupos parlamentarios, y, en virtud de ello, también nos decía el Riesgo que podía haber un alejamiento en lo que había sido la colaboración entre la sanidad pública y la privada. Usted lo ha dicho, la sanidad privada ha prestado un servicio muy valioso en esta pandemia, en colaboración estrecha con la sanidad pública, por eso yo le voy a plantear unas cuantas preguntas.
Primera. ¿Considera que la interlocución y la coordinación entre las autoridades sanitarias, así como la integración en el mando único, han sido efectivas para abordar esta crisis?
Otra pregunta que nos nace, ¿estábamos preparados para hacer frente a esta integración? ¿qué carencias cree que hay y qué deberíamos corregir?
¿Los profesionales sanitarios de la sanidad privada han estado debidamente protegidos? ¿lo están ahora ante un posible rebrote?
¿Cuáles son sus datos de contagios y fallecidos en la sanidad privada? Los ha adelantado, pero me gustaría que los recordara.
Una última pregunta, ¿cuál es la situación de la sanidad privada comparada con otros países de nuestro entorno?
Sin más, quisiera darle las gracias por las aportaciones que nos ha hecho, por los datos que nos ha dado, y poner a su disposición al Grupo Parlamentario Ciudadanos para sus reivindicaciones. Trasmita al colectivo nuestro más sincero agradecimiento por la magnífica labor que han realizado durante esta pandemia y que siguen realizando a día de hoy.
Muchas gracias.
Rosa María Medel Pérez (GP Confederal UP)
Buenas tardes. Bienvenido, señor Carlos Rus. Dos preguntas. Me estoy refiriendo a un hospital de tipo colaboración público-privada, por ejemplo, el modelo Alzira. ¿Por qué el número de médicos por cama hospitalaria es 2,5 menor en la privada que en la pública? También es mucho menos menor el número de enfermeras, 2,25 veces menor, el número de auxiliares de clínicas 1,65 veces menor. ¿Influye esto en parte del precio del abaratamiento del proceso?
¿Cree usted que el doble aseguramiento, ya no me refiero a un hospital concertado, público-privado, que llega al 25 % en algunas comunidades como Baleares, Cataluña o Madrid, puede estar produciendo una selección de riesgos favorable a los proveedores privados e inequidad? Es decir, ¿los pacientes más complejos se van a la pública y los menos complejos a la privada?
Georgina Trías Gil (GP Vox)
Buenas tardes, agradecerle su comparecencia, que ha sido muy ilustrativa. Nosotros, desde el punto de vista económico, las reivindicaciones que hacen, en líneas generales, nos parecen llenas de sentido común y razonables, y enfocadas a mantener inversión, actividad y empleo en un servicio esencial como es el de la sanidad, y que en estos momentos es de una importancia crucial, como a la vista está. Además, desde nuestra perspectiva, todas las ayudas enfocadas a mantener el empleo deben ser respaldadas por el Gobierno, lo demás siempre va a suponer agravar la crisis en la que ya estamos inmersos.
Por otro lado, consideramos muy importante y defendemos la necesaria colaboración de la sanidad privada con la pública. El 19 de marzo, la sanidad privada atendía el 18,9 % del total de pacientes hospitalizados, el 14,2 % de los ingresados en UCI, y ha registrado el 6,1 % de los fallecidos por la enfermedad. Le iba a pedir que actualizara las cifras, pero lo ha hecho amplia y generosamente, lo que le agradecemos, porque nos da mucha luz de la inmensa actividad que han realizado en estos meses de gran crisis. Para Boi Ruiz esta colaboración de facto que existe ya en España entre los sectores públicos y privados de sanidad podría avanzar y hacerse mucho más efectiva si se unificara la coordinación y el control por parte de una misma autoridad sanitaria para ambos sectores, y se vertebrara un sistema común de información sobre los historiales clínicos de todos los pacientes. Nos gustaría saber qué opina al respecto.
En otro orden de cosas, durante la epidemia del coronavirus, ¿han actuado como asesores del Gobierno de España? Y, en caso afirmativo ¿el Gobierno adoptó alguna de sus recomendaciones, o hizo caso omiso? ¿Considera que ha sido óptima coordinación entre la sanidad pública y privada a lo largo de la crisis ocasionada por la pandemia de la COVID-19? ¿De veras se puede afirmar que toda la sanidad española ha trabajado unida, sin apenas distinción entre pública y privada, para vencer esta crisis? ¿Cree, por el contrario, que ha faltado liderazgo del Ministerio de Sanidad?
