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Abel Caballero Álvarez

Presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias

4 de junio de 2020

Intervención

Señoras y señores diputados, permítanme que empiece mostrando mi emoción por estar aquí, porque después de haber sido miembro de esta Cámara durante catorce años, regresar para intervenir siempre conlleva una parte de emoción personal que no se puede reprimir ni yo quiero reprimirla, porque fue un enorme honor estar en esta Cámara desde el año 1982 hasta el año 1997. Quiero empezar esta intervención con el recuerdo, en nombre de todas las alcaldesas y todos los alcaldes de España, a todas las víctimas de la pandemia del coronavirus y a sus familiares; a los profesionales de la sanidad, que hicieron un trabajo extraordinario; a todas las trabajadoras y trabajadores de los servicios públicos, que se encargaron de llevar adelante la función de ir organizando las ciudades, los municipios; a los voluntarios y, especialmente, si me lo permiten, a los trabajadores y trabajadoras de las corporaciones locales, de los ayuntamientos, de las diputaciones, de los consells y de los cabildos.

Cuando se declaró el estado de alarma el 14 de marzo, los ayuntamientos, sin excepción, nos volcamos en abordar la crisis desde tres aspectos: en primer lugar, en el ámbito sanitario. Nos pusimos al servicio de la sanidad ordenando el confinamiento, estando en las calles vigilando que los ciudadanos que tenían que estar trabajando se atenían al cumplimiento del estado de alarma, controlando la movilidad, con las policías locales, la Policía Nacional, con nuestros efectivos. Asimismo luchamos contra la pandemia a través de desinfecciones masivas. Había ciudades en las que desinfectábamos 300 y 400 kilómetros de calles cada día. También vigilábamos el servicio de transporte y tuvimos que atender aquella situación en la que el transporte público urbano cayó, de repente, al 8 %; es decir, nos encontramos con que el sistema era totalmente distinto a lo que habíamos vivido antes. Tuvimos que organizar el trabajo telemático domiciliario de muchas y muchos trabajadores de las corporaciones locales, que no habíamos hecho nunca y que de repente en unos días tuvimos que improvisar, porque era preciso seguir trabajando. Y eso fue un trabajo ímprobo de todas las corporaciones locales.

En segundo lugar, tuvimos que hacer frente, y de un día para otro, a la tremenda crisis social. Ahí las corporaciones locales nos volcamos, garantizando los derechos de los ciudadanos y ciudadanas, atendiendo sus necesidades, primero las de los más pequeños. Les voy a dar un ejemplo de lo que esto significó. Había muchos niños y niñas que la única comida decente que hacían al día era la comida de la beca de comedor, y cuando se cerraron los colegios y los comedores se quedaron sin esa comida. Pues tuvimos que montar un dispositivo para pagar en mano las becas y para que esas niñas y esos niños de familias muy vulnerables pudieran tener su comida digna cada día. En mi ciudad -de 300 000 habitantes- hicimos un cálculo rápido de que serían unas 1000 familias; el resultado final fue que 2600 familias necesitaron que les diéramos la beca de comedor en mano, el dinero, para que sus hijos comiesen, porque la pegada fue dura. Asimismo, ante la brecha digital, los ayuntamientos tuvimos que repartir ordenadores ya que algunas instituciones no lo hicieron. También atender a los mayores y vulnerables fue un factor de la mayor importancia, gente mayor que estaba sola y no podía salir a hacer la compra; tuvimos que hacer movilizaciones masivas. Nos tuvimos que hacer cargo también de situaciones de dependencia, de soledad, que nunca habíamos visto en las ciudades. También jugaron un gran papel la teleasistencia, las movilizaciones de voluntarios; en una ciudad como la mía de repente se apuntaron 1500 personas para hacer estas funciones. Y al lado de todo esto, las personas sin hogar. Las personas sin hogar son los desheredados de la tierra, son los que no tienen nada. Nos encontramos con que en una ciudad como la mía -aunque esto lo hicieron todas-, para que ustedes tengan una idea de los datos, 150 personas llenaron los dos albergues que tenemos -uno municipal y otro conveniado-, un pabellón deportivo y hostales y pensiones, que tuvimos que alquilar para darles acogimiento, porque las funciones que hacían en época normal en aquel momento eran imposible, repercutiendo tanto en su economía como en la salud, y no podían estar en la calle. Por otro lado, también colaboramos en ayudas de emergencia, las que se dan a los ciudadanos que no tienen nada y que tienen que comprar comida, medicinas; pues nosotros, en los meses de pandemia, dimos más que todo el año pasado junto, y sabemos que esto va a seguir. Dimos 800 tarjetas adicionales a 800 familias para comprar alimentos que hasta ese momento no las necesitaban. También dimos apoyo a personas en cuarentena que no podían salir a hacer sus compras; atención a personas que salían de los hospitales siendo positivos para no ocupar camas y de los que nos hicimos cargo desde los ayuntamientos. Merece especial atención el tema relacionado con la violencia de género, que tuvo un recrudecimiento extraordinario. ¿Qué hicimos la mayor parte de los ayuntamientos? Cogimos un número de habitaciones en los hoteles y cada vez que aparecía una señora con problemas, con sus menores o no, inmediatamente la llevábamos al hotel, porque lo primero que la decíamos era: «Salid de casa como estéis. Venid, que nos hacemos cargo de todo». En mi ciudad -por darles otro dato- acogimos a catorce señoras con nueve menores a su cargo.

En general, procuramos dar atención a todo el mundo, pues prácticamente todas las corporaciones locales suspendimos todas nuestras tasas, precios públicos, impuestos, porque no era momento de pagar nada. De momento las suspendimos y a día de hoy no se están abonando todavía. El transporte se vino abajo, con un coste inmenso, del que les hablaré después. En una ciudad como la mía, más de un millón de euros al mes de déficit de transporte público, repito, más de un millón de euros al mes. Hubo que ordenarlo, desinfectarlo. Cuando la escalada todo era complejo y duro pero técnicamente no era muy difícil, porque las calles estaban vacías, pero cuando se inicia la desescalada la cosa se hace más compleja, porque ya la gente está en las calles y de repente nos tenemos que encargar de que se guarden las distancias, de que todo vaya en orden, de que se cumplan las franjas horarias. Incluso hubo días que por temperatura parecía que se nos había adelantado el verano y tuvimos que encargarnos de las playas, y todo esto en una situación que no habíamos vivido nunca. Por tanto, creo que se hizo bien. Creo que los ayuntamientos lo hicieron bien. Y a partir de ahí y en la desescalada, en la que parcialmente estamos, velamos por que se tomen todas las medidas de seguridad; nos encargamos de que todo el mundo use mascarillas y en todo caso de proveerlas, de que se guarden las distancias sociales. Hemos creado docenas y docenas de kilómetros de zonas peatonales en cada ciudad -peatonalizaciones los fines de semana, los días de diario- y hemos descubierto nuevas ciudades. Tuvimos que ordenar todo eso con el tráfico, con la vida diaria. También hemos prestado especial atención al comercio, a la hostelería, las distancias de seguridad, la distancia social. Parece sencillo, pero no lo es. Por ejemplo, tratar de evitar aglomeraciones en una plaza, en la que de pronto la gente acude porque está en su franja horaria y les apetece ir, no es fácil; tenemos que estar allí nosotros intentando que guarden los dos metros o un poquito menos si llevan mascarilla. Se trata de ordenar una ciudad o un municipio de manera distinta y de una forma que no había sucedido nunca.

Al mismo tiempo, nosotros tuvimos que hacer desde nuestras administraciones nuestra escalada, ir a trabajar a casa y hubo que montarlo todo, y ahora estamos haciendo la desescalada, que es volver a la combinación del trabajo domiciliario con el trabajo presencial. Esto vuelve a ser un reto muy complejo, porque hay que optimizar, hay que ver quiénes empiezan a trabajar presencialmente asistiendo a los centros de trabajo y quienes no, cuáles son los criterios. Por tanto, es una nueva forma de entenderlo. También empezamos a abrir las bibliotecas, los centros cívicos, los museos. Se empezó a retomar el transporte público urbano, con la dificultad organizativa que conllevaba; por ejemplo, no se puede pagar en efectivo y por tanto tenemos que proporcionar tarjetas a cualquiera que llegue a nuestras ciudades y a nuestros municipios. Igualmente, tuvimos que encargarnos de proporcionar la mayor seguridad posible a la hora de que los más pequeños disfrutaran de su ocio cuando salían en su franja horaria. Por tanto, creo que se ha hecho extraordinariamente bien. Yo quiero hacer aquí un reconocimiento a los 8130 -porque yo debo ser el 8131- alcaldes y alcaldesas que han hecho un trabajo excepcional, magnífico, junto con los concejales, las concejalas y los funcionarios.

A partir de aquí entramos en la reconstrucción económica, que es el tercer aspecto. Aquí tengo que recordar también con una cierta emoción a mis profesores de la Universidad de Cambridge, porque describían la forma de actuar para necesidades de reactivaciones a corto plazo. Yo ahora me acuerdo mucho de los seguidores de Keynes, que son con los que yo estudié, y cómo describían afrontar una situación de estas características. Pues aquel doctorado me sirvió para entender por qué el presidente de Norteamérica reparte 1000 dólares a cada estadounidense y todas estas medidas de reactivación, pero nosotros lo vamos a hacer mejor. Nosotros vamos a reconstruir la economía mejor. Déjenme primero que les diga qué hicimos la mayor parte de los alcaldes y alcaldesas: reunimos a todo el tejido económico de nuestras ciudades. Yo en mi ciudad reuní a representantes de todos los ámbitos de la economía; estaba el director general de Citroën, que produce 700 000 vehículos al año y que emplea a 7000 personas; todos los representantes de la automoción, 32 000 personas; del sector naval, 15 000; de la pesca, 35 000; del pequeño y mediano comercio, 10 000; de los autónomos, de la universidad, de los institutos de investigación, de todos los ámbitos de la economía, porque la reconstrucción la tenemos que hacer juntos. Y en aquella reunión telemática pidió la palabra el director general de Citroën -insisto, 700 000 vehículos producidos en circunstancias normales- y dijo que él veía muy bien esa reunión porque -decía- ‘tenemos que salir todos juntos, porque yo quiero que abra la cafetería, el bar y el pequeño comercio, porque ellos son los que compran mis coches’. Esta es la esencia de la reconstrucción. La reconstrucción tiene que estar muy planificada, muy gradada, sabiendo muy bien de qué forma lo estamos haciendo, porque de nada vale si equivocamos los ritmos, los tiempos, y abren unos y otros no, se activa una parte y otra no, porque la economía es una interrelación. Cuando la estudiábamos allá por segundo de carrera, las tablas input-output lo mostraban muy bien, cómo se interrelaciona todo en la economía. Por tanto, hay que lanzar un proceso conjunto porque la reconstrucción en cada ciudad va a estar liderada por el alcalde o la alcaldesa de la ciudad. Solamente se puede llegar a la economía de la cercanía a través de las corporaciones locales. A las 10 000 cafeterías y comercios de mi ciudad se llega a través de la corporación local. Y así, en los 8131 ayuntamientos. ¿En ese momento qué hicimos? Contratamos empresas para asesorarles, para que supieran dónde están las ayudas, los apoyos, de qué forma, en Europa, en el Gobierno de España, en los Gobiernos autonómicos, en la acción desde el ICO. Por tanto, se trata de empezar a coordinar, porque mucha de esta pequeña economía sabe poco de esta cuestión. En consecuencia, tenemos que apoyarles, que en cada paso que vayan dando se encuentren con alcaldes y con alcaldesas que efectivamente están a su lado en toda la promoción de la reconstrucción económica. Tenemos que transmitir confianza, y la confianza se llama seguridad en sanidad al cien por cien. Este es el elemento central, esto es lo que todos nos transmiten. En cuanto llegas a cualquier lugar y haces algo, te dicen: Lo más importante, alcalde, es la salud. ¿Cómo hacemos para que nuestros productos -los 700 000 coches de Citroën que se producen o los barcos de los grandes astilleros de la ciudad- se puedan fabricar con la seguridad sanitaria necesaria y que nuestros clientes, nuestros proveedores, la gente en la calle cuando vayan se encuentren con esa seguridad al cien por cien? Por eso, es necesaria la confianza.

