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Antonio-Barbará

Antonio Barbará Molina

Fundador de la Marea Blanca de Cataluña

15 de junio de 2020

Intervención

Muchísimas gracias a todos ustedes. En primer lugar, una presentación absolutamente lacónica. Soy un joven de largo recorrido a caballo de esa bipolaridad vital que es el ser médico con cincuenta años de ejercicio y el ser activista social con algo más de cincuenta años de ejercicio. En esa coyuntura me voy a dirigir a ustedes con una correspondencia que creo merecida y el agradecimiento por haber sido convocado a expresar opinión, no tanto personal sino como un colectivo activo que es un movimiento social conocido como Marea Blanca, del que luego doy algún pequeño rasgo.

En muchos casos la opinión está forjada en la colectividad; en algún caso es simplemente personal. Pero en cualquier caso pretendo aprovechar el poco tiempo que tenemos para ser absolutamente sincero. En quince minutos no hay tiempo para perderme excesivamente en cifras, en estadísticas, en PowerPoints, en referencias bibliográficas. Las hemerotecas de estos días, señorías, están a tope, y por tanto aprovecho ese tiempo de estos convulsos para que aquello que requiera aclaración bibliográfica no tienen más que consultármelo.
Abordaré, por tanto, la sustancia del asunto. Primaremos el concepto, apuntaremos más a la propuesta y no haremos un ejercicio erudito ni académico. Acerca de la comisión y del grupo, en un pequeño guion me proponía estos pequeñas preámbulos. Este grupo se inserta en una Comisión de Reconstrucción; se presupone, pues, que hay que ponerse a reconstruir, reparar, reiniciar, renovar, en este caso la sanidad, porque obviamente no funciona bien o todo lo bien que querríamos.
Una primera afirmación y una paradoja es que esta crisis, que por cierto está viva y coleando, esta COVID-19 ha traído una connotación o una confirmación, y es que la sanidad pública ha demostrado ser la que nos ha sacado del atolladero, a pesar de notorios déficits y de insuficiencias a la que la llevaron años de políticas austericidas y de recortes y de repagos sostenidos y acumulados, de externalizaciones y de privatizaciones. Pero cuando pintan bastos es el sistema público de salud y de sanidad el que nos atiende y el que nos salva, o lo intenta.
En la comisión llama la atención una descompensación, seguramente, de voces alineadas con intereses, todos legítimos, pero diversos, algunos corporativos, empresariales, privados, del sector económico, del mercado, del negocio, versus otros que son intereses vinculados más a los movimientos sociales, a la ciudadanía, a la ciudadanía usuaria y titular del sistema, en definitiva a la defensa del derecho a la salud, entendiendo que el derecho a la vida y a la salud en un derecho superior al derecho a la propiedad.
Hemos notado y anotado en Mareas Blancas cómo han decaído nombres que en una primera propuesta aparecían y que entendíamos como muy imprescindibles. Menciono claramente el nombre de Carmen Esbrí, una compañera portavoz infatigable y notable de Medsap, Mesa en Defensa de la Salud Pública de Madrid, y también de la coordinadora estatal de Mareas Blancas, porque felizmente esa coordinación, Marea Blanca Estatal, es un hecho salutífero y fraternal. También nos llama la atención el vacío de Ana Castaño, una psiquiatra reconocida y que pensábamos que traería algunas de las aportaciones a las tremendas necesidades de la salud mental, esa cenicienta eterna junto con la salud pública y la salud laboral. Ello me convoca a superar quizás un poco el límite territorial que inicialmente me había marcado de Cataluña, pero aun así dejando de manifiesto el vacío de esas voces que creo que hay que recuperar más pronto que tarde.
Las mareas blancas, ¿qué son las mareas blancas? Seguramente, señorías, ustedes las conocen, desde luego mucho más en Madrid porque es donde arrancaron desde 2012. En Madrid son 90 movilizaciones consecutivas, perseverantes, cada tercer domingo de cada mes alternando ministerio o centro hospitalario, siempre al servicio de un objetivo nuclear, que es la defensa de la sanidad pública universal, integral, equitativa y de calidad. Ese es el único leitmotiv de las mareas blancas. Más jóvenes que la de Madrid, otras mareas de otros territorios, la mayoría en la mayoría del Estado. Es el caso de Marea Blanca de Cataluña, que existe desde 2015 a imagen y ejemplo de la de Madrid. Y queremos decirlo, integrando de esta forma esta coordinación estatal de la que hablaba en un modo federal, plurinacional, democrático y con el objetivo de aunar análisis y acciones; esta Marea Blanca Estatal es hoy un hecho.
Y de allí adjuntaron un documento fundamental como resumen y cuerpo consensuado de nuestras reivindicaciones. Son el documento que llamamos de 38 medidas o puntos, que creo que se les habrá hecho llegar a ustedes; es, de hecho, la guía, es la presentación de estas mareas en esta misma casa tal como hicimos en 2017, en enero, visitando a todos aquellos grupos parlamentarios del Congreso que quisieron recibirnos y debatirlos. Aquel listado de 2017, que entonces nos parecía necesario, es hoy plenamente vigente con algún ajuste, y actualmente es, además de vigente, urgente; más que nunca en tiempos de crisis (no puedo ni entrar ahí, ni mucho menos en los 38 puntos, ahí quedan, ahí están) son instrumentos para una determinada reconstrucción.
Y entrando en el meollo de la COVID-19, pues entramos en materia. Transitábamos a inicios de 2020 con muchas dificultades y más trabajo que hacer en un sistema público exhausto, depauperado, al límite de la carga soportable, cuando nos cayó encima, literalmente, la terrible pandemia del coronavirus. Y todos los frágiles equilibrios en la sanidad pública saltaron en una súbita crisis por impotencia y con contundencia. Lo más cierto es que esta plaga nos cogió desprevenidos y desprevenidas, porque la autosuficiencia es muy mala estrategia y que solo los más sensatos entendieron que apenas sabíamos nada del asunto, que había que aprender sin tiempo apenas y que había que hacer camino al andar. En palabras del poeta, golpe a golpe y muerto a muerto, aquí exactamente y literalmente seguimos aprendiendo.
A esta situación, con un complejo sistema de articulación en el contexto de 17 comunidades autónomas con competencias muy ampliamente compartidas en sanidad por transferencias, la gestión de la crisis es una historia fresca, está en curso y no puedo detenerme. Si acaso, constatar que ha habido confusión, que ha habido disonancias, momentos de extrema dureza, y a la vez heterogeneidad, desigualdades en función de cada territorio, de distintas demografías, condiciones, caracteres socioeconómicos, también sanitarios y de cada gobierno; con los previsibles errores, que se entienden por lo súbito del conflicto y con los inaceptables horrores (con h), que esos no son tolerables. Desde Cataluña la gestión ha sido mala o muy mala, tenemos una duda, en duda y perversa competencia con Madrid, en un ranking bastante macabro de infectados y de muertes. Cataluña ha sabido encontrar, como tantas veces, un problema para cada solución.
Si alguna imagen va a ilustrar los libros de historia que van a proliferar en el futuro sobre nuestro tema, estas van a ser las ilustraciones de dos colectivos diana de dos tragedias: una, la del personal sanitario y la de los servicios públicos en la primera línea de atención. Una situación de trabajadores mal equipados, sin EPI, con carencia de test diagnósticos, sin recursos, desprotegidos, mal retribuidos, precarios, agotados, infectados, que no quieren ser héroes pero quieren, en definitiva, que se les entienda y reconozca su responsabilidad y profesionalidad, que han ejercido con generosidad y con absoluta eficiencia. Sabemos, lamentablemente, que más de un 20 % de infectados son personas que han estado en contacto directo en la trinchera de la COVID.
Relaciones España-Cataluña y Cataluña-España: bueno, esta es una vieja relación que ustedes conocen de conflicto, dialéctica, y realmente apasionante. En tiempos de pandemia, queremos constatar que no ha cesado la confrontación política y que en el fondo de los fondos de lo cotidiano, de la tragedia diaria, continuaban ardiendo las brasas del procés, y en definitiva las explicaciones con otro tipo de verbalización. Sin embargo, las políticas han sido realmente muy similares en muchos casos, porque en su ADN se parecen como un huevo a otro huevo en políticas ultraliberales, con una atención, creemos que desproporcionada, al mercado, por la connivencia, por la colaboración con el negocio, por la oportunidad de operaciones mercantiles, de contratos, de compras, de derivaciones, abusando de la excepcional opacidad e impunidad que da el momento, y bajo el aplastante pretexto de la urgencia y de la excepcionalidad. Las ilustraciones concretas dan para llenar libros, aparte de hemerotecas. En cualquier caso podría mencionar alguna, pero a título estrictamente de ejemplo, tengo realmente un listado para, en todo caso, poder ofrecer.
Lo sufrido en Cataluña, solidariamente con lo acaecido en Madrid, procedería de ese listado; supera lo irregular para entrar en algunos casos en lo inaceptable. Desde Mareas Blancas hemos primado desde el inicio de la crisis, en estas horas de zozobra, la supervivencia, hacer frente a la situación del conflicto inminente y vital que se nos venía, con el confinamiento, con el apoyo a los equipos de trabajadoras de los servicios públicos, en especial de la sanidad, y hemos ido recogiendo y recopilando documentación y hechos que en su momento nos permitirán pasar cuentas. Tan pronto amaine este impacto, y digo “amaine” recordando que seguimos en riesgo y que de momento hay más paisaje que pasaje; ojo con las imprudencias, porque tenemos experiencias dramáticas, trágicas. Hace aproximadamente un siglo una gripe a la que tildaron de española y que tampoco lo era, pero en todo caso nos abocó a tres oleadas consecutivas que representó unas cifras violentas, mal contadas como de costumbre en las pandemias, que siempre se cuenta mal, pero que acabó con entre 50 y 100 millones de personas muertas.