Nos gustaría saber también si han podido hacer algún estudio de cómo ha funcionado la colaboración interhospitalaria entre las diferentes comunidades autónomas, tanto entre distintos hospitales de sanidad privada, como entre sanidad privada y pública, en particular, en el momento álgido de la pandemia, donde cada cama de UCI, cada respirador, suponía una vida. Si han identificado fortalezas y debilidades. Nuestra impresión, avalada por los datos, las noticias y las muertes es que eso ha fallado. Podemos leer en distintas publicaciones de la prensa, a principios de abril, con un escenario dantesco en los pasillos de urgencias de muchos hospitales, la sanidad privada tenía 2250 camas de UCI vacías. La patronal alertaba de esta infrautilización. La coordinación ha quedado en entredicho, como lo evidencian los escasos traslados de pacientes entre regiones. En esta crisis se ha notado un cierto nivel de descoordinación, ha faltado el liderazgo del Ministerio de Sanidad, dice el directivo de una empresa sanitaria.
Aunque nos ha avanzado bastante en su comparecencia inicial respecto a lo que quieren hacer en caso de rebrote, muy interesante lo que ha comentado de no pensar solo en la desescalada, sino en la escalada en caso de rebrote, porque de eso no se está hablando. ¿Se plantean algunos protocolos claros, ágiles, fácilmente ejecutables, para, en caso de que vuelva a haber un rebrote -dios no lo quiera- o no asole otra pandemia, tener una capacidad de reacción más rápida y posibilitar que ni el tipo de asistencia sanitaria que se ofrece pública o privada, ni las fronteras autonómicas, ni internacionales, sean un impedimento para salvar vidas? Desde nuestro punto de vista resulta fundamental en este momento estar preparados para futuras situaciones, con protocolos claros, y, de este modo, lograr que el impacto de una crisis sanitaria sea mucho más llevadero.
Finalmente, como ha hablado también del incremento de las listas de espera, queríamos preguntarle ¿qué papel juega y debe jugar la asistencia privada en aliviar las listas de espera? Y, al igual que ha dicho otra diputada, ¿qué opinión le merece el modelo de gestión Alzira?
Muchas gracias.
Concepción Gamarra Ruiz-Clavijo (GP Popular)
En primer lugar, agradecerle al doctor Rus sus explicaciones y, sobre todo, la información que nos ha aportado a este grupo de trabajo, que, sin duda alguna, será positiva y nos permitirá profundizar en el modelo que tenemos y hacia dónde tenemos que enfocarlo. En nombre del Grupo Popular, trasladar el reconocimiento a la labor que han desarrollado todos los profesionales sanitarios, independientemente de si lo han hecho en un centro público o de titularidad privada, porque su labor, sin duda alguna, ha estado volcada en salvar vidas y la profesionalidad y la vocación no entienden del centro desde el cual se trabaja.
Hacía usted referencia en el inicio de su intervención a que hablamos de un sector infravalorado y malentendido desde algunos planteamientos políticos, y creo que la respuesta en la pandemia demuestra la fortaleza del sector y también su servicio hacia la sociedad. Me gustaría saber si la puesta a disposición del sector privado a la autoridad sanitaria se llevó a cabo a requerimiento de la autoridad sanitaria o si, por el contrario, fue una puesta a disposición voluntaria y desde el primer momento. Tengo entendido que esa puesta a disposición es previa a las órdenes ministeriales que así lo aprobaban y lo establecían. Al fin y al cabo, la experiencia que acabamos que vivir es la primera vez que se tiene que actuar bajo una autoridad sanitaria única, tanto por parte del sector público como del sector privado, y hacerlo de una manera rápida, ¿qué valoración hace de esa experiencia? ¿cómo ha funcionado? ¿cómo cree usted que puede mejorarse, si es que puede mejorarse? ¿cómo lo han articulado y con qué mecanismos? ¿qué métodos de gobernanza e instrumentos han puesto en marcha para poderlo desarrollar de una manera tan rápida?
Por otro lado, ha hablado usted de la viabilidad económica de la sanidad privada que, como un sector más, se ve afectado en nuestro país, pero, sin duda alguna, es un sector cuya viabilidad económica se ve afectada también por la puesta a disposición y, por tanto, el no haber resuelto las situaciones de compensaciones económicas a esa puesta a disposición. A mí me gustaría saber qué porcentaje del sector se puede encontrar en estos momentos en un riesgo de viabilidad alto, y si ya hay centros que dan por perdida la posibilidad de seguir adelante como consecuencia de las decisiones que se han tomado y la gestión de la pandemia.
Por otro lado, algunas cuestiones que me gustaría que nos concretara y nos diera más datos. Es muy importante, no solo lo que ha ocurrido, sino estar preparados ante posibles rebrotes pandémicos. La autoridad sanitaria ha hecho valoraciones en la última semana sobre la posibilidad cierta de esos rebrotes pandémicos. Mi pregunta es si ya se está trabajando en los protocolos, en los planes de contingencia, y si se hace con el ministerio y con las distintas comunidades autónomas, y qué instrumentos están articulándose, como mesas de coordinación, si ya las hay, y en qué momento se encuentran.