En ese sentido, no se debe renunciar a nada, porque los tiempos oscilan de forma distinta. Algunos tenían una previsión de turismo que ya se ve que no es así. No podemos dar por perdida, de ningún modo, la temporada turística de este país. Yo no la doy por perdida en mi ciudad. Se puede hacer con seguridad, con capacidad, tan pronto la autoridad sanitaria, que es la que nos tiene que marcar las pautas, lo autorice. Pero tenemos que garantizar, por ejemplo en el ámbito del comercio, comercios seguros; en el ámbito de la hostelería, hostelería segura; en el ámbito del turismo -tanto en playas, parques, rural-, turismo seguro. Estamos todos los alcaldes y alcaldesas buscando sistemas para garantizar la distancia social. Algunos tienen ideas peregrinas, otros tienen ideas mejores, pero lo importante es ponerse a trazarlo y a ver cómo aseguramos en términos de salud una ciudad como por ejemplo la mía, que puede tener en un día normal 50 000 o 60 000 personas. Eso es lo que significa la recuperación de todo este espacio económico, y eso se tiene que hacer con las corporaciones locales. No se puede hacer sin nosotros. Tenemos que ser actores importantísimos de toda esta reconstrucción económica. Junto a esto, vuelvo a repetirlo, tenernos que hacer un planteamiento de reconducción inmediata de la industria, y la reconstrucción de la industria significa, en primer lugar, el I+D. Dejénme que les cuente -yo siempre tengo tentación de tratar de tú, pero voy a seguir la formalidad del Parlamento- una anécdota. Yo tuve antes de ayer una reunión telemática con todos los comedores sociales de mi ciudad, porque sabemos que vamos a tener que multiplicar por tres la ayuda que les damos, habiendo atendido ya a la parte que lo necesitaba para comer cada día. Y ayer tuve una reunión con los seis centros tecnológicos de mi ciudad, que están en el nivel más elevado que uno puede encontrar en este planeta, son los que son capaces de hacer un automóvil autónomo y sin conductor, sentando al alcalde al lado del conductor inexistente y que funcione en el centro de la ciudad. Estas personas me dijeron que, presidente, os diera un mensaje, y el mensaje es que el I+D es fundamental y central en toda la reconstrucción. Estas actividades significan que no peleamos en salarios bajos, peleamos en productividad, que peleamos en tecnología, y esto nos lo dicen los que son capaces de saber de mar más que nadie, de saber de automóvil más que nadie y de saber de industria aérea más que nadie. A lo mejor puede haber alguien en algún sitio del mundo que sepa tanto como los de Vigo, pero más, nadie. (Risas.-Rumores). Yo sé que los de Bilbao creen que son ellos, pero somos nosotros. Esto es muy importante, porque tenemos que lanzar toda la actividad naval y toda la actividad de toda la industria. Tenemos que hacerlo en dos estadios: primero, la reconstrucción y, segundo, el relanzamiento profundo. No cometamos errores. La industria es fundamental, básica y central en una economía. Repito, fundamental, básica y central. Es la piedra de arraigo. Es lo que produce esas sensaciones de valor añadido. Después viene el turismo, que es muy importante, y en algunos sitios absolutamente central, pero tenemos que reconstruir de forma inmediata y a uña de caballo, lo que ya había -después le daré mi opinión de lo que veo- y después hay que rehacer toda la estructura industrial por razones geopolíticas, pero sobre todo por razones de capacidad tecnológica. Y no perdamos de vista la construcción, hay que volverla a lanzar. Por cierto, tienen unas ganas inmensas de funcionar. Eso significa dos cosas distintas: Primera, nuestra capacidad de hacer obra desde lo público -y yo la voy a hacer en mi ciudad. Lo anuncié ayer ya, voy a hacer un lanzamiento intenso de obra pública en la ciudad- y, segunda, la construcción privada. Aquí les quiero hacer algunas peticiones también: hay que acortar plazos. No se puede lanzar una parte importantísimas de la economía, que es la construcción, la edificación -y la privada tiene que ser central- en residencial, y que para emitir un informe o para hacer o modificar un plan desde alguna institución pública se tarde un año. Esto no puede ser. No podemos tener plazos de seis meses para un informe de algún organismo que, como te ponga alguna objeción, tienes que contar con otros seis meses; con lo que te encuentras que solamente un informe tarda un año. ¡Cuántas cosas pasan en un año! Tenemos que tomar conciencia de que el tiempo en la economía es valor, el tiempo no transcurre inútilmente. Por eso, creo que se debe replantear en la construcción también el acortamiento de plazos. Asimismo, puertos y zonas marítimas tienen que ser zonas de reactivación también muy importantes.

Volviendo otra vez a lo estrictamente local, el 64 % de las instituciones de cultura están colgadas de las corporaciones locales. Tenemos que convertirnos de forma inmediata en los grandes reactivadores de la cultura. Este verano es una magnífica ocasión. Tenemos que reconstruir nuestras celebraciones, nuestros actos. Yo iba a hacer un concierto de Sting, en el que no se cobraba y contaba con 150 000 personas, pues con ese dinero lo que tengo que hacer son 150 000 acciones culturales. Hay que cambiar el enfoque. Tenemos que hacer que la acción de ocio de este verano sea una reconstrucción cultural de orquestas clásicas, de orquestas sinfónicas, de bandas de música, de escuelas de baile, de teatro, del libro en la calle, de bibliotecas llevándolas a la calle, de buscar que el verano se convierta en una explosión de cultura. ¿Eso que significará? Que nosotros pondremos nuestros recursos para poder hacernos cargo de esta explosión de la cultura, porque está literalmente frenada. Hay mucha economía dedicada a la cultura y la tenemos que reactivar desde lo local, y estamos dispuestos a hacerlo: más congresos, más exposiciones, etcétera. Por otro lado, hay una economía muy importante de la que se habla estos días, pero se habla en el ámbito más profesional y lo quiero traer al ámbito de base, me refiero al deporte. El deporte cuelga prácticamente en su totalidad de las corporaciones locales. Es una acción muy importante por los propios valores que impregna, el deporte es ya una cultura de vida que ha impregnado la sociedad. En los últimos quince años el deporte explosionó en las ciudades, forma una parte clave del quehacer de la ciudad. Pues hay una economía muy poderosa al lado de esto, y la reactivación va a colgar de forma notable desde lo local.

También queremos hablar de la economía social, de las acciones sociales. Nosotros queremos formar parte del ingreso mínimo vital. La acción directa hacia los ciudadanos se tiene que hacer desde las corporaciones locales, desde los ayuntamientos. No se deben cometer antiguos errores. No se debe cometer el error de pasarlo a ámbitos que a su vez nos lo tiene que pasar a nosotros. La acción directa del ingreso mínimo vital tiene que ser desde la eficacia de las corporaciones locales, porque conocemos a toda la gente que va a formar parte del ingreso mínimo vital, sabemos quiénes son, forman parte de nuestra acción casi diaria de política social, y ahora se incorpora una gente nueva, pero que también forma parte de aquellos con los que estamos en contacto continuo. Por tanto, la acción de la eficacia requiere de la cercanía y de la inmediatez, con respeto a todas las competencias, a todos los derechos, a la Constitución y a los estatutos de autonomía, como no podía ser de otra forma en alguien que votó la Constitución y que la peleó desde el exilio.

Todo esto está muy bien, pero cómo se paga, cómo se financia. Lo primero que les quiero decir es que el Gobierno de España tomó una buena decisión al inicio, que fue dedicar 320 millones a acciones de política social. Se hizo con las comunidades autónomas, pero a la hora de ver quién hace la política social yo en mi ciudad me encuentro solo. Estamos solos. Lo hacemos el ayuntamiento, pero todo, se lo acabo de describir. Le acabo de decir que vamos a multiplicar nuestro gasto social por seis o por siete, en una ciudad que ya tenía un enorme gasto social. Y como yo, todas las alcaldesas y alcaldes, todas las corporaciones locales. Y esos 320 millones llegaron a los ayuntamientos de forma desigual; en Galicia cero. Yo estoy comprando ordenadores, que tendría que comprar otra institución. Por eso, creo que tenemos que ser un poquito más eficaces. Conviene que estemos en la eficacia. Nosotros -ayuntamientos, diputaciones, consells y cabildos- queremos dedicar nuestros recursos a coadyuvar en la lucha contra la pandemia, en la crisis social y en la reconstrucción económica. Nos queremos dedicar a eso. Sabemos que este es un momento tremendo, dramático. Yo soy de la primera mitad del siglo XX, seguramente el único en esta sala, y yo recuerdo las cartillas de racionamiento. Yo recuerdo cuando las familias -y a mi mamá, clase media, pero tenía una cartilla- tenían una cartilla, compraban y les ponían un sello. Esto es mucho peor que aquello. Esto se vive desde los colchones sociales, de los que voy a hablar, pero en términos de impacto es todavía peor que aquello, por lo que significó de paralización total de una economía. No hay experiencias en la historia económica del mundo de algo como lo que acaba de pasar en estos meses; no la hay. Nunca ha pasado nada igual, ni en las guerras mundiales. Nunca pasó algo parecido a lo que estamos viviendo. Pues la reconstrucción tiene que ser sabiendo la gravedad de la situación. Y nosotros, que sabemos de esa gravedad, queremos dedicar nuestro superávit y nuestros remanentes a coadyuvar en la acción social, en disminuir la brecha que pueda haber entre estamentos sociales y en la reconstrucción. Pero cada superávit y cada remanente se tienen que gastar en el sitio donde se produjo. Los ahorros de cada ciudad son de cada ciudad; los ahorros de cada provincia son de cada provincia, y los ahorros de cada conseil y de cada cabildo son de ellos, para ser utilizados coadyuvando en todo lo que hagamos juntos, porque esta reconstrucción se tiene que hacer en cuatro anclajes: uno, los sectores; otro, las corporaciones locales; otro, las comunidades autónomas, y otro, el Gobierno de España, que, por cierto, es el que está actuando ya y de forma extraordinaria. Pues nosotros queremos apoyarlo con nuestros recursos. Pero como es natural, tiene que quedar cada uno en su ámbito. Por eso, planteamos en un documento, aprobado en la FEMP por unanimidad -todas las alcaldesas y alcaldes de España estuvimos de acuerdo-, en primer lugar, que se flexibilicen las normas del plan de estabilidad. Europa ya lo anunció para los Estados. El Estado español ya lo anunció para las comunidades autónomas. ¿Que los ayuntamientos no? Pues los ayuntamientos sí. Los ayuntamientos tenemos que tener nuestro equilibrio presupuestario, techo de gasto, deuda y pago a proveedores flexibilizado. ¿Por qué? Porque queremos dedicar recursos a la reconstrucción, a la economía, a generar empleo, a relanzar este país. Por tanto, este año sabemos que es un año muy difícil hasta para las corporaciones locales, con lo eficientes que somos, porque nuestros ingresos, señorías, van a caer un 10 % y nuestros gastos van a crecer exponencialmente -ni siquiera soy capaz de hacer un cálculo-, y lo vamos a tener que hacer y vamos a tener que dedicar dinero a inversión y a reconstrucción, y van a ser decisiones que vamos a tomar y las tenemos que financiar con nuestros recursos. Lo podremos hacer sin emitir deuda y, por tanto, coadyuvando con el Gobierno de España para hacer funciones que le eviten al Gobierno de España endeudarse, y esa es nuestra contribución, pero en cada ciudad, en cada diputación y en cada ámbito.