El caso de estas opacidades que han acabado con cosas que no se pueden tolerar pondríamos el ejemplo, si al final queda un minuto o si en sus preguntas procede, de situar una de las más calientes y candentes, la concesión a Ferrovial de la contratación de rastreadores para hacer el seguimiento del pase de la contaminación de riesgo. Ferrovial es una empresa que tiene amplio conocimiento en Cataluña, estaba en el núcleo de una situación de escándalo que conocemos como el caso Millet, el caso del Palau, y es una empresa que no nos merece demasiada confianza, muy poca desde luego a las Mareas Blancas, pero que en cualquier caso ha obtenido un contrato a dedo sin ningún tipo de contratación, sin respetar ninguna de las normas concursales ni de presencia pública.
Vamos entrando en conclusiones. Sí, esta crisis, señorías, no es un paréntesis para volver a lo previo. Para nosotros se trata de un impacto histórico en lo sanitario, evidentemente en lo social y por supuesto en lo económico, con lo cual se cierra una determinada evolución, o involución, vestida de un desarrollo compulsivo, a veces irresponsable, y se abre una nueva etapa. Las preguntas son si seremos capaces de atinar en el diagnóstico correcto y si las causas causales aparecerán con claridad, y si vamos a primar la valentía y el rigor imprescindible para corregir y rectificar, o vamos a quedarnos al pairo de los nuevos y viejos virus y nuevas catástrofes y calamidades. La nueva normalidad no puede ser el regreso al pasado que nos trajo hasta aquí, el antiguo, pero peor, porque la crisis apunta a que la paguen otra vez los menos favorecidos, los pobres, las trabajadoras, la gran mayoría del pueblo llano.
Sí, compartimos, son necesarias medidas urgentes, pero no medidas de parche o cosmética. Sí a medidas que apunten en lo estructural. Por ejemplo, el apoyo a la atención primaria, que todo el mundo reconoce ahora que efectivamente es no solo la puerta, sino la puerta, el centro, el meollo, la sustancia, el futuro, la determinación y la salida del sistema. Bueno, pues eso, si vamos a dedicar el 25 % de la inversión, sea la que sea, como dice la OMS, a atención primaria, empecemos a hacerlo ya, no les demos como les estamos dando en este momento cerrojazos a centros, no estemos expulsando personal, derivando personal, no estemos ofreciendo auténtica calderilla, auténticas miserias. Cataluña acaba de recibir 4,5 millones para que se encargue de todas las gestiones, viejas, nuevas y las que se van a encomendar. Así no va a ningún sitio, sobre todo si tenemos en cuenta esos 180 millones que se acaban de conceder a Ferrovial para que se dedique exclusivamente a ciento y algo rastreadores para que hagan ese seguimiento. Vamos a cambiar, vamos a cambiar las cosas.
Se impone en este momento más que nunca, y entiendo que ahí voy muy a contracorriente, y lo hago de forma muy gustosa, a desenmascarar, a erradicar, a denunciar ese mantra, para nosotros perverso, de las bondades de la colaboración público-privada. No es tal, no es tal cosa. Es una parasitación, para nosotros; es derivación de recursos, de recursos públicos. Decía el compareciente anterior que son públicos porque los ha puesto el público, porque son recursos que ha puesto la ciudadanía. En definitiva, la colaboración público-privada, la lógica de la lógica del mercado porque sí no nos vale, y no somos los únicos que lo dicen: va habiendo voces que lo comentan, y alguna nada sospechosa, el Tribunal de Cuentas Europeo ha hecho ya diversas anotaciones recomendando la no utilización de este tipo de método, de metodología, por ser opaca, poco transparente, lenta, encarecedora, y evidentemente pábulo y fuente de muchísimas corrupciones. Y les puedo asegurar que viniendo de Cataluña, de eso, de las corrupciones, entendemos, lamentablemente entendemos.
En definitiva, cuanto peor para la pública, mejor para lo privado. Y eso no puede ser así. No soy muy aficionado a utilizar la Biblia, pero hay una frase bíblica que viene a cuento: no se puede servir a dos señores, o mercado o derecho, o privado o público. Hoy día vemos cómo los mismos expertos en economía que alimentaron hace no tanto tiempo a determinados gobiernos, en Cataluña el Gobierno de los mejores, el de Artur Mas, un Gobierno que se caracterizó por la austeridad, los autoricidios, en definitiva abogan ahora por financiar lo público de otra manera. Lo hacen porque reconocen que se equivocaron pero no lo dicen; sencillamente, cambian el chip. El quid de la cuestión para esa necesaria nueva financiación es la cuestión de cuánto, evidentemente, pero cómo, dónde y para qué se van a dedicar recursos.
Inversiones, nosotros no lo llamamos gasto, lo llamamos inversiones: no vaya a ser que se destinen otra vez en la dirección financiera de los beneficios empresariales a costa de la eterna insuficiencia y depauperación de la ciudadanía, de los usuarios, que no clientes, desde su legítimo sistema social, sanitario que son además público y del que son no solo usuarios sino financiadores y titulares. Una conclusión clave: señorías, lo público ya, urgentemente, sin excusas, para los servicios públicos.
Otra: con la participación real –séase– y proactiva de la sociedad civil, una sociedad civil organizada y empoderada y con una enorme capacidad para apuntar en la dirección correcta, capacidad de codecisión que reclamamos, ello al margen, evidentemente, de la representatividad legal y política que tienen las fuerzas políticas, faltaría más.
Peticiones, pues todo el mundo hace decálogos, bueno, podría ser un heptálogo o más, o un dodecálogo, pero nos hemos quedado con diez; se trata en definitiva de perseverar en repeticiones con más y mejores argumentos, aquello que proponíamos en las 38 medidas, pero ahora con urgencia y con prisa.
Una, blindar lo público: blindar lo público evitando sistemáticamente externalizaciones de cualquier tipo de recursos, humanos y materiales; no nuevas privatizaciones, que se están dando en estos días. Y eso es absolutamente incomprensible
Dos, revertir lo privatizado: queremos recuperar aquello que de una manera sostenida ha ido desapareciendo, saliendo con fórmulas de gestión más o menos sofisticadas, pero que en definitiva han supuesto la pérdida del sistema nacional público de salud al que aspiramos. Queremos que se produzcan las reformas legislativas que proceden. Y se puede reformar cualquier legislación, empezando por la Ley General de Sanidad, la famosa ley Lluch, de mi paisano Lluch, en 1986, que permite efectivamente ir considerando cómo revertir estas cosas que se privatizaron aludiendo a un artículo 90 en casos de excepcionalidad que no es tal.
Tres, incremento de la financiación: por supuesto, pero no solo cuantitativo, que también, sino cualitativo. Cuantitativo, por supuesto, porque estamos a la cola de las colas, a la cola de Europa, España está a la cola de Europa, pero Cataluña está a la cola de España, por mucho que determinados governs digan lo contrario; estamos en cifras ridículas de inversión por habitante y año, lo compañeros con PIB o lo comparemos con cualquier otra forma de medida, es absolutamente vergonzante.
En definitiva, hay que aumentar la inversión, pero además hay que decir dónde va la inversión. Lo que no puede ser es que vaya a determinados departaments de Economía que lo que hacen es una utilización clientelar que sirve para externalizar y producir enormes, enormes derivaciones externas. Tuvimos recientemente una lucha social, de la que salimos vencedores, extrañamente, pero cuando se lucha se corre el riesgo de ganar, contra una ley que bautizamos como la ley Aragonés, que era la ley de privatizar todos los servicios públicos. Esa ley no cuajó, esa ley decayó finalmente, y esperamos que siga decaída durante mucho tiempo. Para esa financiación nosotros pedimos algo que nos parece de transparencia, es el control, y el control mediante instrumentos tan interesantes como las auditorías ciudadanas, independientemente de las preceptivas y legales, que deberían cumplirse y no siempre se hace.
Cuatro, un sistema primarista de salud: he hablado de la atención primaria, es absolutamente vital, está determinado, bibliografiado, si no hacemos un esfuerzo, ahí sí, absolutamente todo el mundo, por darle competencias y recursos estamos abocados realmente al disparate.
Han hablado de residencias geriátricas. Yo he dicho que una de las fotografías que iban a aparecer era la del personal infectado; la segunda son los horrores que se han producido en esta pandemia en las residencias y en los centros sociosanitarios de ancianos. En residencias que, para nosotros, entendemos que deberían, que aspiran, que queremos que sean públicas, en todo caso con garantías absolutas de derechos de dignidad, de control y derechos democráticos de las personas allí acogidas, que no han perdido en absoluto esas condiciones.
Seis, salud pública, por favor, esa cenicienta, salud mental esa cenicienta, salud laboral, esa olvidada.