Por otro lado, ha hablado usted de los planes de abastecimiento, y en ello del acceso por parte del sector privado a plataformas de compras públicas, una experiencia que nos ha apuntado que en algunas comunidades autónomas ya se ha llevado a cabo a lo largo de la pandemia. Si nos podría concretar los resultados de ese acceso a las plataformas de compras públicas, si ha significado mayor rapidez, si ha significado ahorro, y, por tanto, eficiencia, por parte de todos, qué datos nos puede dar en ese aspecto.
Hay algunas cuestiones que tenemos que afrontar de cara al futuro como sociedad. Hablaba usted muy bien del envejecimiento, de la cronicidad, y, en esas líneas, nosotros planteamos como grupo parlamentario, y dentro de lo que hemos querido llamar el plan Cajal, la necesidad de un marco de asistencia sociosanitaria. Algunos centros privados tienen establecido ese marco de asistencia sociosanitaria con algunas residencias, si nos puede explicar cómo se está desarrollando, qué experiencia tienen, qué resultados se están obteniendo y cómo mejorarían esa coordinación sociosanitaria desde su punto de vista, no solo pensando en el sector privado, sino pensando en la sociedad española y, por tanto, en cómo lo pudiera también desarrollar el sector público. Yo creo que usted, como experto, no solo nos puede dar una opinión sobre el sector al que usted representa en estos momentos, sino también de distintas experiencias que pudieran implementarse en el sector público y que, por tanto, nos permitiera mejorar a todos.
Preguntarle si considera que este el momento oportuno para que se produzca un gran pacto por la sanidad española y qué consideración les merece al sector que usted representa, el ámbito privado, que se pudiera abordar ese pacto y que se pudiera acordar entre todos.
Muchas gracias.
Ana Prieto Nieto (GP Socialista)
Muchas gracias. Buenas tardes, don Carlos Rus, bienvenido a esta Comisión de Reconstrucción Económica y Social de España, bienvenido a este grupo de trabajo de Sanidad y Salud Pública.
Antes de nada, expresar mi gratitud a todos los profesionales sanitarios que trabajan y han trabajado durante esta pandemia.
Mi Grupo Parlamentario Socialista, al que represento, defendemos un Sistema Nacional de Salud fuerte, de acceso universal, un sistema cohesionado y sostenible, donde esté garantizada la equidad frente a las desigualdades sociales y territoriales, independientemente del lugar de residencia, de la edad de las personas, del estrato social, o de la situación económica que tengan. Quería decir que, para nosotros, apostar por la sanidad pública siempre es una inversión rentable.
Le voy a hacer nada más que dos preguntas y permitir que nos pueda contestar a todo lo aquí planteado. Supongo que no es cierto, pero quisiera preguntarle si es verdad que la información de que la sanidad privada prevé un ERTE para 28 000 empleados en plena pandemia.
Y la segunda es qué podría aportar sobre cómo hacer aún mejor las cosas en la relación público-privada.
Muchísimas gracias.
Respuestas
Lo primero, agradecer la amabilidad de las preguntas, me parecen todas muy interesantes. Yo espero que dé tiempo a responder a todas. Señora Gorospe, respecto a la alianza y asistente, yo creo que es palpable. Me gustaría salir hoy de esta sala y pensar que he conseguido que se replanteen que la sanidad privada no es enemiga de la pública. Con esto ya saldría muy satisfecho. Que la línea a seguir es una sanidad universal, pública, con equidad, absolutamente de acuerdo.
Complementaria para casos de necesidad, somos esa válvula de escape, si yo lo remarcaba, somos la reserva del Sistema Nacional de Salud, esa reserva estratégica para cuando haga falta. ¿Ha hecho falta para la lista de espera en un momento puntual? Estamos. No hace falta, no estamos. ¿Para pruebas diagnósticas? Estamos. ¿Para el COVID? Estamos. Estamos sin ningún tipo de duda, que, en países como Francia, Alemania o Reino Unido, se han puesto las condiciones por delante, y aquí no, ¿eh? Nosotros lanzamos un mensaje y así lo comunicamos al Gobierno. A nuestros centros les dijimos: ustedes a atender. La patronal tiene la responsabilidad de dirigir a nivel político y gestionar estas cuestiones, pero ustedes, a atender pacientes. Se acabó. Claro, con unos costes que son insufribles, si en zonas como Madrid tiene usted un grupo hospitalario que tenga tres, cuatro o cinco centros, y que están al 150 % de su capacidad, y que han dicho: adelante con todo. Me gustaría salir de aquí con la idea de que la privada no es enemiga de la pública, la privada no se beneficia de la pública.
De hecho, yo creo que lo que hemos hecho durante esta pandemia ha sido dar un servicio público, hemos estado, directamente, bajo el mando y la autoridad pública y hemos dado un servicio público. Hemos hecho lo que se nos ha pedido, en cada comunidad autónoma con una foto distinta, que me encantaría contarles pero que es difícil por el tiempo que tenemos.