Las corporaciones locales -a lo mejor no lo conocen en detalle, pero los que están más metidos, seguro que sí- somos fiscalmente muy corresponsables, los ayuntamientos recaudamos con nuestros impuestos el 64 % de nuestro presupuesto; las comunidades autónomas solo recaudan el 22 %; los ayuntamientos, el 64 %. El Estado nos transfiere, pero a las comunidades autónomas, en términos proporcionales, más del doble que a los ayuntamientos. Pues nosotros queremos utilizar los saldos y los ahorros de los impuestos de nuestros ciudadanos en nuestros territorios coadyuvando con la recuperación, y eso requiere flexibilizar las normas del PEC, y eso requiere utilizar los remanentes y los superávits. Pero, adicionalmente, claro, hay un número importante de ayuntamientos, diputaciones, consells y cabildos que no tienen remanentes ni superávits, seguramente por errores históricos, pero que yo no le puedo decir a los ciudadanos de esos lugares que los sufran ahora. Los ayuntamientos demandamos un fondo de actuación, tiene que ser un fondo municipal de actuación para el impulso de la economía en lo local y que sea utilizado singularmente también en ayuntamientos, diputaciones, consells y cabildos que no tengan ni superávit ni remanente, porque las ciudades que tenemos -y Vigo la tiene, y mucha- solvencia ya lo hacemos nosotros. ¿Y quién se lo hace a los demás? Pero, además, nosotros no vamos a abordar cuestiones que ni siquiera seremos capaces de financiar con nuestros recursos. Por eso planteamos estos fondos: 5000 millones este año y un fondo de al menos 1000 millones en el próximo año.

Europa está haciendo un ejercicio excepcional y los que formamos parte de consejos de ministros de Europa -y yo formé parte de uno como ministro de Transportes del Gobierno de España- valoramos mucho esto, lo valora todo el mundo. Hay una Europa distinta en marcha, felizmente, y esa Europa distinta, que está aportando recursos de forma distinta y que empieza a fraguar una forma de entender este espacio de forma radicalmente diferente, está aportando fondos, y nosotros creemos que tenemos multitud de ocasiones para usar esos fondos.

Le voy a dar un ejemplo. Hay un proyecto con institutos de investigación y con una de las grandes factorías de automóviles de Europa para el automóvil autónomo sin conductor en el que está integrado del Ayuntamiento de Vigo, formamos parte de eso, porque una parte se tiene que hacer con la ciudad, en las señales, en las formas, en 5G. Por tanto, queremos estar en la reconstrucción y en esas nuevas formas de entenderlo. Por eso, creemos que una parte de los fondos que fluyen desde Europa tienen que venir a las corporaciones locales. Nosotros somos el 14 % de lo público, creemos que debemos ser el 14 % en la recepción de fondos de inversión y de tratamiento de reconstrucción de Europa.

El transporte. Lo que está pasando con el transporte en términos económicos es tremendo, porque de repente el transporte se paró en todas las ciudades y en todos los municipios de España y pasamos del 100 % de utilización a un 8 % de utilización, y todavía cuando solo subían el 8 % de los usuarios habituales teníamos más de la mitad de la flota en funcionamiento y la otra mitad con los derechos de indemnización. Nuestro cálculo del coste para el transporte de esta crisis es: el transporte de superficie va a necesitar 1000 millones de euros, el transporte bajo superficie -el metro, en las ciudades que lo tienen- va a necesitar unos 725 millones. Por tanto, para evitar la quiebra de todos estos sistemas se van a necesitar 1725 millones de euros. Y esto es indefectiblemente así porque en este momento en las ciudades tenemos un 80 % del transporte funcionando y el nivel de utilización es escasamente el 40 %, por la distancia, por la seguridad, por la sanidad; tuvimos que rehacer casi los transportes, como lo de pagar con tarjeta y no aceptar metálico y tener que poner las canceladoras en sitios distintos. Por tanto, necesitamos ese fondo de transporte.

Decía que nosotros queremos formar parte del ingreso mínimo vital. Esto va a tener un coste, por tanto, demandamos que se resarza ese coste, pero es una cifra muy menor y, por tanto, es un fondo que está ahí pero que no tiene un significado cuantitativo especial; tiene un significativo cualitativo. Queremos estar en eso, queremos estar porque somos los que estamos más cercanos a la pobreza extrema, y la pobreza extrema se va a resolver con el ingreso mínimo vital. Por eso, yo quiero dirigirme a ustedes diciéndoles que esto es lo que queremos hacer. Yo quiero mostrar mi entusiasmo con el país que tenemos, lo quiero mostrar. seguramente desde la edad y la experiencia me permitan que lo diga, ¿verdad? Porque yo viví muchos años la dictadura, viví en el exilio, viví la predemocracia, la democracia, viví la democracia desde aquí y la viví desde un parlamento autonómico y ahora la vivo desde una alcaldía. Iba a hacer una broma, pero no la voy a hacer. ¿Qué quiero decir? Que nadie crea que porque tengo años voy a dejar de ser alcalde pronto. Lo digo para desalentar a todo el mundo que quiera ocupar mi sitio: no tengo ninguna intención de dejarlo en los próximos veinticinco años. (Risas).

Dicho eso, este país se está comportando extraordinariamente bien, este es un gran país, y yo cuando me cruzo con mi gente por la calle me siento muy orgulloso, porque esto fue muy duro y está siendo muy duro, y se está cogiendo con ganas. ¿Saben ustedes qué noto yo en mi ciudad? Unas enormes ganas de recuperación, todos los sectores económicos con los que me reuní -y me reuní con todos, hice más de cien reuniones- tienen inmensas ganas de reconstruirse, inmensas ganas de salir, ganas de trabajar, ganas de tirar adelante. Y después -y déjenme que lo diga- es la primera vez en la historia que se afronta una crisis de esta forma, y lo quiero reconocer, porque es la primera vez que se afronta una crisis con atención social, es la primera vez que se afronta una crisis con ERTE y, por tanto, sin desempleo masivo, es la primera vez que se afronta una crisis con recursos para las comunidades, para la atención social; es una crisis con un importante colchón.

Acabo en un minuto, presidente, ya me doy cuenta. Como yo llevo presidencias, calculo el tiempo y llevo cinco minutos de más. Calculo bien el tiempo. Muchas gracias. (Risas).

Yo creo que esto es una forma distinta de afrontar una crisis, y déjenme que lo diga: este es el modelo de afrontar las crisis, nadie se puede quedar tirado en una crisis y, por tanto, sabemos que las crisis y esta recuperación cuesta, sí, pero ¿qué queremos hacia el futuro? Salud, por un lado, y ausencia de graves daños económicos, por el otro.

Muchas gracias, presidente, y muchas gracias por su atención. (Aplausos).

Preguntas de los grupos parlamentarios

oramas

Ana María Oramas González-Moro

GP Mixto ( CC)
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Muñoz-Vidal,-María--(GCs)

María Muñoz Vidal

GP Ciudadanos
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Baldoví-Roda,-Joan--(GPlu)

Joan Baldoví Roda

GP Plural (Compromís)
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Sabanés-Nadal,-Inés--(GPlu)

Inés Sabanés Nadal

GP Plural (Más País)
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Ferran-Bel-Accensi-(GP-Plural,-Junts)

Ferran Bel Accensi

GP Plural (Junts)

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Eritja-Ciuró,-Francesc-Xavier--(GR)

Francesc Xavier Eritja Ciuró

GP Republicano
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Pisarello-Prados,-Gerardo--(GCUP-EC-GC)

Gerardo Pisarello Prados

GP Confederal UP
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Espinosa-de-los-Monteros-de-Simón,-Iván--(GVOX)

Iván Espinosa de los Monteros de Simón

GP Vox
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Ana Pastor Julián

GP Popular
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Simancas-Simancas,-Rafael--(GS)

Rafael Simancas Simancas

GP Socialista
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Ana María Oramas González-Moro (GP Mixto, Coalición Canaria)

Yo tenía un amigo que decía que había que cambiar la Constitución para que fuera obligatorio que todos los que fueran ministros y miembros del Gobierno de España y presidentes del Gobierno de España hubieran sido antes alcaldes o concejales. Yo he dicho que después de haber sido doce años alcaldesa y doce años diputada, la diferencia es que aquí el paro es una estadística y para un alcalde siempre es un rostro, un rostro que tienes presente. Pero hoy usted ha venido como presidente de la Federación Española de Municipios, no como dirigente del PSOE ni como alcalde de Vigo. Hay una parte, efectivamente, que afecta a todos los ayuntamientos, pero hay unos juicios de valor y unas valoraciones que yo creo que las ha hecho como dirigente socialista o como alcalde de Vigo. No sé si pensarán lo mismo que usted los alcaldes de Valencia, que tienen un presidente autonómico socialista. Sí le puedo decir que la mayoría de los alcaldes de España no piensan que el Gobierno de España está actuando de forma extraordinaria; está actuando en una situación imprevista, con errores y con aciertos, pero, desde luego, creo que tiene que tener un respeto en este momento en calidad de qué comparece aquí a la hora de hacer las valoraciones.

Creo, desde luego, que la solución pasa por los ayuntamientos, porque es lo que está más cercano al ciudadano. Cuando la gente no sabe a dónde ir, cuando tiene hambre, cuando no puede pagar la luz, el agua, el teléfono cuando estás solo, cuando te pegan, cuando te quieren matar, donde vas es al ayuntamiento. Y la solución de lo que viene ahora, que es lo más difícil -lo más duro ya ha pasado, pero lo más difícil viene ahora- pasa por los ayuntamientos. Y ese Gobierno, que está actuando de forma extraordinaria, no ha resuelto lo que le han pedido los 8000 alcaldes de España, que en el caso del resto de España han perdido el 10 % de los ingresos cuando se han incrementado los gastos, como usted muy bien ha dicho, de transporte, de servicios sociales, de alimentos, de niños, de todo. Pero en Canarias los ayuntamientos van a perder el 35 %, y lo único que se le ha pedido para que los ayuntamientos sean la solución es una combinación de lo siguiente: transferencias estatales, remanentes, superávit y endeudamiento. Y hay una ministra de Hacienda a la que yo le pido que me aclare si en este momento hay fecha para decirles a los ayuntamientos por fin si pueden disponer del superávit, que son las únicas administraciones, con alguna comunidad autónoma como la canaria, que cumplieron la Ley de Estabilidad, las leyes europeas. Porque el dinero está en los bancos, en el caso de Canarias son 3000 millones de euros, y además muchos ayuntamientos, y en nuestro caso los cabildos canarios, que tienen competencias en la comunidad autónoma y van a perder el 50 % de esos ingresos, se van a quedar sin poder pagar las nóminas a partir de noviembre.

La ministra de Hacienda, a pesar de los requerimientos de la Federación Española de Municipios, a pesar de los requerimientos del presidente de Canarias, no ha dado una respuesta. A los únicos que les dio respuesta fue a los ayuntamientos y a las diputaciones vascas y navarras -y me alegro por ellos- por un acuerdo con Bildu. ¿Y qué pasa con el resto de los alcaldes de España y con el resto de los ciudadanos de España? ¿Qué tiene que decir el presidente de la Federación Española de Municipios a que se permita a los ayuntamientos y vascos y navarros disponer de su superávit y a incorporar los créditos? Porque, entre otras cosas, usted, que es alcalde, sabe que en este momento tienen que empezar a tramitarse los presupuestos de los ayuntamientos porque si no, no están aprobados el día 1 de enero, y se necesita la incorporación de los remanentes.

Termino diciéndole una cosa: yo estaba aquí de diputada cuando un gobierno socialista, en mitad de una crisis terrible, congeló las pensiones, bajó el sueldo de los funcionarios e hizo ajustes en 24 horas por 10 000 millones de euros porque si no este país era intervenido. También viví, cuando yo apoyé esa decisión de un Gobierno socialista, que alguien del PP me preguntara: «¿Y por qué haces eso?» Y me dijera: «Que caiga España, que nosotros lo levantaremos». Unos y otros. Pero la memoria sobre qué hace un gobierno de izquierdas y qué hace un gobierno de derechas y quién tiene sentido de estado en situaciones de dificultad está ahí, en la historia de este Congreso de los Diputados. Entonces, lo que quiero saber es qué le ha dicho la ministra de Hacienda y cuándo vamos a saber qué va a hacer ese Gobierno en este tema que le he planteado, un gobierno que, según usted y en nombre de los 8000 alcaldes, está actuando tan magníficamente.