Siete, participación social y codecisión, lo decía anteriormente, y voy perfilando un final: codecisión, empoderamiento; se reclaman pactos, leemos estos días en la prensa “queremos un pacto, hace falta un pacto, queremos un pacto”. Pero tengan ustedes la habilidad, tengan ustedes la sabiduría de pactar con la ciudadanía, han de pactar ustedes con la ciudadanía, que tenemos voz. Y que me dicen: bueno, tú lo dices porque eres médico; yo no lo digo porque soy médico, yo he aprendido muchísimo oyendo a los activistas sociales, que no han pasado por ninguna facultad de ciencias, ninguna facultad de sanidad y que saben perfectamente lo que quieren, no quieren operar de apendicitis, quieren decidir cuál es el sistema y quieren decidir cómo sentirse protegidos de su sistema, que reconocen como propio.
El punto octavo, permítanme una mínima referencia de un minuto: hay personas que lo pasan mal, muchas; unas de las que vienen pasándolo mal es un colectivo de personas que son aquellas que han sido víctimas damnificadas por errores o accidentes médicos, esas personas que forman parte de nuestra marea blanca, junto con otras 69 entidades en Cataluña, se llama un grupo “Que no pase más”. Les gustaría, quieren, luchan, después de haber sufrido situaciones realmente importantes, que eso no volviera a pasar. Estas personas quieren decir la suya, saben que se está discutiendo o se va a discutir de nuevo un baremo sanitario, quieren decir la suya, no quieren ser, como dicen, primero víctimas de la sanidad para luego acabar siendo víctimas de la justicia. Quieren opinar porque quieren evitar estas tragedias.
El punto nueve no podría ser un olvido, es medir necesariamente, evaluar el impacto en salud de todos los determinantes sociales, el trabajo, la vivienda, la educación, las pensiones… Todo eso es en definitiva salud, y ahí estamos.
Me he olvidado el medio ambiente, y tampoco sería como para olvidarlo.
Y el punto décimo y último es que nosotros aspiramos, llámennos ilusos, pero los jóvenes tenemos tiempo para seguir luchando. Lo conseguimos una vez, vamos a conseguirlo la segunda, la tercera y la que haga falta. Queremos construir un nuevo sistema público –con mayúsculas– nacional de salud del que sentirnos orgullosos y titulares.
Pregunto a Presidencia si me he excedido mucho en el tiempo previsto.
La señora PRESIDENTA: No, va muy bien.
Si voy muy bien me permito dejarle ese listado que he hecho; es un listado un poco, ya no digo de los errores, sino de los horrores, de las vergüenzas. Los enumero, si luego tienen interés en que les explique alguno, en Cataluña los hemos vivido de una manera muy, muy importante. Pero también quiero decir que curiosamente lo hemos hecho tomando nota y posponiendo el pase de cuentas. De momento hemos dicho: miren ustedes, ni siquiera hemos pedido dimisiones a las/los responsables del Departament de Salut y otros del Govern de la Generalitat, y motivos nos sobraban. Solo que hemos decidido: mire usted, primero vamos a sobrevivir, pero les tomamos nota porque vamos a rendir cuentas. Justo ahora algunas formaciones que están dentro de Marea Blanca empiezan a decir “hasta aquí hemos llegado”.
Miren, hablamos de la carencia de EPI, hablamos de las carencias de PCR, hablamos de las contradicciones permanentes de protocolos que cambiaban de un día para otro en función de disponer o no disponer de stocks de test diagnósticos, hablamos de cómo en estas fechas se paga a laboratorios privados 1 600 000 euros para que realicen PCR privados a personal público de los servicios públicos. A los trabajadores y trabajadoras se les concede ahora un paga de gratificación, y puestos a reconocer, aparte de los aplausos, que nos parece muy bien, pues que estaría bien que alguien se fijara en el enorme trabajo generoso que han hecho, hay que apuntar, y eso son datos que también pasan a la historia, vamos a ver, he hablado de un 20 % de profesionales, de trabajadoras, de trabajadores en los servicios públicos y en la sanidad infectados, hablamos de muertes, hablamos de muertos. Bueno, esa paga, nuestro govern tiene la feliz ocurrencia de pautarla en unas cantidades que oscilan entre los 350 euros y los 1350 euros en función de la categoría profesional, de ser médico, enfermero, auxiliar, administrativo, y por supuesto en el renglón ínfimo el personal auxiliar y el de limpieza. Pues miren ustedes, nos parece una auténtica ofensa, nos parece un insulto, porque el personal de limpieza y los camilleros se han infectado como el que más y mejor, y están pagando con su piel y con su vida, y es absolutamente –nos parece– inequitativo, por no calificarlo de una manera mucho más gorda, que haya esa subdivisión de esa gratificación. La gratificación que ellos piden, y están saliendo diciendo públicamente “mire usted, no me dé una paguita de gratificación, contráteme de verdad con empleo estable, contráteme de verdad con condiciones laborales dignas, contráteme de verdad con protección en mi puesto de trabajo, contráteme de verdad con proyección, contráteme de verdad con respeto, contráteme de verdad oyéndome, escuchándome, tratándome como lo que soy, un agente fundamental del sistema público de salud”. Pero estamos con la paguita, y allí ya hemos pedido la dimisión de los autores de la paguita, esa paguita, esa.
Ferrovial, la he mencionado anteriormente: inconcebible, 18 millones de euros, 17 y pico, para contratar a 108 rastreadores que ni siquiera son personas expertas, mientras que la atención primaria, que es la experta, la que tiene la historia clínica, la que conoce, la que sabe, la que telefonea, la que tal, a esa le dan 4,5 millones para contratar teóricamente 430 nuevos sanitarios. ¿Cómo se pueden contratar con esa cantidad?
¿Cómo se cuentan los muertos, cómo se cuentan los infectados? Bueno, pues cada quien ha contado, como suele suceder en estos casos, en función de determinados parámetros difíciles de explicar y de entender, aquí, allá y acullá. Bien, eso ha sido una patología como bastante extensa.
¿Cómo se van a tratar las patologías crónicas y a los pacientes frágiles desatendidos en tiempo de pandemia con los hospitales cerrados dedicados en uso exclusivo a la atención de la pandemia? Bueno, pues es no más listas de espera, son más listas de desespero, y ya tenemos alguna noticia que se empieza a apuntar. Y claro, si esa es la nueva normalidad, estamos aterrorizados. El director del Catsalut, el ente gestor que en Cataluña hace la provisión máxima de servicios públicos ya ha dicho que el retraso adquirido, y les recuerdo que Cataluña una vez más estaba en la cola, o sea, en cabeza de las comunidades con más retraso y con más listas pendientes, estábamos en 180 000 personas esperando en espera quirúrgica antes de empezar la crisis. Esto, evidentemente, se ha multiplicado, ni se sabe dónde. Lo que sí se sabe y empiezan a decir es que empezaremos a estar recuperando esa situación más o menos entrado 2022. Entrado 2022 los ictus y los infartos de aquí y allá, las patologías crónicas van a seguir prosperando en una lista de desespera absolutamente intolerable.
Eso sí, ha habido tiempo para que el Govern se suba el sueldo. Y en esta situación absolutamente trágica se acaban de subir el sueldo los miembros del Gobierno y sus asesores; se han subido la pensión de jubilación. Esto no es antiético, es antiestético, eso no es tolerable. Eso, les vamos a pedir, donde proceda, cuentas. Las UCI se están pagando al sector privado, las que se han utilizado, las que se han utilizado, porque ha habido algunas difíciles de utilizar, a 43 400 euros por UCI. Ese es un precio que dobla el precio de mercado, y además se les paga por adelantado. Y hay un capítulo que dice: mire usted, si nos hemos excedido en generosidad, no se preocupe, que ya haremos cuentas y ya nos lo devolverán. Oiga, así, eso que lo diga un catalán ya parece extraño, pero que lo diga el Gobierno catalán nos parece absolutamente, no sospechoso, sino culpable. Esto no es, eso no puede ser.
El servicio de emergencias médicas, un servicio privatizado, el que atiende el servicio de emergencias, acaba de gastar más de 1,5 millón de euros en la compra de 70 coches sin ningún tipo de concurso previo, dedicados a coches en muchos casos de ejecutivos y supervisores. Se han gastado 208 millones en compras de emergencia en este servicio de emergencias sin concurso público. Esto es realmente el descoque, esto es la opacidad, esto no puede suceder.
Y vamos a ir punto por punto, en algunos casos vamos a llegar a la Fiscalía, por supuesto. En residencias ya estamos en marcha. Pero en algunos casos vamos a ir punto por punto y sine qua non exigimos autocrítica, exigimos rectificación, exigimos ser escuchados y exigimos esos diez puntos que acabamos de hablar, que para nosotros son irrenunciables.
¿No lo veremos los muy mayores? Bueno, también hemos sido pasto ahora de determinadas instrucciones excluyentes que nos… Yo, por supuesto, médico además, quiere decir que cuando pregunté qué podía hacer yo, me dijeron “estarte en casita muy quieto y en todo caso por teléfono habla con todo el mundo que puedas y oriéntalo bien, pero ni te acerques a un hospital porque tú a tu edad no tienes, no vas a tener ni respirador ni acceso a UCI”.
Bueno, finalmente los más tozudos sobrevivimos. Ya conseguimos una vez un sistema público que realmente mereció la admiración universal. Lo hemos hecho tan mal que vienen a ver cómo lo hemos destruido. Lo hemos destruido con mantras perversos como los anteriores, que confunden el sector mercado con el sector salud, que confunden derechos con derechos, con menos derechos. En definitiva, lo conseguimos una vez, lo conseguiremos la segunda, si no serán nuestros nietos y nuestras nietas, pero ahí no vamos a decaer, porque sinceramente, señorías, creemos que tenemos razón.
Agradecemos estar aquí y queremos seguir estando siempre que lo consideren, y agradeceremos que lo consideren, porque serán sabias ustedes si nos tienen en cuenta cada vez que se destinen estrategias. La ciudadanía sabe perfectamente qué es lo quiere y sabe dónde y cómo pedirlo y conseguirlo.
Muchas gracias.