La estimulación de sinergias. Las hay, solamente en sanidad privada se realiza el 43 % de los ensayos, en el ámbito oncológico, cardiovascular, en fases tempranas 1 y 2, de las más complejas, con una gran participación de Madrid, de Navarra o de País Vasco. La protonterapia ha llegado a España gracias a la instalación de dos unidades en Madrid, y antes, muchos ciudadanos españoles tenían que ir a Francia, pues está aquí, está para utilizarse, y solo la máquina tiene un coste superior a los 22 millones de euros. ¿Hay sinergias? Todas, si lo que proponemos es que, cuando hay algo que ya lo tenemos, lo tenemos para la atención de aquellos pacientes que tienen un seguro, para el que lo paga del bolsillo (paciente privado), y para todo aquel ciudadano cuando una consejería entiende que somos el recurso disponible y que es más lógico utilizarnos a realizar esa gran inversión.
Creo que sobre el estigma rival de la sanidad pública sí me he pronunciado, y la lucha es nuestra, esa lucha de hacernos valer es nuestra. Yo no me alegro de lo que ha ocurrido, pero sí me alegro del papel que ha asumido la privada, yo creo que es un momento en el que ese debate debe bajar mucho de intensidad y debe valorarse lo que la privada ha puesto encima de la mesa.
Señor Cambronero, la interlocución con las autoridades sanitarias, la demonización de nuestro sector. Yo creo que es a lo que he estado haciendo referencia. Estamos demonizados, somos empresarios, ganamos dinero con la salud… bueno, todo el mundo que está en salud gana, el médico gana dinero, la industria farmacéutica, la industria tecnológica, ya sea ámbito público, ya sea ámbito privado, lo que hay público en un hospital público, fundamentalmente, es la financiación, porque el resto lo compartimos todo. Estamos demonizados, pero el médico, al final, tiene el mismo código deontológico, de hecho, gran parte de ellos trabajan en ambas partes.
La interlocución con las autoridades sanitarias, yo creo que ha sido, en cuanto a nivel de interlocución, en cuanto a participación, ha sido positiva, pero de muchas cosas nos hemos enterado por el BOE, y teniendo esa comunicación, cuando te enteras por el BOE, dices: pero, oye, si a lo mejor lo que íbamos a proponer era razonable, a lo mejor merecía la pena dar ese dato o esa información. ¿Qué le hemos pedido al Gobierno en la reunión con el ministro? Ministro, en situaciones como la que hemos vivido, se ha hilado muy poco fino. Había que tomar una decisión y se ha tomado la decisión, porque el momento era urgente y había que tomarla, que el momento de estrés asistencial inicial ha sido muy fuerte, pero después ha habido momento para rectificar, y se han hecho rectificaciones, preferimos no enterarnos por el BOE. Pero a nivel de interlocución y de comunicación, a nivel de las autonomías y del ministro, generalmente ha sido bueno, lo que no ha sido es fructuoso.
En cuanto a los profesionales debidamente protegidos. Si me permiten la expresión, hemos hecho el pino, hemos intentado hacer compras agrupadas, hablábamos directamente con la embajada china, mandamos a señores a través de una empresa portuguesa en Brasil y en China a pie de fábrica, los precios eran volátiles, primero cambiaban por semanas, después por días, después por horas. Los hospitales me llamaban muy preocupados porque decían: me queda para una semana, y yo decía: bueno, si te quedan para una semana, estate satisfecho. De hecho, el nivel de contagio en el ámbito de la privada ha estado en torno a los 7500, un 14 % de los que se han producido, pero es normal, es que como profesional sanitario no están todos acostumbrados a manejarse en una situación de crisis pandémica con las necesidades de seguridad. Es normal que se haya producido contagio en el ámbito sanitario.
Sanidad privada en países de nuestro entorno. Me gustaría darle algún dato de cómo han actuado países como Francia e Inglaterra. Inglaterra ha dicho: ¿va a participar la privada? Sí. Vamos a decirle cómo va a ser y cuando termine esto vamos a auditarlos, y los costes que hayan tenido se les cubrirá, los costes por atención y por puesta a disposición. Alemania fue más allá, estableció directamente unas cantidades, por cada cama que se vaya a poner a disposición, 500 euros, por cada plaza de UCI que usted cree nueva 50 000. Le doy dos ejemplos, por no sacar la información y aburrirles. Son modelos que se han generado, desde mi punto de vista, de una forma muy ordenada, porque, sobre todo, dotan de una seguridad. Cuando a nosotros nos llamaban y nos decían: oye, hacen falta respiradores en Madrid, y buscamos más de 100 respiradores para mandarlos a Madrid, los mandamos y dijimos: ¿volverán? Han vuelto, pero en ese momento lo que hicimos fue, ¿hacen falta? Vayan. Pero mis centros me decían: Carlos, ¿quien te firma el recibí? ¿cómo se hace?