María Muñoz Vidal (GP Ciudadanos)

Buenas tardes. Gracias, presidente. Muchas gracias, señor Caballero. Por su exposición queda patente y claro que son los entes locales los que están más cerca de las necesidades de los ciudadanos, y coincidimos, como ha dicho también mi predecesora, en que la solución de muchas de las medidas pasa por los ayuntamientos, son los que conocen a los vecinos, sus circunstancias y pueden actuar rápidamente, además, en la aplicación de cualquier medida.

Muchas de las medidas de las que usted ha hablado son del ámbito socio-económico, y en este último me quiero centrar y preguntarle. Muchos de los temas que yo traía preparados los ha comentado ya usted, ha hablado del uso del superávit de los ayuntamientos. ¿Qué le parece la medida contenida en general en los reales decretos aprobados por este Gobierno, relativos al COVID del uso del 20 % del remanente del ejercicio? Y, tras la correspondiente amortización de deuda, quería preguntare también si el uso del superávit que usted propone desde la federación es el superávit íntegro generado en 2019, que estaríamos hablando de unos 4000 millones de euros, o del superávit total acumulado que tienen muchos entes locales, que sería alrededor de 40 000 millones. También quería preguntarle, lo mismo que mi predecesora, si ha tenido usted ocasión de hablar con la ministra de Hacienda para que le dijera la fecha en la que puede haber esa modificación, esa flexibilización también de la regla de gasto para hacer uso de estos millones de superávit. Y, finalmente, cuál es su valoración de ese pacto con Bildu por el que el Gobierno hace en un apartado, en un apunte, esa cesión a los ayuntamientos de País Vasco y de Navarra.

En cuanto a las medidas fiscales, usted ha hablado de aplazamientos tributarios, y no he entendido bien si fue también solo en su ciudad, en Vigo, o en general en todos los ayuntamientos. Le quiero hacer especial hincapié en que en el Ayuntamiento de Valencia, mi provincia, el alcalde Ribó subió el IBI durante esta pandemia. Me gustaría sabe si manejan alguna previsión en la federación de la pérdida recaudatoria y si tienen medidas para suavizar los efectos de esta caída en la recaudación de los tributos.

Ha hablado usted también del ingreso mínimo vital. Estoy de acuerdo, como he dicho al principio de mi intervención, en que la gestión por parte de los ayuntamientos podría ser la más apropiada, pero supondría también una asunción por parte de los ayuntamientos de competencias que no les son propias. Habla usted de un traspaso temporal de competencias que se podría dar a los ayuntamientos o gastos concretos que asumirían los ayuntamientos que no son de su competencia.

Para acabar, quiero hablar de medidas a adoptar en el futuro que pueden cambiar el statu quo actual de lo que son las entidades locales. Ha hablado -y yo le iba a preguntar también por ello- de la flexibilización de la regla de gasto por parte de los ayuntamientos, igual que se ha hecho en la regulación europea o siguiendo los criterios de la AIReF, de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. ¿Cree que ahora es el momento adecuado para hacer cambios en el sistema de financiación autonómica y local? Y también ha hablado de movilidad, de agenda urbana, de aseguramiento de la conectividad en todos los municipios de España, con independencia de su tamaño. Y no me quiero exceder de mi tiempo, que ya he hecho bastantes preguntas.

Joan Baldoví Roda (GP Plural, Compromís)

Señor Caballero, le agradezco la claridad. Yo creo que cuando uno ha sido alcalde de su pueblo, y yo lo fui en una época complicada, se agradece la claridad de la exposición.

Ha dicho usted muchas cosas importantes y la primera que quiero destacar es que yo creo que ser alcalde es, dentro de la política, lo más difícil que hay y lo más gratificante dentro de los cargos políticos, porque además conoces a la gente con cara y ojos, con nombre y apellidos, y en ese sentido le voy a hacer tres preguntas. Me sumo, por supuesto, a la petición que le ha hecho la señora Oramas, es decir, ¿qué le ha dicho la ministra? ¿Los alcaldes podrán gastar, sí o no, esos remanentes que han ahorrado, en un momento que, insisto, conocen a los vecinos con cara y ojos, aquellos que más lo pueden necesitar?

Segunda cuestión, una cosa que me ha parecido perfecta referida al tema de la cultura. La cultura es uno de los sectores que desaparece cuando hay una crisis, y en ese sentido los valencianos, la Federación Valenciana de Municipios y Provincias ha hecho una campaña muy buena, y me gustaría que se extendiera al conjunto del Estado español, la campaña es «Aplaza, no canceles»; es decir, que todo lo que estaba previsto se pueda hacer en un futuro para que, cuando todo esto pase, un sector tan vulnerable como el sector de la cultura tenga la posibilidad de sobrevivir.

Y, por último, el transporte. ¿Cree usted que tiene que haber una ley de transporte para que las ciudades importantes del Estado puedan tener también acceso, y no solo Madrid, Barcelona y dos o tres más, a fondos para el transporte público metropolitano?

Inés Sabanés Nadal (GP Plural, Más País)

En primer lugar, me ha gustado muchísimo su intervención, hace honor a aquello que se decía en tiempos del municipalismo de verdad, que hay varios partidos -entonces se decía PP, PSOE, Izquierda Unida, PNV- y luego está el partido de los alcaldes, que funcionan en común, con intereses compartidos en los ayuntamientos.

De aquellas exigencias de financiación de los ayuntamientos, de aquellos porcentajes y de aquel impulso del municipalismo, se pasó a la Ley de Sostenibilidad y Racionalización de la Administración Local, y eso significó en la práctica la intervención de los ayuntamientos en sus competencias, en sus capacidades y en su financiación. Lo digo porque por algunas intervenciones parece que se nos ha olvidado de dónde vienen los problemas de los ayuntamientos. A mí me parece fenomenal que la ministra ahora habilite la flexibilización en la regla de gasto, en los remanentes de los ayuntamientos, pero los ayuntamientos ya hemos sufrido mucho. El Ayuntamiento de Madrid, donde estuve yo, ya sufrió mucho la intervención del ministro de Hacienda, del señor Montoro. Lo digo por poner las cosas en su contexto. Dos: a mí me parece que todo lo que se avance en la recuperación de capacidad y autonomía de los ayuntamientos será bueno, que nos olvidemos de las leyes de intervención que han dejado exhaustos y asfixiados y con falta de capacidad a los ayuntamientos. Y tres: estoy totalmente de acuerdo -de hecho, hice una interpelación- con el fondo del transporte público. Si la malla y la red de transporte público, sobre todo en superficie, no recibe fondos extraordinarios, las empresas públicas y no públicas y todo lo que relaciona grandes y pequeños ayuntamientos en superficie en este país va a quebrar en junio. Por tanto, les animo a todos a que realmente seamos capaces de resolver en junio o en julio, me da igual, porque se les ha exigido todas las condiciones de seguridad y hay que hacerlo, pero no han podido formar parte de ninguna de las ayudas absolutamente imprescindibles para el transporte. Caminemos todos en esa dirección, porque creo que será importante para todos y creo que todos los grupos deberíamos de empujar en esa dirección, porque es un tema vital en la desescalada.

Ferran Bel Accensi (GP Plural, Junts)

Bienvenido, presidente, alcalde, otra vez a esta casa. La verdad es que yo le agradezco mucho la intervención, este entusiasmo que usted transmite es el entusiasmo de los miles y miles de alcaldes y alcaldesas y concejales que han tenido que afrontar esta situación de crisis a veces desde la solitud y desde la falta de ayuda de otras administraciones. En todo caso, yo suscribo prácticamente toda su intervención, no me duelen prendas decirlo. La verdad es que ha dejado muchos titulares y la gente los ha querido comprender. El tiempo en economía es valor, efectivamente, y en la vida también es valor, y de eso tenemos que ser conscientes absolutamente todos y a veces no lo somos. Los remanentes y los superávits y los ahorros se deben gastar donde se han generado, yo creo que de eso también es importante que se deje constancia y que lo reciba el Gobierno.

Hay que flexibilizar las normas de estabilidad presupuestaria, por supuesto. Mire, tenemos muchas comisiones a la vez y yo seguramente me tendré que ausentar antes de que finalice, está la presidenta de la AIReF en la sala contigua y la presidenta de la AIReF ha sido clara: hay que flexibilizar la regla de gasto para las corporaciones locales, es imprescindible, y ha sido clara: hay que permitir gastar el remanente a los municipios que lo han generado. Si en algún momento tiene sentido es este. Ahora, el Gobierno debe entender que para esto es necesaria una modificación, y yo se lo decía: Si un alcalde con su intervención, señora presidenta de la AIReF, le dice al interventor que no quiere respetar la regla de gasto, el interventor le va a decir que dónde está escrito esto en el BOE. Y eso es responsabilidad del Gobierno y eso no tiene sentido aprobarlo dentro de tres meses, tiene sentido aprobarlo ya. Y sé que son exigentes desde la FEMP. Si hubiese un partido de los alcaldes en el Gobierno esto estaría resuelto, pero los partidos de los alcaldes están en los ayuntamientos y seguramente no pasan de este nivel.

El tema del transporte es básico. Nos parece muy buena idea que el 14 % de los fondos europeos que lleguen a España sean gestionados por las corporaciones locales: deportes, economía social, ingreso mínimo vital y el tema del transporte, que la ministra de Hacienda se ha comprometido a arreglarlo. Yo la interpelaba el otro día porque es necesario resolverlo a corto plazo, no para el presupuesto del año que viene, porque no llegaremos a tiempo.

En todo caso, alcalde, si me permite, siga con su entusiasmo, este entusiasmo que transmiten, como he dicho, los miles y miles de alcaldesas y alcaldes de este Estado.

Francesc Xavier Eritja Ciuró (GP Republicano)

Muchas gracias, señor Caballero, por su intervención, que creo que se ajusta realmente a las pretensiones que teníamos aquí, conocer realmente cuáles son las inquietudes desde el municipalismo, desde el municipio. De hecho, como ha dicho -y en nuestro grupo lo tenemos clarísimo-, los municipios son la primera trinchera desde la que se deben solucionar y desde la que se gestiona la crisis social y económica que nos ha causado el COVID. Por lo tanto, el primer impacto, la primera gestión, la gestión directa, la hará directamente el municipio y, por lo tanto, es a los municipios a los que ha de dotarse de recursos. La inquietud primera es dotar de recursos a los municipios para que puedan hacer frente no solo al propio COVID, como ha sucedido hasta ahora, sino incluso a la propia reconstrucción. De hecho, hay varios municipios, varios alcaldes, que han reclamado en sus últimos artículos que la reactivación de la economía se aborde desde los municipios; son propuestas que están saliendo ahora, que la reactivación de la economía se ha de abordar desde los propios municipios. Y plantean dos focos, uno, la inversión pública, como ha dicho usted, aunque tiene que ser una inversión urbanística a escala humana; ya no valen las grandes obras ni la especulación urbanística, sino recursos o inversiones públicas a escala humana, a escala de necesidad real, y la idea de inversión práctica para generar ocupación, o sea, las inversiones que se realicen desde los municipios han de ser para generar ocupación. Creo que son dos pilares sobre los cuales plantear los ejes de la reconstrucción. Y sé que hay ayuntamientos que están a favor y que están planteando en estos momentos esta hipótesis.