Preguntas de los grupos parlamentarios

Cambronero-Piqueras,-Pablo

Pablo Cambronero Piqueras

GP Ciudadanos
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Medel-Pérez,-Rosa-María

Rosa María Medel Pérez

GP Confederal UP
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Steegmann-Olmedillas

Juan Luis Steegmann Olmedillas

GP Vox
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Velasco-Morillo,-Elvira

Elvira Velasco Morillo

GP Popular
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Ana-Prieto

Ana Prieto Nieto

GP Socialista
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Pablo Cambronero Piqueras(GP Ciudadanos)

Gracias, señor presidenta. Gracias por sus aportaciones, señor Barbará. No tiene usted pelos en la lengua, está claro, y eso se agradece también. Y en otros sitios tampoco.
Muy bien, como todos los profesionales del ámbito sanitario que comparecen en el seno de este grupo de trabajo me gustaría transmitirle en nombre de mi grupo parlamentario mi más sentido pésame a todos los compañeros que han caído, al límite de sus posibilidades en muchos casos en su trabajo. Las gratificaciones, coincido con usted, en forma de mejoras laborales; el aplauso está bien pero tiene que ir acompañado de mejoras laborales. En este sentido me ha parecido muy interesante su diagnóstico de las situación, la pasada, la presente (me ha gustado también que deje claro que el virus sigue con nosotros) y sobre todo la futura. Discrepo con usted en el papel de la sanidad privada, en eso discrepo con usted. En esta crisis sanitaria hemos tenido aquí a varios comparecientes representantes también de la sanidad privada que nos han dicho que se han puesto a disposición de la sanidad pública, es cierto que con matices. Por supuesto defendemos la sanidad pública, universal y de calidad y valoramos el increíble trabajo que han hecho, pero coincido con usted también en que hay muchísimas cosas que mejorar en ella. Pero también creemos que es compatible, y hasta productiva, la existencia y colaboración de una sanidad pública de calidad y una sanidad privada también de calidad.
Quisiera plantearle diversas cuestiones, ya más en el ámbito propositivo, en cuanto a su exposición. En cuanto a medios, usted lo ha mencionado, que de medios han estado bastante escasos, por decirlo de alguna manera: ¿considera que los profesionales han contado desde el principio con estos medios? Evidentemente sé su respuesta. Y me gustaría saber cuál es la situación actual, como representante de Marea Blanca, qué le transmiten los compañeros.
Otra pregunta sería cómo valora desde un punto de vista técnico la respuesta dada por el Sistema Nacional de Salud, qué ha echado en falta en cuanto a urgencia.
También le pediría, ya que ha mencionado a personas que no van a poder comparecer, que en este punto ejerciera usted como portavoz de esas personas, y en cuanto a la salud mental, que creemos que es muy importante, y además va a ser algo que va a estar muy de actualidad: ¿qué medidas son las que podrían imponerse en el ámbito de los trabajos de esta comisión en cuanto a la salud mental? ¿Son suficientes las infraestructuras y el personal sanitario que tenemos actualmente? Me gustaría que matizara esta cuestión, sé más o menos su respuesta, pero me gustaría que ahondara un poquito más.
¿Estamos preparados, sobre todo, para un posible rebrote?
Es cierto que ha señalado usted que la atención primaria tiene que ser potenciada, evidentemente, no es el único compareciente que lo dice, creo que el 90 %, por no decir el 100 % de los comparecientes lo dice. ¿Pero cree usted que la aplicación del marco estratégico de atención primaria de 2019 sería un buen punto de partida?
Sin más, no le voy a plantear muchas más preguntas, somos muchos preguntando y sé que el tiempo es muy limitado. Le agradezco sus aportaciones; coincido con usted sobre todo en la participación ciudadana también en sanidad, y le deseo que tenga buena jornada aquí y también que puedan trabajar a futuro con todos los grupos parlamentarios.
Muchas gracias.