No sé si con esto he dado respuesta a todas sus preguntas, pero lo he intentado.
Modelo Alzira. 2,5 % menos de médicos, 2,25 % menos de enfermeras. Me gustaría darle otros datos. El modelo concesional es un modelo de gestión, al final es decirle a la Administración: usted puede hacerlo mediante el modelo tradicional, administración, personal estatutario, o puede hacerlo con otros modelos como es una fundación o un modelo concesional, supongo que, atendiendo a las circunstancias, necesito un hospital en esta zona, puedo acometer esa inversión, no acudo a otra herramienta de gestión que es absolutamente legal, desde un punto de vista jurídico y eficiente. Y sigue siendo un hospital público y gratuito para todos los ciudadanos. La experiencia ha demostrado la viabilidad de este sistema. Yo he estado en una conferencia en Bruselas, donde ha venido una señora de Pricewatherhouse de Nueva York a contarme el modelo Alzira como un modelo de excelencia a implantar en otros países, y yo decía: hay que ir a Bruselas para que venga una señora de Nueva York a contarte el modelo Alzira. Pero es que esa circunstancia la he vivido, y con una actividad asistencial de calidad, pero también me gustaría trasmitirle los resultados del modelo de la reversión del modelo Alzira en el hospital de Alzira. Son cifras que vienen de la consejería, de la Sindicatura de Comptes, de la comunidad valenciana. El gasto de personal se ha incrementado un 48 %, ustedes me dirán: les pagarán más. No, no, es que para la misma cartera de servicios hay un 39 % más de plantilla en 22 meses. 39 % más de plantilla, y me dirán, si los resultados en salud son buenos. Vamos a ver los resultados de salud. El absentismo se ha incrementado un 63,91 %, los gastos de material y farmacia, muchos de los medicamentos que se compraban por Alzira se compran por la conselleria hoy en día al doble del precio de lo que los comprábamos. La lista de espera ha pasado de 57 a 78 días, un incremento de un mes en dos años, y se ha triplicado el número de pacientes que esperan más de 90 días. Y hablando de la derivación a la privada, que, si es necesario, hágase, pero si no es necesario, no. Pues se han derivado más de 6000 ecografías y 3000 resonancias. Todo esto, cuando los modelos concesionales, por ejemplo, en Madrid, suponen un 30 % de ahorro. Y les daré un dato, el hospital mejor valorado de la Comunidad de Madrid desde que existe el Observatorio de Transparencia es un hospital público de gestión privada que actúa dentro de la red pública. Todos los años es el hospital mejor valorado por los ciudadanos de la Comunidad de Madrid. La conclusión es clara, la reversión del modelo Alzira ha tenido un impacto en gasto recurrente y anual de 72 millones de euros más de lo que suponía antes. Y estos datos no son míos, son públicos, dados por la Dirección Gerente del Hospital y por la Sindicatura de Comptes.
¿Influye en el precio? Por supuesto. De hecho, una de las cuestiones que tiene la privada es que es más ágil y tiene menos burocracia en las compras, y eso supone un ahorro en el entorno del 25 %.
Si el doble aseguramiento puede producir una selección de riesgos, nosotros no la queremos, el 62 % de nuestra facturación media viene del seguro de salud, pero cada vez asumimos más centros de alta complejidad, y, de hecho, todos los años hacemos una jornada para ponerla en relieve. Y los dos centros de protonterapia creo que son un buen ejemplo, pero esa selección no la hacemos nosotros, la hacemos en cobertura, si cuando nosotros pedimos que se regule al aseguramiento de salud, es que, por ejemplo, muchos de los tratamientos que se consideran experimentales en las pólizas están excluidas, y en las de Muface no, pero en las otras sí, y muchos de los tratamientos oncológicos tienen la consideración de experimental, y entonces nos encontramos que un paciente llega a una fase en la que no lo puedes tratar. No nos gustaría que ocurriera.
No sé si con esto he dado respuesta a todas sus preguntas, espero que sí.
En cuanto a la colaboración público-privada, no sería justo extrapolar las cifras que le he dado. Es decir, si hemos hecho una muestra de 124 hospitales y hemos atendido a 20 000 pacientes hospitalizados y 1500 en UCI, si pasamos a los 460 desbordaríamos una cifra que no sería real, porque esta nuestra tiene una carga importante de hospitales de Madrid, de Barcelona, o de Valencia, es decir, de aquellas zonas donde ha habido una incidencia mayor de la pandemia, por un lado, y por otro, donde tenemos mayor cantidad de hospitales que tienen esa categorización de general. Pero, sin duda, ha sido mayor, lo que no podemos decir es que, en vez de 20 000 van a ser 80 000, pero que sean 25 o 27 000 y que en UCI hayan sido 2200 en lugar de 1500, sin ningún tipo de duda. Lo que pasa es que le hemos dado los datos exactos que tenemos de un estudio que ha sido muy riguroso.