Por otro lado, hay dos temas que me gustaría comentar sobre la forma de dotar a los municipios de recursos. Uno es que está claro que hay que dotar del superávit y los remanentes a los municipios; lo tenemos clarísimo, y si hay un momento para hacerlo es ahora, si no, no se va a entender. Ya en su momento nuestro grupo registró una propuesta de ley, en plena crisis del COVID, porque creíamos que era un tema fundamental. Cogimos un poco la voz de los municipios y la trasladamos al Congreso en una propuesta. La registramos hace tres o cuatro semanas. Por lo tanto, estamos completamente de acuerdo en ese sentido.

Y el otro es una propuesta que he comentado en la anterior comparecencia. Supongo que ya sabe usted que el 90 % de los municipios son de menos de 10 000 habitantes, por lo tanto, hay muchos municipios que no tienen la capacidad económica que pueden tener grandes municipios como el suyo o como otros municipios de los que estamos hablando, que son municipios que en muchos casos incluso tienen servicios mancomunados con otros. Por lo tanto, creemos que una forma de dotar de recursos a estos pequeños municipios es ampliar todo lo que serían los recursos en la financiación a los planes de desarrollo rural, planes de desarrollo rural que precisamente van a que sea un contante de presupuesto importante, de manera que los propios municipios autogestionen sus necesidades, que ellos mismos gestionen los medios de producción, los recursos y las propias necesidades de cada uno. Por lo tanto, es importante que desde los propios municipios hagan insistencia en que se doten de recursos realmente los planes de desarrollo rural, sobre todo porque benefician directamente a la gestión directa de los municipios, sus necesidades, y que además son los municipios los que tienen realmente la capacidad de decisión sobre cómo activar o cómo desactivar la economía en ese sentido.

Gerardo Pisarello Prados (GP Confederal UP)

Yo creo que es un buen día para recordar que los grandes avances democráticos entre nosotros han venido sobre todo del mundo municipal, fue así en el siglo XIX, fue así durante los ensayos republicanos, fue así en el momento de auge del movimiento antifranquista. Los ayuntamientos han sido punta de lanza del progreso social, del progreso ambiental, del progreso cultural, y, por lo tanto, creo que es un buen día para recordar que cuando se maltrata financieramente al municipalismo se maltrata la democracia, que cuando se ahoga financieramente al municipalismo se ahogan las energías ciudadanas, las energías vecinales, que han conseguido progresos concretos en la sociedad. Y la verdad que los que somos diputados pero venimos de la experiencia municipal lo tenemos claro, no va a haber una nueva normalidad que consista en volver a la situación de asfixia financiera que los ayuntamientos ya padecían antes de que comenzara esta pandemia, no va a haber y no puede haber una nueva normalidad que empuje a los ayuntamientos otra vez a la vieja política del pelotazo urbanístico, a la vieja política de la venta indiscriminada de suelo público para financiarse, eso no puede ser. Y, como usted bien ha dicho, hay un consenso, hay un consenso del que forma parte la FEMP, hay un consenso en el que están grandes ciudades, ha hablado Vigo, ha hablado Barcelona, ha hablado Valencia, han hablado alcaldías del Partido Popular que padecieron la política de asfixia del ministro Montoro y que también se están rebelando contra ese tipo de políticas. Y la consigna de las ciudades es una consigna clarísima, el dinero que se haya ahorrado debe poderse gastar y los ayuntamientos deben poder recibir parte de esos fondos estatales y de esos fondos europeos para la reconstrucción. Eso es absolutamente fundamental, es absolutamente fundamental que ese dinero vaya a reforzar los servicios sociales, vaya a reforzar el transporte público, vaya a reforzar las políticas tecnológicas, las políticas contra la violencia de género, como bien decía usted hace un momento, porque ese escudo municipal es el que impide o el que va a impedir que la desigualdad o el odio se inocule en nuestros barrios, ese escudo municipal es el que va a garantizar que tengamos comunidades diversas, pero cohesionadas y orgullosas de sí mismas.

En algunos casos hay políticas que a nosotros nos preocupan; por ejemplo, pienso en el caso de la vivienda. Hemos descubierto en esta pandemia que la vivienda es fundamental para tener un escudo que proteja la salud y que proteja la vida, y, sin embargo, esta semana hemos visto que, a pesar de que el Gobierno prohibió, suspendió los desahucios durante seis meses, están volviendo los desahucios. Vamos a tener que actuar, porque si no se produce una moratoria de esa suspensión de desahucios, ¿cómo van a hacer las ciudades para poder albergar a los miles de familias que pueden quedarse sin casa? Y, de la misma manera, vamos a tener que entender que, efectivamente, impulsar por ejemplo una política de vivienda es una oportunidad, es una oportunidad para reactivar la economía, es una oportunidad para dotar a nuestras ciudades y pueblos de un parque público a la altura de las grandes políticas de vivienda de Europa. No puede ser que nosotros tengamos como media un 2 % del parque público de vivienda, cuando en otras ciudades, como Viena, como Ámsterdam, como París, estemos en el 20 %. Y ahora acaban de pedir algunas ciudades, como Barcelona o la Comunidad Valenciana, un pacto de Estado, con más recursos para construcción, para rehabilitación urbana, para que la política de vivienda sirva para luchar contra la emergencia climática y también para que haya menos especulación, porque yo creo que eso es importante decirlo. Para mí ha llegado el momento de que escuchemos más a algunos movimientos sociales, como la PAH, como el Sindicato de Inquilinos, a la hora de salir de esta crisis, que los escuchemos más y que podamos trabajar más también con actores que estén dispuestos a financiar una política de vivienda que sea una política sostenible, que sea una política asequible, que sea una política social. Pero la gran tarea que tenemos por delante es evitar que haya una salida especulativa de esta crisis. Y a los grandes fondos buitre, a los grandes especuladores, simplemente hay que decirles: en nuestras ciudades y en nuestros pueblos no sois bienvenidos. Esa me parece que es la gran consigna que el municipalismo democrático tiene que demandar en esta fase de desescalada.

Iván Espinosa de los Monteros de Simón (GP Vox)

Gracias, señor Caballero por su intervención. Me hace especial ilusión verle hoy aquí porque yo, que llevo siguiendo la política desde muy jovencito, le veía a usted en televisión hace treinta y cinco años. Debo decir que tiene usted casi mejor aspecto hoy, no sé si le ha sentado bien quitarse la barba, de lo cual tomo nota, o alejarse de esta casa, que también puede ser y también tomo nota de cara al futuro. Desde luego, su entusiasmo, su alegría, me hacen pensar que una de las dos cosas va a funcionar.

Quiero decirle también que ese entusiasmo combina muy bien con la falta de polarización del discurso que ha hecho usted aquí hoy. Yo, que le he escuchado atentamente, si no le conociera, no sabría decir de qué partido es usted, porque lo que ha dicho en gran medida o en grandísima medida son cosas de sentido común, que creo que no tienen que ver con polarización ni a favor de la izquierda ni de la derecha ni del centro, son cosas que tienen bastante lógica. Y quizá le sorprenda saber que estamos muy de acuerdo con muchas de las cosas que ha dicho hoy usted aquí y me gustaría resaltar alguna de ellas.

Usted ha hecho hoy un alegato interesante en cuanto al modelo político-administrativo que tiene España, usted ha hecho una defensa del municipio muy encendida, de la cual nosotros somos partícipes, y he escuchado también por aquí a alguien que ha complementado eso con una defensa de las mancomunidades o, diría, incluso de las diputaciones provinciales, que yo creo que son las que podrían sustituir a aquellos municipios que por no tener un tamaño suficiente no pueden ocuparse de ciertas funciones que municipios como el suyo sí pueden. Eso en el fondo es la segunda descentralización de España que tan importante es, pero eso aleja un poco del modelo de las autonomías que tanto defienden unos y otros, y yo no sé si en su partido quizá le van a dar un tirón de orejas después de esta intervención; espero que no. En cualquier caso, como digo, aprecio mucho su claridad.

Usted ha hablado también de cómo en su municipio o en muchos municipios de España suspendieron una enorme cantidad de impuestos, tasas y arbitrios. Eso es exactamente lo que hay que hacer y es exactamente lo contrario de lo que, lamentablemente, ha hecho la Administración General del Estado. Cuando las cosas van peor, cuando la gente tiene menos liquidez, cuando los empleos están en solfa, no es el momento de mantener ni de subir los impuestos, sino de, como usted dice, por lo menos congelarlos, posponerlos, y ya veremos si más adelante somos capaces incluso de reducirlos, pero en cualquier caso felicito a los municipios por no haber subido, incluso por haber pospuesto, muchos de esos impuestos.

Ha hablado usted con bastante conocimiento de diversos sectores económicos; ha hablado usted de la industria y, efectivamente, tener la fábrica de Citroën en Vigo sin duda es importantísimo para una ciudad como la suya; ha hablado de la construcción, que yo creo que es un sector que tiene mucho que decir en la reconstrucción de España, valga la redundancia, y ahí yo les sugeriría un par de ideas a los municipios españoles. Ha hablado usted de la importancia de la simplificación normativa, con lo que estoy completamente de acuerdo, no puede ser que los informes tarden seis meses o un año, como usted dice, a nivel supramunicipal, pero tampoco a nivel municipal, porque hay muchos municipios cuyo procedimiento de concesión de licencias es también excesivamente largo, y muchas veces para licencias que son relativamente sencillas. Yo creo que el uso de la declaración responsable es algo que tiene que imponerse o, en algunos casos y para cosas menores, el silencio positivo administrativo. Tenemos casos o ejemplos, como el de Madrid, donde se acaba de aprobar, después de veinte años de tramitación, la mayor operación urbanística de Europa, la Operación Chamartín, o el Desarrollo Castellana Norte, que nos hubiera venido muy bien haberse aprobado unos años antes para hoy tener más ocupados. Quizá esta puede ser una oportunidad para salir adelante y para impulsar la economía madrileña, pero es muy difícil en la situación actual pensar que eso pueda ser así. En cualquier caso, la construcción, efectivamente, tiene un rol que jugar.

Y le doy una segunda idea o sugerencia para los municipios: la liberación del suelo. Los municipios son los grandes tenedores de suelo en este país y son los que a base de no liberarlo y no permitir que se construya en ellos de alguna manera han contribuido a la especulación, esa especulación de la que tanto le gusta hablar a algunos que son precisamente responsables de la especulación que se ha producido. Por tanto, la liberación de suelo, tanto para la producción de vivienda libre como de vivienda social, probablemente puede ser una buena idea hacerla ahora en colaboración público-privada. Y, por otro lado, la promoción de vivienda, sea en compra o en alquiler, para parque público en compra o en alquiler, precisamente con esas iniciativas público-privadas, requiere la liberación del suelo. Los ayuntamientos han sido los mayores especuladores de la vivienda en España.

Ha hablado usted también del superávit, y me ha gustado mucho una cosa que ha dicho, que yo casi la reformularía como: el superávit para el que lo trabaja. Quiere usted que los ayuntamientos que han sido responsables fiscalmente -qué gran expresión, cómo nos gusta- sean los que puedan hoy disfrutar de eso. Me sorprende que algunos otros partidos llamados progresistas también lo quieran, me parece muy bien, nosotros somos partidarios, pero yo no sé si eso se puede considerar un poco insolidario territorialmente.

Y, por último y como punto fuerte, los excedentes de tesorería. Esa es una cosa que nosotros hemos pedido desde el primer día en este Parlamento, hemos solicitado al Gobierno que permita a los ayuntamientos que los tienen que puedan disponer de ellos, creo que es lógico, creo que es justo y no tiene ningún sentido que estén retenidos precisamente en los bancos.

Y cierro ya encomiándole por su entusiasmo, porque el entusiasmo también genera confianza y esta es una cosa que no muchos políticos entienden. La confianza es esencial para el crecimiento económico y para la reconstrucción de España, y la confianza está muy vinculada al entusiasmo y, por cierto, como usted ha dicho, a hablar bien de España; por tanto, muchas felicidades.