Rosa María Medel Pérez (GP Confederal UP)

Hola, bienvenido, señor Barbará. Ha dicho un poco…, estoy de acuerdo con todo lo que ha dicho básicamente, así se lo digo.
Distintas cuestiones que tenía: claro, ya lo ha dicho, ¿qué opina de las pagas a los sanitarios en Cataluña frente a lo que es esa opción, optar por eso el Govern de la Generalitat frente a trabajo estable y trabajo de calidad?
Quiero decir, ¿no va a ir por ahí la vía futura de trabajo estable y calidad, pese a que ahora todo el mundo diga “viva la pública”, después de estar tantos años infrafinanciándola y ahora resulta que la hemos descubierto?
Otra cuestión es precisamente la financiación de Cataluña, que la media en España es de 1450 euros aproximadamente por habitante y año y en Cataluña en 2019 tienen 1192,83 euros, ¿Por qué cree usted que es ese déficit? ¿Esa diferencia es simplemente por opciones políticas entre comunidades? Por ejemplo, comparar la comunidad, como dice siempre aquí la portavoz del PNV, que pase de 1700 y pico euros en País Vasco y en Cataluña 1192, ¿son cuestiones políticas, simplemente decisiones? ¿Cree usted que el déficit, la infrafinanciación favorece el aseguramiento privado?
Y otra cuestión: usted ha dicho ahora que continúan las privatizaciones, es decir, estamos en una catástrofe y se está hablando de fortalecer la pública pero siempre vía privatización, aunque parece que lo que entendemos por privatización, los que privatizan no lo entienden, parece ser que la colaboración público-privada no es privatización; entonces, ¿cree que esa va a ser la política del futuro, por lo menos en Cataluña? Incluso, ¿puede hacer de adivino y decir en España, esa va a ser a donde vamos a llegar? Sin evaluar la eficiencia de la gestión pública, porque por lo que aquí se dice lo único eficiente es lo privado, se ve que los trabajadores de la pública no pegan ni golpe, somos unos sinvergüenzas, no vamos a trabajar; yo he trabajado toda mi vida en la pública, de gestión pública, y se ve que, no sé, debo de ser un valor desechable, ¿no?
Pese a los problemas económicos en los que ya estamos metidos, debido al efecto de la pandemia, ¿cree que se va a seguir desviando dinero público a los beneficios privados?
Ya está, eso es.

Juan Luis Steegmann Olmedillas (GP Vox)

Con la venia, señora presidenta. Buenos días, doctor Barbará, me llamo Juan Luis Steegmann, son médico hematólogo y reciente diputado por el Grupo Parlamentario Vox.
Mire, nosotros, el diagnóstico que nuestro grupo hace es que este no ha sido un problema de la sanidad pública. Usted hace otro diagnóstico, usted tiene una actividad muy profunda en la izquierda, es miembro, si no me equivoco, del Comité Ejecutivo del Partido de la Izquierda Europea, no sé si es verdad, ya no, bien, bueno, pues ya ha expuesto cuál es su… Y ha hecho un canto a la sanidad pública…
Lo que le iba diciendo es que, bueno, todos tenemos conflictos de intereses, ¿verdad?, y a lo mejor tenemos que descubrirlos, y yo le pediría que nos dijese se ha sido asesor del Gobierno o del Govern en algún momento, o su organización.
Me ha llamado la atención un hecho, y es, ¿cómo ha convivido usted, siendo consejero del hospital municipal de Badalona, que creo que lo ha sido usted, que es un hospital privado, cómo ha vivido esa dicotomía? Es decir, supongo que habrá hecho lo posible por apartar la gestión pública de este hospital privado a lo largo de su trayectoria. Entonces, me gustaría saber cómo ha sido esa dialéctica.
Bien. Luego, por otra parte le estaba diciendo, antes de que inadvertidamente se me ha interrumpido, que nuestro diagnóstico es que lo que ha fallado es el sistema de vigilancia de salud pública exterior, es decir, la frontera microbiológica. Pero también yo le quería preguntar si ustedes, que seguramente en atención primaria tienen relaciones con otros colegas internacionales, habían tenido algún aviso de los colegas italianos, porque aquí alguna compareciente, la doctora García Gómez, había declarado que efectivamente sabían lo que estaba pasando en Italia. No sé si usted tenía conocimiento de esto. ¿Y qué cree que ha sido el papel de la atención primaria para detectar el problema, si ha sido alguno, ha sido bastante o ha sido nulo? Particularmente creo que ha sido nulo, porque creo que la responsabilidad ha sido fundamentalmente del Gobierno, que es el que tiene las competencias en sanidad exterior.
De hecho, usted ha dicho a Triangle, no sé si lo pronuncio bien, “obviamente el Gobierno no preveía la magnitud de la tragedia y ha reaccionado a trompicones, pero siempre un paso demasiado tarde”. Se lo digo porque el profesor López Acuña ha dicho que la OMS tenía que haber declarado la pandemia siete días antes, eso lo ha dicho, y está publicado. Y eso, según Fedea, nos hubiese ahorrado un 60 % de fallecimientos, que todos sentimos, no solamente como españoles sino también como sanitarios. En ese sentido coincidimos con usted, y desde nuestro partido hemos pedido que fuesen declaradas profesiones de riesgo incluso los técnicos de laboratorio, y por supuesto los camilleros y los celadores, cómo no, sin que el Gobierno hasta ahora nos haya hecho caso, lo mismo que no nos ha hecho caso en que pedimos un 20 % de aumento de sueldo para todos los profesionales sanitarios.
Entonces, a mí me gustaría saber cómo cree usted que la autoridad máxima, porque usted lo dice aquí en Triangle, dice: “esto revela no solo incompetencia, es una situación insoportable y en algunos casos definitivamente criminal”, eso pone el periodista en su boca, que yo no sé si eso es verdad o no. Entonces, ¿cree usted, en definitiva, que el Gobierno ha actuado mal en este sentido retrasando las decisiones? ¿Cree usted que la atención primaria en un futuro puede ser faro detector de posibles brotes epidemiológicos? ¿Cómo cree usted que lo tiene que hacer?
Pero me gustaría también decir el diagnóstico que tiene usted de la situación. Parece que usted pone todo el lado en que la culpa la han tenido las privatizaciones, por lo tanto la sanidad tanto pública como privada, y nosotros creemos que ha sido la salud pública; la salud pública ha fallado. Entonces, me gustaría saber su opinión, porque me interesa mucho lo que usted opina, por supuesto.
Muchas gracias, presidenta, por la indulgencia.