Lo de un sistema común de información, para mí es una batalla, y estamos intentando poner en marcha el instituto tecnológico hospitalario, donde queremos que caiga ese muro, queremos ir a una comunidad autónoma que veamos receptiva y decirle: oiga, como la información es del ciudadano, hagamos un sistema donde se vuelque por parte de lo público su información, por parte de lo privado, y que sea el ciudadano el que decida quién lo participa, y sería una fuente de ahorros sin ningún tipo de duda. Porque, al final, la historia clínica es de él, pero la sensación no la tenemos. Es muy burocrático el acceso, y no la tengo tan accesible como para poder participarla, y sería una fuente de ahorro, sin duda, y más ahora con las nuevas tecnologías, con la radiología digital y con este tipo de cosas.
En cuando a la coordinación, la oportunidad de trabajar unidos, vivimos, perdóneme usted la referencia, como pasaba, con Valencia de espaldas al río, y cuando lo ha aprovechado, le ha dado la vuelta a la ciudad, y ha hecho una ciudad mucho más bonita, dentro de que ya lo era. Pues vivimos un poco de espaldas, ¿por qué? Porque no tenemos modelos que nos permiten compararnos, tenemos tantos CMBD, con tantos puntos distintos en cada comunidad autónoma, con uno que usa GRD, otro no, con falta de actualización, que cuando queremos decir quién lo hace bien o mal, no es posible. Y creo que es fundamental, porque si están ustedes aquí, permítanme, es para tomar decisiones, y las decisiones con resultados de salud, de satisfacción de pacientes. Esas son las dos premisas.
Y, hablamos de la centralidad del paciente. Me apena que no esté el señor Freire, porque de este tema hemos hablado en más de una ocasión. Para que el paciente sea central, esa centralidad se la da el profesional médico, y el profesional médico se la da con dedicación y tiempo, y si no lo tiene, el paciente no tiene la centralidad, porque uno se siente central y bien atendido cuando el médico te dedica tiempo, te informa, te escribe, te manda un mensaje, te adelanta esa preocupación que tienes, y para eso el médico tiene que tener tiempo para poder hacerlo. Esa es un parte importante de la reforma de este sistema.
En cuanto a las UCI libres, es un tema complejo. Nosotros sacamos una nota de prensa con mucha información y en la información decía que tenemos 2200, pero con la situación que se dio subimos a 2600-2800, triplicando UCI donde hizo falta, y, de pronto, vemos que tenemos entre 1800 y 2000 UCI libres. ¿Por qué? Pues porque cuando esto pasó en Madrid, la sensación que teníamos todos es que Andalucía iba a ir dos semanas más tarde a estar como Madrid, y Valencia a los quince días, y Cataluña, a los siete, pero que lo de Madrid era algo que iba a terminar pasando en el resto de los territorios. Nosotros mandamos equipos a Madrid, pero costó mucho, porque nos encontramos con muchas reticencias por parte de las autonomías. Esto fue así. Luego dices, ¿por qué había UCI libres en Murcia? Pues porque no había tantos pacientes, porque la pública tenía capacidad para atenderlos, porque la privada tuvo muy pocas derivaciones, ¿y el resto de las UCI? Disponibles. ¿Se podían haber aprovechado? Visto lo visto con las residencias, y planteándose que es una decisión que hay que tomar, si merece la pena trasladar al paciente o al equipo, creo que se podría haber hecho un mejor aprovechamiento, pero, en un momento de gran incertidumbre.
Protocolos para la escalada. Los hemos marcado. Lo mismo que ahora se ha seguido un protocolo que ha sido costoso, ahora sí, ahora no, en base a la capacidad hospitalaria, en base a la situación, hay que tenerlo planteado igual en una escalada, pero hay que tenerlo planteado ya. Porque yo creo que ya tenemos muchas conclusiones que sacar, y una de ellas es que hay que conjugar que la nueva realidad, no la nueva normalidad, la nueva realidad es que vamos a convivir con el virus hasta que haya una vacuna, pero no va a llegar para todos en septiembre, ni en octubre ni en noviembre, posiblemente hasta junio no esté la totalidad de la población vacunada, porque primero tendrán que ir las personas con mayor riesgo, y después tendrán que ir siguiendo aquellos que tengan menor riesgo, y, hasta que llegue a toda la población y tengamos esa situación, vamos a convivir. Por lo tanto, yo creo que es fundamental que se mantengan en la población las medidas de precaución, que se conciencien, que volvemos a vernos paseando y da la sensación de que aquí no pasa nada. Y, por supuesto, estas diez medidas que les hemos propuesto en cuanto a la participación de la privada, porque hay que conjugar esta situación que va a durar tiempo, con que la economía del país no caiga, no en el sector sanitario, en el resto, porque si no, no tendremos forma de salir de aquí de ninguna, ni con ayuda de nadie.