Ana Pastor Julián (GP Popular)

Muy bienvenido, señor Abel Caballero, presidente de la FEMP. En primer lugar, quiero que le traslade en nombre de mi grupo a todos los alcaldes y a todos los concejales de todos los municipios de nuestro país el agradecimiento por el trabajo y la cercanía a todos los ciudadanos que han sufrido esta crisis tan gorda, tan tremenda, como ha sido y sigue siendo en buena medida la crisis, primero sanitaria y luego social, y especialmente que se lo traslade a todos los sanitarios, tanto de los grandes centros sanitarios como también de los consultorios locales de todos los municipios, de todos los concellos que tenemos, tanto en Galicia como en el resto de España; todo nuestro agradecimiento desde el Parlamento.

Señor Caballero, tengo muy poco tiempo, este es un formato, como usted sabe, en el que usted es el compareciente y nosotros tenemos cuatro minutos, estas son las reglas del juego, y voy a intentar en cuatro minutos decirle las cosas que tenía previsto decirle y alguna otra que ha surgido a lo largo de su intervención.

Coincido con usted en que los ayuntamientos tienen un papel fundamental en la arquitectura de nuestro país, en la arquitectura institucional y en la arquitectura económica y social, y por lo tanto juegan y tienen que jugar un papel muy importante en la recuperación. Y voy directamente ya al grano. Los ayuntamientos españoles han arrojado, usted seguro que me puede corregir, un superávit en 2019 de unos 3800 millones de euros, y a eso hay que añadir cerca de 28 000, no sé si eran -la última cifra que vi- veintisiete mil y pico millones de euros en remanentes positivos de años anteriores. Le pregunto, lo primero, por eso. Además, usted ha dicho -digo sus palabras- que tiene hilo directo con el Gobierno y con la ministra, como es normal, no solamente porque usted es presidente de la FEMP, sino por lo que todos podemos intuir. La pregunta es: ¿fue informado en alguna de esas conversaciones que usted ha tenido de la pretensión del Gobierno de retener ese superávit de los municipios?, ¿es así?, ¿le consta?

Y, luego, le he escuchado en alguna ocasión que los ayuntamientos podrían usar o deberían usar el cien por cien del superávit para responder a la crisis del COVID. ¿va a ser así o no va a ser así? Porque lo que yo sé es que se ha autorizado el 20 %.

Segunda pregunta. ¿Qué medidas va a adoptar la FEMP para que el Gobierno de España deje a los ayuntamientos, por lo que he visto de los documentos de la FEMP, disponer de los ahorros para combatir esta crisis? ¿Comparte usted el acuerdo que firmó el Partido Socialista con Bildu y con Podemos para dar capacidad de gasto a los municipios de Navarra y del País Vasco? Pero ¿al resto de España?

Siguiente. ¿Usted consideraría lógico o razonable una regla de gasto diferente -ahora hablo de regla de gasto- para los diferentes municipios? Por cierto, lo de tener algunos años, señor Caballero, viene mal para algunas cosas, pero viene bien para el entusiasmo que seguimos teniendo y sobre todo para, como hemos vivido muchas cosas, recordar que yo formaba parte de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos en el año 2011 -no se lo digo a usted, se lo digo a alguno de los que ha intervenido-; yo recuerdo la puesta en marcha del FLA porque en muchos ayuntamientos de toda España, en muchísimos, sabe que había millones de facturas sin pagar.

Siguiente pregunta. ¿Cómo van a gestionar el ingreso mínimo vital sin contar con un fondo para la gestión burocrática? ¿Estaría de acuerdo en que, por ejemplo, yo votara en contra de ese artículo que dice en el Real Decreto que el ejercicio de las funciones citadas en el apartado anterior -o sea, para ustedes- no requerirá en ningún caso que haya aportaciones por parte del Gobierno de España? ¿Tienen ustedes remanente suficiente, valga la redundancia de toda mi exposición, para hacerse cargo de eso, que sería algo a mayores? No estoy entrando en quién es la Administración que debe gestionarlo, que está bien todo lo que sea cercanía a los ciudadanos y conocimiento de lo que les ocurre y de lo que se puede mejorar.

Y, por último -esto no pensaba preguntarlo, pero usted ha hecho referencia a Vigo en varias ocasiones y sabe el cariño que yo le tengo; he sido diputada muchos años, sigo siendo diputada también de Vigo y de Pontevedra, aunque estoy en las listas de Madrid y soy diputada por Madrid, pero de todos los ciudadanos-, me atrevo a preguntarle lo siguiente. Usted ha hablado de ese fondo -lo he leído-, del fondo de los 5000 millones, ha hablado de las necesidades del transporte, de todas las necesidades, y estoy de acuerdo en que la Administración General del Estado haga frente no solo a la transferencia a las comunidades autónomas, que la están utilizando para hacer frente al COVID y a todos los gastos que ha supuesto, sino si usted como presidente de la FEMP, ha pedido al Gobierno de España que haya una transferencia urgente de recursos para hacer frente a esas necesidades que ustedes, con menos recursos, están abordando.

Y lo último, señor presidente. Me ha llegado una carta esta mañana de los comerciantes de Vigo -ya que usted ha hablado de Vigo- diciéndome que quieren, por favor, ayudas y apoyo por parte del Concello de Vigo para los pequeños comercios y los autónomos -y voy terminando-, que sabe que forman parte no solo de la arquitectura económica y social de Vigo y de Galicia, sino de toda España. Quisiera saber qué ayudas tiene usted previsto o si están pensando en hacer alguna valoración sobre los gastos en que están incurriendo, por ejemplo, pequeñas peluquerías y para esos pequeños locales que tanto lo necesitan.

Rafael Simancas Simancas (GP Socialista)

Bienvenido, alcalde, amigo, Caballero. No le vamos a preguntar a usted si es partidario del diálogo, del entendimiento, del acuerdo, que son el fundamento de esta Comisión, es usted presidente de la FEMP y esa es la naturaleza de su función. Y, además, creo que obtuvo usted en las últimas elecciones en Vigo un 68 % de los votos, 20 de 27 concejales, y, en fin, eso demuestra que practica usted mucho el diálogo, el entendimiento y el acuerdo porque, si no, no tendría usted esos apoyos.

Esta es una Comisión especial, que va más allá del control al Gobierno, quién lo diría después de escuchar algunas intervenciones; quiere ir más allá del intercambio habitual de reproches, por eso, nosotros vamos a dar por bueno aquello de que los 8131 alcaldes lo han hecho fenomenal, aunque se nos ocurren algunas excepciones, la verdad, el santanderino Casares, la madrileña Leal, tienen alguna idea al respecto, pero no vamos a incidir en el asunto. Esta es una Comisión de análisis, de propuesta, de encuentro, de consenso en torno a las grandes decisiones para la reconstrucción social y económica del país; estamos ante la crisis de nuestras vidas, hay que movilizar recursos ingentes y todas las ideas, todas las propuestas, todos los hombros, son precisos. ¿En qué medida los ayuntamientos, señor Caballero? Hay una contradicción en el debate político de este país, mucho protagonismo para las regiones, las comunidades autónomas, en el debate político, mucho protagonismo en el debate político, sin embargo, probablemente en lo que tiene que ver con la dinámica social, económica, cultural, el protagonismo está más en las ciudades. Ese es el camino, ese es el signo de los tiempos. España, cada vez en mayor medida a nuestro juicio, es una constelación de ciudades, actores potentes de ámbito local en un escenario de globalización creciente. Esta es la contradicción. ¿Cómo resolverla, por ejemplo, a la hora de reclamar recursos?

Otra paradoja. Quienes más requieren de descentralización y de aplicación del principio de subsidiariedad en España son las comunidades autónomas y son precisamente, vamos a decirlo bajito, las que menos lo practican en relación con los ayuntamientos. Hace usted bien en tocar aquí a la ventanilla de los recursos del Estado, pero a lo mejor hay que tocar también a la ventanilla de los recursos de las comunidades autónomas, que son poco dadas en general a compartir recursos con aquellos que tienen funciones tan importantes como los ayuntamientos. Le hacían preguntas concretas en relación al Gobierno de España; yo se las hago en relación al Gobierno autonómico de Galicia. ¿Cuánta ayuda ha solicitado usted y cuánta ayuda ha tenido usted del Gobierno autonómico gallego en este tiempo, señor Caballero?

Ya muy breve. Se ha hablado aquí también de competencias propias, impropias, del papel de los ayuntamientos en cuestiones clave de cara a la reconstrucción. Sanidad. Para doblegar a la enfermedad hay que reforzar la atención hospitalaria especializada; para parar la enfermedad, la atención primaria. Pero ¿y para evitarla? Para evitarla son las políticas de salud pública, para prevenirla. Ahí los ayuntamientos tienen un papel fundamental. Nosotros estamos dispuestos a que ese protagonismo se reconozca en esta Comisión: la atención a nuestras personas mayores, la cultura, la cultura del deporte, el ocio o, más arriesgado, las políticas activas de empleo; las mejores experiencias de políticas activas de empleo que hemos conocido en Madrid las han protagonizado los ayuntamientos, y, sin embargo, no están en la distribución de funciones y de recursos al nivel que están otras administraciones.

Dos frases para terminar. Sobre cuestiones transversales, defender lo público no es marxismo-leninismo -usted estudió en Cambridge-; los socialistas creemos en el mercado para asignar recursos, pero la salud no, la salud no puede depender de oferta/demanda/precio, lo público hay que defenderlo, y eso requiere defender a sus profesionales, sus estructuras, no privatizar, no recortar, defender lo público.

Y un último concepto que salió en la comparecencia de la vicepresidenta primera del Gobierno el otro día: lealtad federal entre administraciones. Tenemos un Estado complejo que funciona razonablemente bien, que ha funcionado razonablemente bien en esta crisis. Yo vengo de Alemania y, créame, entre el Estado federal complejo alemán y el Estado complejo, cuasi federal, autonómico español hay pocas diferencias en términos normativos, de estructura e incluso de recursos, pero falla algo, la cooperación, la colaboración, la lealtad entre administraciones. ¿Cómo está la lealtad entre las administraciones con relación a lo local, señor Caballero?

Respuestas

Muchas gracias, presidente. Iré por el orden de las intervenciones. A la señora Oramas le agradezco mucho su intervención, pero yo soy presidente de la FEMP a fuer de socialista; es que a mí me votó el Grupo Socialista. Es cierto que teníamos tal mayoría que el resto de los grupos, felizmente y de forma inteligente, me votaron también, entonces resulta que yo salí por votación unánime de todas las alcaldesas y alcaldes de España. (Aplausos). Y, mire, cuando doy una opinión, yo doy la mía; a usted puede gustarle o no, y yo lo respeto. Cuando yo digo que creo que el Gobierno de España lo hizo bien, es mi opinión; yo respeto la suya, pero esa es la mía, y no por eso dejo de ser presidente de la FEMP, y no por eso dejo de atender a los ayuntamientos. Es que en política hay posiciones políticas.

Y créame usted que yo borro bastante la ideología en mi ciudad, si no ¡cómo iba a tener casi el 70 % del voto! Significa que hacemos la política de forma incluyente y que gente que vota a otros grupos políticos yo sé qué en las municipales me votan a mí, pero yo tengo mi opinión y, por tanto, la expreso desde el cargo en el que estoy, para el que fui democráticamente elegido. Y a partir de ahí, yo agradezco su apoyo al municipalismo y a nuestro papel porque yo creo que eso es apoyar de una forma eficiente, inteligente y distinta. Mire -y quiero presumir un poquito que de que estuve ya en lo global, en lo autonómico y en lo local-, voy a contradecir lo que usted ha dicho en una cosa, no necesariamente para ser ministro hay que ser alcalde antes, a veces para ser alcalde hay que ser ministro antes; es decir, que esto depende cómo uno lo quiera enfocar. Para mí es que lo más importante de mi vida en política es lo que estoy haciendo, y fui ministro del Gobierno de España y aprendí bastante para ser alcalde ahora, qué quiere que le diga. Todo es el enfoque que usted le quiera dar a las funciones de la arquitectura constitucional. Pero entiendo lo que usted dice y se lo agradezco y se lo reconozco en nombre de tantas alcaldesas y alcaldes. Yo sé que los concellos de Canarias van a tener una caída muy importante de ingresos, lo estuve hablando con el alcalde de Las Palmas, con el presidente de la comunidad, con diferentes alcaldes y alcaldesas, y por eso hacemos nuestro planteamiento de fondo, porque sabemos que vamos a tener un problema financiero muy serio.