Elvira Velasco Morillo (GP Popular)

Muchas gracias, presidenta. En primer lugar, también le doy la bienvenida desde el Grupo Parlamentario Popular a don Antonio Barbará, que acuda a este Grupo de Trabajo Sanidad y Salud Pública en el marco de la Comisión de Reconstrucción Económica y Social.
Y a mí me gustaría antes de nada recalcar el gran Sistema Nacional de Salud que tenemos en España. Un Sistema Nacional de Salud que ahora, con todos los componentes tanto públicos como privados, ha dado una gran respuesta y un gran ejemplo ante la crisis que hemos vivido, la de la COVID-19, que estamos aún todavía en ella. Y esto es fruto no solo del Sistema Nacional de Salud, sino del gran número de profesionales y del nivel, no solo reconocido en España sino a nivel europeo y a nivel mundial. Yo creo que somos un ejemplo como país de nuestro Sistema Nacional de Salud.
Y con respecto a este grupo de trabajo, han pasado por aquí ya un número importante de expertos en salud pública, en la industria farmacéutica, en investigación, en sociedades científicas, en innovación, y hoy lo hace usted en representación del movimiento social, como puede ser el que representa. Pero además yo creo que en esta comisión –no creo, estoy convencida–, en este grupo de trabajo partimos de intentar trabajar por un pacto, conseguir un pacto para que la sociedad española esté orgullosa de los representantes que están aquí trabajando en busca de ese pacto y de ese trabajo por la sanidad española. Y un pacto en el Congreso de los Diputados, porque quiero recordarle, y usted en algún momento creo que incluso ha sido hasta candidato al Congreso de los Diputados por el Partido Comunista, y si no, ha estado en la política como concejal, pues en el Congreso reside la soberanía nacional, entonces por eso no comparto con usted cuando dice que, aparte del Congreso, con las sociedades, con el mundo que usted representa, le recuerdo que está aquí representado en esta cámara, entonces, con lo cual por eso están ustedes compareciendo, para que de alguna forma nos trasladen aquellas cuestiones que consideran que podemos mejorar y recoger en ese documento que espero y deseo consigamos alcanzar.
Y desde luego, hablaba también de los profesionales sanitarios, los profesionales sanitarios que han sido los que han dado unos resultado con respecto a la crisis vivida de la pandemia, y usted destacaba de tragedia del personal, tragedia porque han estado, somos el país con el mayor número de contagiados, somos el país que en algún momento no ha tenido el material de protección que necesitaba, en fin, y que se podían haber mejorado muchas de las cuestiones que a nuestro entender han fallado. Con respecto a esto, yo no sé si usted de una forma breve podría decirnos cómo se ha gestionado la crisis, ya no solo desde el ámbito que usted muy bien conoce y nos ha trasladado de Cataluña, sino a nivel general, dos frases simplemente.
Con respecto al papel de la atención primaria, ha hablado de inversión. Pero a mí me gustaría también que nos planteara qué aspectos tenemos que potenciar, porque tenemos una atención primaria que… usted, parece que tiene un diagnóstico hecho, yo no sé, igual… yo soy de una comunidad autónoma y de una ciudad donde tenemos una sanidad rural donde hay que potenciar el tema de atención primaria, el tema de los médicos de familia comunitaria, del personal que atiende, no sé cuál es su opinión o qué propuestas nos podría plantear.
Luego habla como médico, y me gustaría saber su opinión, y desde luego es de una especialidad, medicina interna, que hay que felicitarla por cómo se ha desenvuelto ante la situación de pandemia, pero me gustaría saber cómo considera que debe ser la coordinación no solo entre los diferentes niveles asistenciales, primaria, asistencia sanitaria, la coordinación sociosanitaria, el sistema de epidemiología o la sanidad exterior.
Y usted habla en su documento de la participación de los consejos de salud. Yo no sé, cuando usted ha tenido la responsabilidad como concejal, los consejos de salud se crearon cuando la Ley General de Sanidad, entonces no sé si propone alguna modificación de cara a la participación.
En fin, con respecto a los profesionales, creo que se deben incorporar mejoras en cuanto a la formación vivida en esta pandemia. No sé si desde su experiencia las mejoras tienen que ser desde el ámbito de la formación, tanto en la formación para las especialidades de las ciencias de la salud, o ya en lo que es la formación MIR o incluso en la formación continuada de los servicios sanitarios.
En fin, yo creo que no comparto, discúlpeme, su principal encabezamiento del documento…
La señora PRESIDENTA: Señora Velasco, tiene que acabar.
La señora VELASCO MORILLO: Sí, termino, que es que, ante el desmantelamiento progresivo de nuestro Sistema Nacional de Salud, yo creo que lo he dicho y termino como empecé, tenemos un gran Sistema Nacional de Salud y no hay un solo paciente que, si hablamos de cáncer o hablamos de otras terapias, no se haya incorporado a los mejores tratamientos en beneficio de la mejor atención a nuestros pacientes.
Muchas gracias.

Ana Prieto Nieto (GP Socialista)

Muchas gracias. Bienvenido, doctor Antonio Barbará Molina. Le agradezco su exposición en el seno de este Grupo de Trabajo Sanidad y Salud Pública perteneciente a la Comisión de Reconstrucción Económica y Social de España, y le traslado también –usted es médico– y a todos sus compañeros médicos y sanitarios nuestro agradecimiento en su actuación profesional a lo largo de toda esta pandemia en la que se han enfrentado en primera línea todos los trabajadores y profesionales sanitarios a esta pandemia COVID-19, que ha provocado también el fallecimiento, lo que lamentamos profundamente, de muchos compañeros sanitarios, muchos han sufrido la enfermedad al igual que el resto de la ciudadanía.
Dicho esto, quiero trasladarle, como ya sabe, que nuestro grupo cree en un sistema sanitario de salud público equitativo, universal, gratuito en el momento de su uso, así como se demuestra a través de diversas leyes, en las que me gustaría destacar en 1986 la Ley General de Sanidad.
Y al hilo de todo esto quisiera hacerle, nada, cuatro pequeñas cuestiones para que usted desarrollo un poco temas que ya ha planteado aquí. Por ejemplo, en el tema de la financiación, pues cómo cree usted que se debe asegurar una financiación suficiente y equitativa para la sanidad. ¿Qué medidas nos propondría?
En cuanto a la atención primaria, ¿cómo cree usted que debe reforzarse la atención primaria?, y también si nos podría sugerir alguna medida para este reforzamiento.
En cuanto a la equidad, ¿cómo cree usted que debe asegurarse la equidad en el Sistema Nacional de Salud, en la sanidad pública?
Y también que nos relate alguna medida o alguna sugerencia que usted cree imprescindible. Y ya para terminar, y relacionado un poco con el ámbito de su actuación y su trabajo, qué medidas considera usted prioritarias que nos podría proponer a este Grupo de Trabajo Sanidad y Salud Pública de esta comisión.
Muchísimas gracias.

Respuestas

Muchas gracias, señora presidenta. Bueno, no está mal como deberes, me han puesto un examen de grado. Voy a intentar ser necesariamente breve, porque entiendo, si queremos ser rigurosos con los tiempos, y los mayores tenemos esa costumbre de intentar ser puntuales, que me quedarían diez minutos, con la generosidad de la presidenta otros cinco, pero no más, lo cual quiere decir que apenas podré dedicar los quince minutos que necesitaría para contestar a cada uno de ustedes, a los que por cierto agradezco, porque han sido preguntas muy nutridas, y algunas realmente documentadas, trabajadas, elaboradas.