Y para conjugar, ahora, con tiempo, sin las prisas, sin ese estrés, hay que hilar fino, y hay que tomar decisiones muy asentadas y muy pegadas al terreno. Pienso también que si, en algún momento, alguna zona tiene que quedar aisladas, pues tiene que quedar aislada, es preferible a parar todo el país.
En cuanto a las listas de espero, les hemos facilitado a modo de ejemplo los costes cuando trabajamos para la Administración Pública, qué se nos paga en relación con lo que a ellos les cuesta, que son las tarifas que ellos tienen para facturar a terceros. Y creo que tenemos esa eficiencia. ¿Cuántas intervenciones han incrementado la lista de espera que ya existía? Yo he hecho un cálculo, en torno al millón de intervenciones. Son tres meses, en España se hacen unas 350 000 intervenciones al mes, por lo que tenemos un millón de intervenciones que han incrementado la lista de espera. Lo decía en el discurso, nosotros estamos para lo que se nos necesite, porque, de hecho, la desescalada no está suponiendo un crecimiento rápido de la actividad de nuestros centros. Hay temor, hay falta de concienciación de la población, y necesitamos que ese crecimiento que ahora está en un 40-50 % vaya a más. Por lo tanto, nuestra disponibilidad va a ser total y absoluta a participar y a colaborar, y lo ha sido siempre, ha sido una de nuestras funciones como esa válvula de escape que hablábamos del Sistema Nacional de Salud.
En cuanto al reconocimiento, señora Gamarra, se lo agradezco. En cuanto a los médicos, el código deontológico del profesional es el mismo en la pública y en la privada, y, al final, él decide, de hecho, muchos de ellos son los que trabajan.
Propuestas para fortalecer el sector. Yo creo que hay que evitar, sin ningún atisbo de duda, decisiones que no se basen en datos. El pacto por la Sanidad no se habla ahora, porque haya habido una pandemia, llevamos hablando muchos años, y el análisis está hecho desde hace ya 20 años. El problema no es el análisis, el problema es cómo se ponen en marcha esas medidas, y no hay posibilidad de ponerlas en marcha si no se hace mediante un pacto. Si no se hace de una forma pactada nadie lo va a hacer, tiene que ser un pacto de Estado, ¿Pacto Cajal? Pues pacto Cajal, pero sin pacto no habrá modificación que sea eficaz ni que se pueda aplicar.
En cuanto al mando único. A nuestro parecer la salud pública debería haber estado siempre sin transferir a las comunidades autónomas, ese ha sido nuestro parecer. Los recursos asistenciales están en manos de las comunidades autónomas y así han seguido, nosotros no hemos perdido en ningún momento la gerencia ni la dirección de nuestros centros, pero recibíamos las órdenes del ministerio a través de las comunidades autónomas. Y ha habido comunidades autónomas, en cuanto a la puesta a disposición de nuestros recursos… El martes anterior a la declaración del estado de alarma le mandé un mail al ministro poniendo a disposición todos los recursos de la privada. El lunes anterior estaba constituida la mesa de coordinación a nivel de Madrid. El viernes yo estuve en la constitución de la mesa de coordinación a nivel de Andalucía, se insistió a nivel de todas las comunidades, se le mandó carta a todas, solicitando la creación de esa mesa de coordinación. El hecho de generar en Madrid, por ejemplo, un mando único de UCI y de hospitalización hacía que, en cuanto quedaba una plaza libre, informábamos de forma directa. Y aquí, las solicitudes de información y los formatos han ido cambiando, y el coste de gestión administrativa ha estado en torno al 10 o el 15 % del personal, porque la cantidad de información era ingente, en algunas comunidades una vez al día, en otras, dos veces al día. Por eso, pedíamos también que se hiciera esa homogenización, porque ha existido un mando, pero si tienes un grupo que tiene centros en cinco comunidades, no coincidía en ninguna. Primero los test, pero solo los positivos, después, los negativos. Y me consta, por conversaciones con el ministro, que en ningún caso se ha puesto en duda nuestra plena disposición, pero, ayer, por ejemplo, eché en falta en el discurso del señor presidente del Gobierno, una mención a la sanidad privada, una.
En cuanto a posibles rebrotes de la pandemia, en cuanto a las medidas de abastecimiento, son de las que ponemos como principales en caso de este rebrote. Ya ha habido comunidades autónomas, como en Cataluña, donde, desde el principio, se nos facilitó el acceso a la plataforma de compra pública. Y, de hecho, los costes han sido menores porque se nos han facilitado recursos, incluso respiradores. En comunidades como Andalucía entrábamos dentro del reparto, en Madrid, aunque más tarde, también llegó. Es decir, de forma general, en todas aquellas comunidades donde ha habido una afectación grave de la pandemia, sí hemos contado, pero con gran temor, porque cuando dices: ¿la medicación para el tratamiento de los pacientes te la doy día a día? Los centros me llamaban y me decían: oiga. que mañana no tengo. Pero bueno, ¿qué te han dicho?, que la tiene usted esta noche para mañana. Era esa situación de racionar por si acaso, por si la situación… y que generó unas situaciones de estrés aún mayores.