Varios de ustedes me preguntaron si la ministra de Hacienda ya me había dicho la fecha en la va a tomar, según, qué decisión. Miren, si ya la hubiera tomado yo hubiera empezado con eso, es tan importante esa decisión que hubiera empezado y se la hubiera repetido a ustedes unas veinte o treinta veces al menos, no tantas como el nombre Vigo, pero por ahí estaría, cerca de eso estaría. Miren, yo hablé mucho de mi ciudad, pero creo que cualquier alcalde o alcaldesa, lo que yo cuento aquí de mi ciudad, lo estaría haciendo de la suya, no pretendo que sea un mérito particular, es que creo que, en lo local, esto que yo conté aquí lo están haciendo todas y todos, pero es muy difícil sintetizarlo en una intervención de estas características. Así que la fecha la conoceremos pronto y les iré contestando.

A la señora Muñoz yo le agradezco también mucho su intervención. No quiero estar mucho tiempo porque el presidente me va a reñir cuando llegue a los treinta y cinco minutos. (Risas.-El señor presidente: Incluso antes). Incluso antes si es posible.

Está bien lo que usted dice, señora Muñoz, pero hablemos en términos globales. Nosotros lo que tenemos es tesorería, remanentes; después, lo que el Gobierno de España a través de la ley Montoro, de la que hablaré dentro de un rato, nos plantea es que hasta el volumen del superávit puede no computar en techo de gasto, es solo eso. Yo puedo gastar lo que quiera, no le tengo que pedir permiso a nadie, faltaría más, faltaría más que para gastar recursos de mi ciudad yo tuviera que pedir autorización a la ministra de Hacienda. No. Ni al conselleiro de Hacienda de Galicia. No. A nosotros, de momento, lo que nos dijeron es: el 20 % de vuestro superávit lo podéis usar en gastos COVID, sociales, y no computa en techo de gasto. Por tanto, eso nos da una cierta facilidad para cumplir el próximo año. Quiero empezar por la mayor, yo creo que hay que derogar la ley que nos impide usar nuestros recursos, punto. No voy a entrar en por qué se hizo o no se hizo, porque no quiero generar ese debate político aquí, yo solo quiero decir que yo encabecé con mi firma un recurso constitucional contra la LRSAL, y lo firmamos 3500 ayuntamientos de España. Es decir, que no estoy de acuerdo con esas leyes, pero no quiero entrar en ese debate; yo estoy en el presente y en el presente lo que planteamos es: nosotros no podemos estar con restricciones y con flexibilización de normas para poder utilizar nuestros recursos, porque salieron de los impuestos de nuestros ciudadanos y los queremos usar para ellos. Por eso comparto lo que usted me plantea. Y esto que efectivamente tienen, entiendo que por razones forales, Navarra y País Vasco, es lo que vamos a tener, Dios mediante y en fecha que ya conoceremos, el resto de los ayuntamientos de España; es nuestra principal demanda: poder usar nuestros recursos. Y yo no diferencio entre unos y otros porque no hay diferencia, es el dinero que tienes, son los recursos que tienes, en términos más vulgares, para entendernos, es la caja. En la caja los ayuntamientos tenemos mucho dinero. Vigo puede tener docenas de millones de euros en un banco. Yo cuando veo en paro a la gente y veo paro en los comercios de Vigo, y veo las cafeterías y veo la economía, quiero ayudar, pero necesito seguir cumpliendo con las normas de rigurosidad presupuestaria. Yo heredé una alcaldía con 60 millones de deuda, tengo deuda cero, y tengo unos ingentes remanentes, porque hay que gestionarlos, lo que hay allí hay que gestionarlo, por eso yo lo que estoy demandando es que lo que tienen Navarra y el País Vasco, oralmente concedido, no figura por escrito en ningún sitio, sea lo que tengamos todos, ellos por derechos forales, y no entro en la cuestión, pero lo queremos tener todos.

Aplazamos tributos, y nuestra caída -que lo he indicado al principio de la intervención, pero iba muy aprisa- va a suponer una pérdida del 10 % de ingresos este año, que es mucho, porque un 10 % de ingresos es el 7 % de nuestro ingreso, y eso es una hecatombe; en términos municipalistas es una hecatombe.

Sí, queremos hacer la reforma de la financiación local, y yo tengo acordado con el presidente del Gobierno de España que, tan pronto empiece la reforma de la financiación autonómica, empiece la nuestra. El escenario ha cambiado para todos, estamos en otra cosa, estamos en otros problemas, pero cuando se hable de reforma de leyes de financiación le puedo asegurar que mi voz la van a oír, la van a oír alta y clara.

Señor Baldoví, yo le agradezco mucho su intervención, se nota que es de esto, que es del ámbito de lo local. ¿El cuándo? Le vuelvo a decir lo mismo: yo estoy hablando, yo hablo con la ministra de Hacienda, hay veces que tenemos conversaciones de dos horas, es todo telefónico, como es natural, y hablamos de muchas cosas, pero especialmente de esto. Y yo estoy convencido de que vamos a usar los superávits y los remanentes, estoy convencido, y además creo que tiene que ser muy pronto, porque el tiempo aquí también cuenta. Está muy bien eso de: aplaza, no canceles. Yo añado algo: aplaza, no canceles, pero el dinero que ibas a gastar, gástalo igual en cultura ahora, porque la necesitamos este verano, porque el mundo de la cultura, que seguro que usted conoce tan bien como yo, nos indica que este verano tenemos que relanzar muchas cuestiones y tenemos que relanzar compañías de teatro y orquestas sinfónicas y bandas de música y grupos folk y grupos de música moderna y grupos de música tradicional de Galicia, y tenemos que relanzar tanta y tanta cultura como los museos, etcétera. Por tanto, yo a esto le añado: aplaza, pero págalo con el dinero del año que viene, de momento este dinero úsalo también para cultura; hay que reconvertirlo. No aguantan si este verano no actuamos, no aguantan. Este verano tenemos que dedicar muchos recursos a flotar y mantener a flote el mundo de la cultura, pero le agradezco mucho que lo diga, porque es muy importante.

Sí, yo creo que tiene que haber una ley que contemple las necesidades del transporte público urbano de las ciudades, de todas las ciudades que los tenemos, de forma especial por las circunstancias y por la importancia que tiene.

A la señora Sabanés le diré que sí, que eran 252550 los números mágicos que usábamos de aquello. Era 25 % ayuntamientos, 25 % comunidades autónomas y 50 % Gobierno español. Bueno, aquello quedó pulverizado. Y sabe qué nos falta -que usted también es de mi generación, seguro que más joven, pero de mi generación, al fin y al cabo-: nos falta la descentralización a los ayuntamientos. Y aquí hay un problema de poder político, porque las comunidades autónomas plantean sus competencias como poder político, y yo lo puedo entender, porque la política es así, igual que el Gobierno de España. Los ayuntamientos no, los ayuntamientos planteamos nuestras competencias para satisfacer demandas que tenemos de forma continuada, y por eso es tan importante que se produzca la descentralización a los ayuntamientos, no solo por eficiencia, que es muy importante, no, sino por la propia relación política. Es que, mire, yo me excluyo de esto, pero las corporaciones locales, los alcaldes y las alcaldesas están dignificando la acción política en este país, la están dignificando con su trabajo, con su acción, con el aprecio que les tienen los ciudadanos, con la forma en la que ven que la política a través de estas personas, mujeres y hombres, tiene una dimensión distinta, y yo quiero reivindicarlo desde aquí. Pero es cierto, el 252550 era un viejo sueño que ya nunca más volveremos a tener.

Le decía que yo encabecé la demanda contra la LRSAL en el Tribunal Constitucional, pero creo que hay que derogar algunas cosas de la Ley Orgánica de Sostenibilidad Financiera. Y para nuestra autonomía, ciertamente, el fondo de transporte es una de nuestras principales demandas.

El señor Bel Accensi estuvo cooperando en la FEMP muy intensamente con todos nosotros, porque como alcalde formaba parte de la FEMP, y cuando la FEMP venía a traer aquí enmiendas él venía como FEMP, no venía como diputado, él venía como FEMP, y fortalecía tener un diputado en nuestras filas, venía muy bien. Yo comparto lo que está planteando. Yo no sabía esto que dijo la presidenta de la AIReF, pero sería un brillante cambio de la AIReF decir eso, si es cierto que lo dice, y no lo pongo en duda, significa que la AIReF entendió algo muy importante: la acción municipal, tardó mucho tiempo en entenderlo, y usted fue testigo de debates que tuvimos a estos efectos.

Adicionalmente, al señor Eritja yo le quiero agradecer que sacase un tema muy importante: los pequeños municipios, la España desertificada humanamente, la España abandonada. Sí, nosotros tenemos ahí mucha vocación de hacerlo, seguramente tenemos que volcarnos como país, porque el coste de la desertificación humana se mide al final en todo, en medio ambiente, en economía, en territorio; en zonas como de la que yo soy, en incendios; en zonas de otras características, en desierto total. Y por tanto es muy importante que demos un giro hacia los municipios pequeños y la financiación y los ámbitos.

Yo al señor Pisarello le tengo que agradecer su intervención. Sacó un tema tan importante como la vivienda y la actuación del nuevo urbanismo, del urbanismo moderno. Hay una cuestión ahí significativa; la demanda ahora de vivienda se dirige ya hacia viviendas de precio asequible y con algún tipo de protección; ya los que estamos haciendo planes de urbanismo los estamos haciendo distintos: planes verdes, planes de suelos industriales y planes de vivienda masivamente en ámbitos de protección, sean de iniciativa pública, sean de iniciativa privada o sean de iniciativa mixta, los tres modelos se tienen que abrir, y que sea la sociedad la que funcione. Desde luego, nosotros debemos estar en eso, porque la demanda está ahí, y esta pandemia lo puso de relieve. Una parte muy importante de la nueva vivienda no va a ser por incremento de habitantes, por natalidad, va a ser por familias más pequeñas, por segregación, por los hijos que se van de casa y tienen su vivienda, y queda la casa de los padres y la casa de los abuelos. Pero esta es la modernidad, es lo que vamos a hacer, es la forma en la que vamos a vivir. Y a eso hay que hacerle frente a través de los nuevos planes.

Yo creo que en este momento la especulación en el ámbito de la edificación -mi sensación- es parte del pasado, porque la demanda cambió, pero es cierto que estamos en ello, y creo que además, generalmente todos, no hago aquí tampoco muchas diferenciaciones, estamos en la oferta de espacios para vivienda para esta nueva forma de entender las ciudades. Yo creo que es imprescindible que los ayuntamientos, diputaciones, consells y cabildos tengamos más financiación, porque la modernidad se llama cercanía, y lo tengo que decir, es que los alcaldes somos los referentes, es que el director general de Citroën, que emplea a 7000 personas, llama al alcalde de Vigo cada vez que tiene una dificultad, y el sector de la automoción también, y los institutos también, y el naval también. Pero es que la lógica funciona así, es que somos nosotros los referentes esenciales de la política, nosotros y nosotras, en este momento, y por tanto sí es preciso.