Sigo un poco el orden cronológico, si le parece, al diputado de Ciudadanos, bueno, no señalo las coincidencias porque entiendo que bienvenidas sean donde las haya, y por supuesto entiendo y confirmo nuestra discrepancia sobre la valoración o el papel de la sanidad privada, puesta a disposición. Nosotros entendíamos que el decreto de alarma permitía no solo tener a disposición, sino usar, utilizar, disponer de todo el sistema de sanidad del país, independientemente del carácter; hasta podría ser que luego se tendrían que compensar económicamente algunos sacrificios. Quiero recordar que en mi zona en esta situación ha habido centros privados que han cerrado, que han hecho ERTE de empleo, que en definitiva ha habido colaboraciones que han tenido que ser denunciadas porque no eran tal. Y he mencionado el caso del baremo de pagos previsto ya por decreto de 10 de abril, 12/2020, con las tarifas que se van a pagar por las prestaciones hechas por los servicios privados. Nos parece ofensivo, porque insisto en que son de un trato, hasta en lo cuantitativo, descomunal.
Nosotros no somos enemigos ni antagónicos de los sectores privados, en general. Pero en los servicios públicos, en los derechos sociales, en la educación, en la sanidad y en los servicios públicos decimos que tienen que estar garantizados por la atención, gestión, provisión y eficiencia de servicios públicos. Y como los servicios públicos rondan, andan siempre poco alimentados, necesitan todos los recursos que provienen de unos presupuestos generales, en definitiva de la tributación de la ciudadanía a través de su esfuerzo contributivo y de su trabajo.
Y decimos, otra vez la Biblia, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Pues los servicios públicos a los servicios públicos, y los recursos públicos a los servicios públicos. Y a partir de ahí la frontera es nítida. La perversión está en ese interregno en que no se sabe cuánto entra y cuánto sale. Eso permite el juego del trile, que te hace perder, en algo que se llama ingeniería financiera, dónde está la bolita, y la bolita acaba sistemáticamente, muchas veces, no siempre, con las debidas excepciones, en los cajones de beneficios de entidades privadas. Y eso no es sostenible, y menos cuando no hay suficiente para alimentar un sistema que –me anticipo– sí que es un sistema realmente de excelencia, pero anemizado profundamente a golpe de sangría; y sangrías que arrancan desde… como mínimo en Cataluña hablamos del decenio negro, desde 2010. Claro, si llegas exhausto a una situación de carga, cuando llega la carga no tienes ni resuello.
¿Con qué medios? Me decía, ¿se ha contado con los medios? Se ha ido contando con los medios, pero es una obviedad, creo que no hacer autocrítica en este momento es de insensatos, todo el mundo; por tanto, hasta en la Marea Blanca también tenemos nuestra autocrítica; nuestra autocrítica a si hemos reaccionado en función del momento y de la angustia del momento; hemos pasado momentos de trance, con personas realmente desesperadas, llorando. Han faltado medios, seguro, seguro. Entiendo que en definitiva este Gobierno, y yo no he venido a juzgar al Gobierno porque esa no es mi función, en definitiva –luego aclararé al diputado de Vox algún matiz al respecto–, pero en todo caso seguro que ha llegado tarde y resoplando y con dificultades, y que poco a poco ha ido aprendiendo y mejorando. Obviamente, las cosas están hoy mucho mejor, faltaría más. En definitiva, es cierto que el confinamiento, que la distancia social y en definitiva el ir programando unos recursos que vayan atendiendo lo fundamental, también a través de empezar también por la atención primaria, han ido mejorando las cosas.
Sobre la salud mental y las medidas, me preguntaba si han sido eficientes. La salud mental no tiene medidas eficientes desde hace muchísimo tiempo. La he definido como cenicienta. Es realmente algo lamentable. Y no será por falta de morbilidad: las enfermedades mentales están, viven cotidianamente entre nosotros y hasta están normalizadas. Lo que es evidente y cierto es que una situación como la presente genera unas descompensaciones absolutas, y que los síndromes de ansiedad y los síndromes depresivos, y otra vez los suicidios (palabra maldita entre las palabras malditas) afloran y aflorarán, porque la situación ha sido en algunos casos invivible, y que habrá que sentarse un día y empezar a ver qué hacemos definitivamente para proveer esa salud mental que no es más que un capítulo inexplorado.
La atención… Sistemas preparados para un nuevo rebrote: deberíamos estarlo, y entiendo que algún aprendizaje que llevamos, pero de todas maneras sigue sorprendiendo que en esa confrontación de intereses –que bien se ha dicho– en que tenemos que desescalar y tenemos que abrir la actividad comercial y productiva respecto al respeto estricto a las condiciones de salud, en esa confrontación aparecen desescalonamientos que pueden parecer peligrosos. Los traumatólogos más que los internistas saben que subir escaleras cuesta, escalar, pero desescalar es mucho más peligroso porque las torceduras son tremendas, te puedes romper la crisma. Es decir, un desescalado imprudente. Y hemos tenido ejemplos públicos y notorios que no saco ahora aquí porque son demasiado públicas las imágenes, que realmente nos preocupan y nos ponen los pelos de punta. Si les sirve de algo, decirles que Marea Blanca, ni la de Madrid, pero desde luego la de Cataluña, nos preguntan: ¿y vosotros no habéis convocado manifestaciones y movilizaciones? Pues miren ustedes, señoras, nosotros no hemos convocado movilizaciones en este contexto. Sí que es cierto que hemos dado soporte a trabajadoras y trabajadores que han salido a la puerta de su hospital, diciéndoles que no estamos de acuerdo en poner en riesgo ni una sola vida, ni propia ni ajena, en este momento. Vendrá el momento en que llamaremos a grandes movilizaciones, pero las que realmente puedan revertir esta situación. Pero en este momento no lo hemos hecho, y hemos aguantado algún que otro chorreo, que nos han llamado hasta socialdemócratas. Me mira la compañera del Partido Socialista: ¡ah!, es que no os atrevéis. Mire usted, es un problema de responsabilidad, nosotros somos gente responsable, solo tenemos una vida, solo tenemos un sistema y lo tenemos que preservar.
¿Participación sí o sí? Sí. ¿El marco del 19 sirve en atención primaria? Tenemos una atención primaria perfectamente definida, les invito a leer un documento, y no me extiendo, se llama “Por un sistema primarista de salud”. Y lo de primarista fue una sesión que celebramos en esta casa, nos albergaron ustedes en las salas de delante, del otro lado de la acera, hicimos una jornada magnífica que está a su disposición y que si alguien quiere se la haré llegar, donde explicamos cómo la atención primaria, ya digo, no es la puerta, la atención primaria es la atención del médico de la familia, es la familia-médico, es la que entiende por longitudinalidad, por proximidad, por historia, por empatía, por capacidad, la que realmente define el sistema.
A la compañera de… Perdón, señorías, se me escapa lo de “compañeras” y es el hábito de hablar en movimientos, pero a la diputada de Unidas Podemos, que está de acuerdo, en todo lo que estamos de acuerdo estamos de acuerdo. Mire usted, no nos preocupan las coincidencias, nos gustaría tener muchísimas más coincidencias. Y aclaro aquí, porque entro casi de lleno en lo siguiente. Bueno, le contesto a alguna pregunta que me había hecho: ¿cómo es que la financiación es tan baja? Mire usted, porque usted lo ha explicado: porque esta desfinanciación, este estar a la cola es una decisión política sin lugar a dudas, sin lugar a dudas. Y es algo que está, lo he dicho antes, como peor, mejor. Cataluña y Madrid, otra vez en dura competencia, están en sobreaseguramiento privado, porque las gráficas, que no he traído, demuestran que conforme baja la financiación de lo público aumenta el negocio de lo privado. En catalán decimos son favas contadas. Eso es así. Por tanto hay, a nuestro entender, claramente premeditación de objetivo. Es una decisión política, efectivamente.