El envejecimiento, la cronicidad, las nuevas tecnologías con los costes de implantación, los nuevos medicamentos que curan lo que no se curaba, van a requerir todavía de una mayor eficiencia del sistema, y el café para todos que tenemos en este sistema no ayuda, la rigidez de las estructuras no ayuda.
Como modelos asistenciales en colaboración con el ámbito sociosanitario, tenemos un modelo excepcional, el Hospital Puerta de Hierro en Madrid, con la creación de la UAPI. Es, por circunstancias, un hospital que tiene una cantidad de población de mayores institucionalizados tremenda, y los mayores cuando venían, en muchos casos demenciados, el problema que había era que no se sabía qué tenían, y se pasaban 12, 15 o 18 horas en Urgencias. Y se creó un circuito específico para ellos, y se ha establecido una comunicación con las residencias, y pautas diagnósticas, y modelo de informe médico a mandar por parte de las residencias. Y se ha conseguido humanizar el rato, y un ahorro de 10 millones de euros al año. Muchos de los centros sanitarios privados empiezan a tener la parte hospitalaria, y, en el mismo centro, una parte residencial o una parte sociosanitaria, que parece un buen complemento. Quizás también podía ser un ejemplo a futuro.
No sé si con esto he respondido a todas las preguntas.
En cuanto al Partido Socialista, agradecerle la gratitud a los profesionales, de verdad que se lo agradezco.
Somos también defensores de un modelo de salud fuerte, universal y con equidad, pero cuesta mucho. Yo soy miembro del consejo asesor de la interterritorial y al final dices: oye, si el calendario vacunal, o una plataforma de compras, que son dos cuestiones meridianamente claras, donde una familia si se traslada de comunidad autónoma tiene otro calendario vacunal. O la plataforma de compras, que es fundamental a nivel español y a nivel europeo, para hacer frente a compras de medicamentos como era el de la hepatitis C, donde hubiera sido un paso fundamental, por supuesto que la equidad va también por esa vía.
Apostar por la pública. A mí no es que me parezca respetable, es que me parece fundamental. Nosotros no venimos a ir contra la pública, venimos a complementarla allí donde sea necesario. Si nosotros somos fruto de la libertad de elección de los ciudadanos, respetémosla. Somos fruto de la libertad de empresa.
El ERTE de 28 000 empleados. Nosotros tenemos 266 000 profesionales, de ellos 93 000 proceden de ámbito hospitalario. Del ámbito sin internamiento cayó la actividad, casi de forma inmediata, por encima del 80 % y entre el 95 % y el cien por cien a principios del mes de marzo. Estimábamos que, al menos, 28 000 empleados iban a entrar dentro de un ERTE. Hemos tenido ERTE de centros, por poner un ejemplo, clínicas de reproducción asistida, donde se han llevado todos los aparatos, porque eran necesarios en el ámbito público, y sí se le ha dado un ERTE, porque es que, si no tienes equipamiento, la autoridad te lo autorizó. Pero sí, nosotros entendemos que era lo que debería de haber ocurrido, pero no ha ocurrido. Por eso entendemos que la compensación es necesaria, porque no se permitió adecuar las estructuras a las necesidades asistenciales, por eso entendemos que, como se nos dijo: en estado de alarma y toda la estructura en funcionamiento, pues oiga, ayúdenos a no perder, a minimizar pérdidas.
La relación público-privada. En parte he contestado antes, en cuanto a las sinergias. Yo creo que tenemos mucho que aprender, nosotros somos el espejo de la pública. Mientras mejor es la pública, más fuerte ha tirado de la privada. Ahí tenemos una pelea, que es la incompatibilidad, que tratamos igual a un abogado que a un médico, y un abogado, cuando sale de trabajar en la Administración se lleva documentación que puede utilizar de una forma que le dé un beneficio económico, pero un médico, cuando sale de un hospital, se lleva conocimiento. Y lo que no puede pasar en ningún caso es que atienda a un paciente de financiación pública ni a un paciente que ya ha atendido en la pública, ahí estamos todos de acuerdo, pero establecemos una barrera que en el medio rural tiene una afectación muy importante, porque el médico se ve obligado a elegir entre uno y otro, o, si no, a saltar de una comunidad autónoma a otra, trabajo en Andalucía y en la privada en Extremadura, o al contrario. Con una normativa de incompatibilidad que necesita una actualización, sin ningún tipo de duda, y con una normativa de incompatibilidad donde cada comunidad autónoma hace una interpretación distinta, con criterios poco claros y no transparentes.
Con esto, es posible que haya finalizado todas las preguntas.