Miren, pasamos una crisis sanitaria terrible, estamos en ella. ¿Saben qué eché de menos? Un consejo de hospitales en el que estuviéramos nosotros. Es que los hospitales tienen que tener un consejo. Nosotros no hablamos de sanidad, ni sabemos ni es nuestro objetivo, pero yo sí quiero organizar cosas y yo quiero organizar la afluencia a los hospitales, quiero organizar los aparcamientos gratuitos en los hospitales, no puedo tolerar que un hospital tenga aparcamientos pagando en medio de una pandemia de esta envergadura, quiero regular todo el entorno de la sanidad, y eso requiere de consejos de sanidad en los que estemos los ayuntamientos. ¿Para qué? Pues para poner según qué cosas en común, porque la sanidad está en el territorio, está en las ciudades. En mi ciudad hay hospitales que dan acomodo sanitario a 600 000 personas, el doble que los habitantes de mi ciudad, y yo quiero regular todo eso, y deberíamos tener unos consejos de hospitales para hablar, no de sanidad, eso ya lo hará la comunidad autónoma y los ministros y ministras; no, no, para hablar de los elementos que están en el entorno de la sanidad, pero que son muy importantes: cómo se accede, cuáles son las vías de acceso, cómo se hace el urbanismo para dar entrada rápida a los hospitales, por dónde tienen que circular las ambulancias. Esa es una parte importantísima en la sanidad. Pues yo no estuve en nada de esto. No culpo a nadie, digo que es la vieja arquitectura y tenemos que tener una nueva.

Señor Espinosa de los Monteros, también agradezco mucho su intervención, y creo que efectivamente yo muchas veces hablo de ayuntamientos, pero ahí también sitúo a diputaciones, consells y cabildos, porque es cierto que los pequeños ayuntamientos -y hace un ratito hablaba con un alcalde de un municipio de 100 habitantes que es diputado aquí- necesitan de las diputaciones, y por tanto tienen que ser las diputaciones las que les den acomodo. Yo creo que la política es el sentido común, no solo la política municipal, sino la política; la política es sentido común, la política es entender lo que está sucediendo en un territorio, en un país, y ponerlo en práctica, y estamos en tiempos además en los que es muy importante que funcione el sentido común, porque en tiempos normales hablamos de otras cosas, ahora hablamos de vivir o morir; en una pandemia como esta hablamos de vivir o morir, y los errores y los aciertos significan vidas o fallecimientos. Esto es muy importante, porque cuando uno está delante de una familia, que se le fue alguien y le tiene que dar un abrazo virtual, estamos hablando de nuestras gentes, de 47 millones de personas que gobernamos alcaldesas y alcaldes, que gobiernan presidentes y presidentas de diputaciones, y que gobernáis vosotras y vosotros, y todos ustedes son sus representantes en esta Cámara.

Sí, pospusimos tributos, pospusimos pagos de tasas de basura, pagos de agua, pospusimos todo. ¿Y qué es lo que vamos a hacer? Pues lo que vamos a hacer es ver qué ayuda tenemos que dar. De momento no pagar, de momento toda la economía dejó de hacer aportaciones a lo público. Y ahora vamos a ver de qué forma sustanciamos las ayudas.

Los ayuntamientos ya no tenemos suelo, eso era antes, tenemos poquito suelo, tenemos muy poquito suelo, porque, ¿sabe usted qué pasa? Los planes son muy antiguos todos, y pasa algo que yo creo que es muy importante que esta Comisión lo escuche. En este momento hacer un plan de ordenación municipal es prácticamente imposible, porque cualquiera que lo recurra más del 90 % se queda en el Supremo, por temas que yo, con todo el respeto, quiero decir triviales. Una ciudad como Vigo, 300 000 habitantes, se quedó sin plan por una insuficiente justificación de un informe. Hay unos cien informes, y uno de ellos estuvo insuficientemente justificado. Se cayó un plan de una ciudad de 300 000 habitantes. Diez años de retraso. Quiero decir que -y lo digo en función de esto- necesitamos entender los tiempos modernos, necesitamos entender lo que está pasando, y necesitamos hacer reformas legislativas que se adapten a la realidad y a lo que estamos viviendo, porque el tiempo efectivamente es valor, el tiempo es vida, el tiempo es todo, y por ello tenemos que entrar en una nueva senda.

Señor Espinosa de los Monteros, yo creo que la confianza es central para todo, si la gente confía en nosotros esto va a ir bien, si los ciudadanos no confían en su clase política, esto no va a ir bien. Nosotros tenemos que ser acreedores de la confianza. La democracia moderna es votar y estar permanentemente en ello, los ciudadanos quieren estar siempre, ya no vale solamente con votar y dentro de cuatro años volver a votar, no, no, esto tiene que ser el refrendo continuo del contacto directo y permanente, y hay modos de hacerlo, y hay formas y, por tanto, tenemos que hacer la política ya de una forma diferente, yo intento hacerlo al menos, y creo que es la forma de llevarlo adelante. Yo creo que tenemos que infundir confianza en la sanidad, en la salud, en que tenemos un país seguro, en que vamos a resolver este problema y vamos, trabajando todos, a evitar que haya repuntes.

La señora Pastor me planteaba algunas cosas. Yo le voy a dar un consejo, no se lo digo a usted, o a ti, que además es buena amiga: estas cifras que van apareciendo de remanentes, 40 000, 28 000, no, no, no, es tesorería, los ayuntamientos tenemos tesorería, pero de esa tesorería, en la que puedes tener, pongo por caso un ayuntamiento 150 millones, resulta que tienes comprometidos 120, no puedes contar con 150, porque ya hay 120 que están comprometidos, que ya son intocables, que están afectos a algo y, por tanto, a la hora de la verdad… Hay un dato que es cierto, tuvimos 3800 millones de superávit y eso es la contribución de las corporaciones locales al saneamiento de las cuentas del Reino de España, punto; los únicos que lo hacemos, pero llevamos así desde el año 2012, llevamos el año 2013, el 2014, el 2015, el 2016, el 2017, el 2018 y el 2019 con superávit, aportando en torno a medio punto de PIB para que otras instituciones pudieran incumplir sus compromisos y, por tanto, creemos que tenemos una enorme fuerza moral, porque redujimos la deuda muy por encima de todo lo que nos planteaban, porque, salvo un año, cumplimos techo de gasto, porque siempre tuvimos superávit y el objetivo era equilibrio, porque somos pagadores a proveedores. Tenemos una enorme fuerza moral para decir esto que estamos diciendo, y esto que estamos diciendo es que nos tienen que asignar la flexibilización del PEC, nos tienen que asignar un fondo de 5000 millones de euros para contribuir en la reconstrucción y para ayuntamientos, por ejemplo, pequeños ayuntamientos de España, para su reconstrucción económica, para el transporte, para llevar adelante proyectos europeos, y para modernizar nuestra estructura económica e industrial en cada uno de los territorios. Por eso nuestra información sobre superávit, y si se nos plantea, yo tengo que decir que todo este problema de la autorización y del techo de gasto viene de una ley que no nos gustó, no quiero entrar en el debate ahora, pero no nos gustó esa ley, y esa ley produce este debate que tenemos ahora. Por tanto, si ustedes están de acuerdo, señoras y señores diputados, aplíquense a derogarlo, aplíquense a derogar esta ley con la que estamos en desacuerdo todos los ayuntamientos de España, todos y de todos los colores.

Y después, con respecto al ingreso mínimo vital, sí, nosotros reclamamos un fondo para ello, pero es una cifra menor; está bien. Yo lo valoro más en lo cuantitativo, que es el reconocimiento en la propia norma de que los ayuntamientos vamos a hacer el seguimiento, sobre todo el seguimiento para que todo aquel que tenga el ingreso mínimo vital tenga que cumplir su senda de búsqueda de empleo, y eso lo controlamos y lo llevamos adelante desde los ayuntamientos.

Nos dieron un 20 % para COVID en nuestro presupuesto, sí, nos dejan gastar un 20 %, nosotros acabamos de reclamar un fondo de 5000 millones y, por tanto, es un planteamiento colectivo.

Con respecto a lo que planteaba de ayudas en Vigo, como alcalde, bueno, no voy a dejar de contestarle a eso. Yo es que ya me reuní con todo el comercio, con todo. Calcúlele usted que con el comercio y con la economía de cercanía entre los miembros del Gobierno, mis concejales y yo debimos tener unas setenta reuniones, no una o dos, sino setenta, y, por tanto, ya hablamos con todo el mundo, y lo planteamos como les acabo de contar, señora Pastor: el sector, cuánto aporta cada empresa, el Gobierno cuánto vamos a aportar, el Gobierno municipal, y vamos a aportar recursos, la comunidad autónoma y el Gobierno de España. ¿Sabe a quién no vi hasta ahora, señora Pastor? A la comunidad autónoma, no la vi, en Vigo no. Yo no conozco cuánto va a aportar la comunidad autónoma para reconstruir esta economía y para apoyar al pequeño y mediano comercio que usted plantea, en Galicia no, en otros sitios no lo sé, hablo por Galicia. Por tanto, nosotros sí contribuiremos, me temo que la comunidad autónoma no está mucho en esa dimensión. En todo caso, yo le agradezco mucho que me diera la oportunidad de volver a hablar del pequeño y mediano comercio de Vigo, que es su antigua circunscripción. Fíjese cuánto pesa la historia, yo la situaba aún de diputada de Pontevedra, fue tanto tiempo. Y yo compartí candidatura en Pontevedra con Rajoy muchos años, con la señora Pastor, compartí con tanta gente, ya no estoy en este ámbito político.

Señor Simancas, usted hizo una reflexión importantísima sobre el planteamiento de las lealtades y del funcionamiento de la arquitectura constitucional, y tiene que funcionar en esa línea, tiene que funcionar en que aquí tiene que haber lealtad, y lo que no puede haber es utilización de los espacios políticos institucionales, minusvalorando y dejando poca presencia a los que tienen la opción de la presencia. Y yo no tengo claro que esto esté funcionando como tiene que funcionar, no tengo claro que las relaciones sean manteniendo los espacios. Y hay algo que está sucediendo mucho, y es que se produce una descentralización de las comunidades autónomas de compromisos que adquieren, y que los fondos del Estado le financian, sin la contribución a las corporaciones locales; leyes de transferencia de competencias sin ninguna financiación, y eso produce una situación perversa: produce la situación de que lo tenemos que asumir quitándolo de otros lugares y, por tanto, haciendo una muy difícil función.

No, a Galicia ya le estamos pidiendo, nosotros le pedimos a la Comunidad Autónoma de Galicia un fondo de 300 millones de euros.

Mire, le voy a decir algo, ya que usted me lo preguntó y me da la ocasión. Yo soy el alcalde de Vigo, la primera ciudad en población de Galicia, para que lo sitúen, casi igual a Coruña y Santiago juntos; yo no tuve una sola llamada del presidente de la Xunta, yo no tuve una sola llamada de ningún miembro del Gobierno de Galicia, yo no tuve ningún ofrecimiento de cooperación de ningún miembro del Gobierno de Galicia; le hice ofertas públicas de cooperación, tendí la mano, no entré en ningún debate político y no recibimos ni un solo euro de los 22 millones que recibió la Xunta de Galicia para gasto social, y en Vigo lo cubrimos todo nosotros, pero en Coruña también, pero en ayuntamientos del PP de Galicia también, pero en ayuntamientos del Bloque, etcétera, en Galicia también, y no recibimos ni un euro de la comunidad autónoma.

Por tanto, nuestro planteamiento -y con esto acabo, presidente, si me permite un minuto- es: queremos usar nuestros recursos, son recursos de los ayuntamientos, los queremos usar en cada espacio político, en cada ciudad, en cada municipio, creemos que tenemos que tener un fondo de 5000 millones este año para entrar en la reconstrucción, queremos y debemos estar presentes en fondos europeos para proyectos europeos de modernización económica y de economía del siglo XXI, debemos tener un plan de transporte, si no esto va a ser dramático, y queremos tener el fondo del ingreso mínimo vital, y yo les agradecería mucho que lo tuvieran en cuenta y en la Comisión de Reconstrucción lo incluyeran.

Yo le diré, presidente, a todos los alcaldes y alcaldesas de España que sois una gran Comisión, porque también tengo que decir que en lo que escuché en esta Comisión hay un muy buen conocimiento de lo que son las corporaciones locales, y créanme que para mí es una gran satisfacción. Muchas gracias. (Aplausos).

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