Más cosas: ¿habrá más privatizaciones? Entendemos que en este momento es inexcusable, es injustificable, ya no puede ser, ya no puede ser. Y si las va a ver, sí que sabrán que ahí legítimamente la ciudadanía, gran parte de la ciudadanía, la ciudadanía organizada, la ciudadanía que se mueve empoderadamente, la ciudadanía que forma parte de las mareas blancas no estamos en absoluto de acuerdo y lucharemos contra eso, lucharemos democráticamente, legítimamente, pacíficamente, pero lucharemos.
A su señoría, el diputado de Vox, colega de profesión, le agradezco el interés que se ha tomado en seguir mi currículum biográfico; le diría que me ha recordado alguna cosa antigua y alguna que no es, que de alguna manera quizás podría no aclararle, pero sí le quiero aclarar: fui durante años miembro de la Comisión de Servicios Públicos y de Sanidad Pública del Partido de la Izquierda Europea, que es un conglomerado de partidos europeos, porque yo era de un partido, yo militaba, fíjese usted, en clandestinidad, cuando estaba prohibida según qué militancia, yo era militante clandestino del PSUC en Cataluña, tenía pelo; bueno, lo digo porque el mundo pasa y ahí estoy. No me he movido excesivamente, aunque no estoy en el PSUC porque no existe, no estoy en ninguno de aquellos, no estoy ni siquiera en aquel partido que se llamaba Esquerra Unida Alternativa, que es por el que estaba en el partido europeo. Nunca con otro cargo que no fuera el de trabajo y el de colaboración política; nunca con asesoría a sueldo; nunca con prebenda. Fui concejal en dos etapas en el Ayuntamiento de Badalona, mi ciudad. El primer Ayuntamiento de Badalona tuvo un alcalde comunista, del PSUC, Màrius Díaz. Y yo era, fui –lo quiero decir, porque me apetece– el primer concejal de España que era el concejal de una conselleria inexistente que se llamaba Ecología y Medio Ambiente. Me costó mucho explicar a mis amigos y conocidos y familiares que era el concejal de “eco ¿qué?”. Bueno, pues ahí empezamos a rescatar playas, a luchar contra la contaminación atmosférica, esa es mi militancia política en aquel momento. A posteriori he tenido, desgraciadamente, claroscuros porque la situación ha sido convulsa. Pero le aclaro: en los movimientos sociales trabajamos por ideas, por principios y por objetivos. No trabajamos por chapas de partidos políticos. En Marea Blanca hay personas de cualquier opción política que esté de acuerdo, evidentemente, con la defensa del carácter público; por tanto, no llamamos a que vengan quienes se enemistan con esta opción, pero que no hay revisión de chapas, ni siquiera hay adoctrinamiento, está prohibido, está literalmente prohibido. Se lo digo porque la compañera de Madrid se lo ratificará, es así de claro.
Me ha dicho que fui miembro del consejo de administración de un hospital en Badalona, sí, del hospital municipal de Badalona, un hospital histórico desde la etapa que venía de un patronato donde estaba la parroquia, el ayuntamiento y demás y que con una serie de cambios en la época del advenimiento de la democracia, a partir de 1979 pasó a ser un hospital público estricta, completamente municipal; lo que era el patronato se llamó consejo de administración por cuestiones de carácter técnico, y yo representaba en aquel momento allí a mi grupo municipal en el ayuntamiento, sin ningún tipo de retribución, cargo ni prebenda. Y ese fue el trabajo una vez más. Porque a mí me encanta la defensa de la salud pública, y en eso coincido con usted, y de la sanidad pública.
Y me anticipo: ¿ha fallado la sanidad? Ha fallado la sanidad porque, previsible, nadie, nadie lo ha adivinado, ni los chinos que son tan listos, ni los coreanos ni Angela Merkel; todo el mundo ha aprendido sobre la marcha. Tengamos todas, todos, por favor, un poco, un poco de altruismo, un poco de solidaridad, sepamos decir autocríticamente que ese tono prepotente, autosuficiente de que esto es así, ya lo decía… Fíjese usted, en Cataluña cada corporación tiene su experto, que están reñidos entre sí y que se van tirando sus trapitos de un día para otro; eso es poner en evidencia ridículamente lo que he dicho antes, estamos aprendiendo, y yo en todo caso agradezco y quiero agradecer que hay quien toma voluntad de aprendimiento y aprende (de aprendizaje, perdón, sale alguna catalanada). Ha ido aprendiendo. Efectivamente, hay gobiernos autónomos, y no le digo cuáles, que lo han hecho muchísimo peor que el Gobierno desde su opción central. Y si quiere se lo digo, pero no hace falta que se lo diga.
¿Qué más? Asesor del…
Ahora sí que tendré que correr, y lo lamento porque había cosas… Aprendiendo sobre la marcha en sanidad y en salud pública: totalmente, he reivindicado, pero entre todas, que lleva muerta de risa esperando qué hacemos por la salud pública.
El Partido Popular: le agradezco el tono; efectivamente, algunas cosas las acabo de aclarar, el sistema de que no es una cuestión partidista, independientemente de que, evidentemente, hay más proclividad hacia un tipo u otro de entente. Yo, a ustedes les reconozco cosas que han hecho bien históricamente, y otras que han hecho muy mal y de las cuales, entiendo que la sanidad es una de las damnificadas. Sus políticas sanitarias, cuando fueron Gobierno central, Gobierno estatal, y en las autonomías que gobiernan han ido generando que la Marea Blanca de Galicia esté en la coordinadora estatal y venga a acordar con la Marea Blanca de Cataluña y con la Marea Blanca de otros lugares y la de Madrid cuáles son los déficits. Ese pacto que usted dice, nosotros estamos dispuestos a pactar pero no a pactar desde una óptica comercial o mercantil, sino realmente desde ese orgullo de trabajadoras y de trabajadores que usted decía; se insiste en llamar profesionales a los médicos, vale ya de los médicos, son las médicas, y además todas son trabajadoras. Y decimos bien, las personas de limpieza, los auxiliares administrativos, en esta pandemia han tenido un papel absolutamente ejemplar.
Y acabo casi, creo que estoy acabando, he acabado, no puede ser, sí, he acabado. Me decía que ilustrase sobre cómo actuar sobre la atención primaria: de verdad, denle un vistazo al tema de ese sistema primarista. Los consejos de participación: mire usted, es una palabra que nos llenó de ilusiones en algún momento, pero las ilusiones acaban casi siempre en desilusiones, las efervescencias acaban en defervescencias, y los consejos de participación acaban no siendo ni consejos ni de participación, son un florero testimonial que se pone en una mesa para que no fuera dicho que no ha venido alguien de los que vienen con boina. Mire usted, los que vienen con boina saben de eso de la sanidad, por lo menos tanto como muchos que van con batas verdes; lo digo porque vamos a generar un cierto respeto a la ciudadanía, que sabe perfectamente qué es lo que quiere y qué está dispuesta a poner para que las cosas vayan en el camino que ella quiere, porque además pone el esfuerzo retributivo.
Mire usted, de la formación no digo nada: claro que sí, tenemos excelentes profesionales en España, y en Cataluña también, por cierto, porque somos gente valiosa, porque somos gente enamorada de la profesión, de nuestro proyecto, de nuestro trabajo. Hagan ustedes que el sistema esté a la altura de esa vocación, de esa pasión, de ese amor por la sanidad y por la salud, que nosotros añadimos siempre “públicas”.
Señores, señoras, salud es luchar, porque luchar es salud. Muchas gracias.

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